2.500 euros para un sicario por matar a su mujer

La Fiscalía de Madrid solicita 19 años de cárcel para un acusado de un amplio abanico de delitos de violencia de género, entre ellos contactar con un sicario para que asesinara a su esposa a cambio de la entrega de entre 2.500 euros y 3.000 euros. Ricardo C.F. será juzgado el jueves por delitos de proposición de asesinato, maltrato habitual, maltrato en el ámbito familiar y un delito continuado de amenazas graves.

Se enfrenta a una pena que oscila entre los 19 y los 11 años de cárcel, dependiendo de que la primera de las acusaciones, la proposición de asesinato, se concrete en esos términos o sea finalmente considerada como un delito de amenazas graves. El fiscal relata que los problemas del matrimonio comenzaron en 2007 tras 14 años juntos. En ese momento, el acusado comenzó a tratar a su mujer de "una manera despectiva y humillante" y empezó "a minusvalorarla ante terceras personas, a someterla a diferentes vejaciones en el hogar con el ánimo de intimidarla y crear en ella una arraigada sensación de temor y desasosiego".

La situación de angustia se incrementó cuando la esposa le comentó que estaba embarazada. Tras reaccionar de manera agresiva ante la noticia, emplazó a la mujer a abortar. El procesado llegó incluso a contactar a través del correo electrónico con quienes pudieran venderle un producto denominado cytotec, para que la mujer "si no quería abortar por las buenas lo hiciera por las malas".

Al no poder aguantar más la convivencia, según el relato del fiscal, la esposa dejó Madrid y se mudó a Pozoblanco 8Córdoba), donde recibió varias llamadas telefónicas de Ricardo en las que le amenazaba con que "ya hay 60 mujeres muertas" y ella iba "a ser la 61" o que "entendía a los hombres que mataban a sus mujeres".

La víctima denunció los hechos a la Guardia Civil, entre ellos que Ricardo, también a través del correo electrónico, había emprendido la búsqueda de un sicario para acabar con su vida. Así, pudo comprobarse que al menos había entrado en contacto con seis cuentas de correo donde, a cambio de una cantidad de dinero que oscilaba entre los 2.500 y los 3.000 euros, diferentes personas mostraban su disposición a llevar adelante "el trabajo". No obstante, y por el temor a que alguien pudiera relacionarle con la hipotética muerte de la esposa, nunca llegó a cerrar trato definitivo.