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La UE decide prolongar el control de radioactividad de los alimentos importados de Japón

Los productos, posiblemente dañados a consecuencia del terremoto de Fukushima, serán vigilados al menos hasta fin de año

La Unión Europea (UE) ha decidido hoy prolongar al menos hasta fin de año los controles especiales a los alimentos importados de zonas de Japón potencialmente afectadas por la catástrofe de Fukushima. Los 27 miembros han respaldado esta propuesta.

Así, los productos procedentes de 12 prefecturas japonesas seguirán pasando pruebas de radiactividad antes de salir del país nipón y siendo objeto de controles reforzados en la UE, con análisis de al menos el 10 por ciento de los envíos. Los productos procedentes de las otras 35 prefecturas de Japón tendrán que estar acompañados de una declaración que especifique su origen, aunque también seguirán teniendo que pasar pruebas extraordinarias, con al menos el 20 por ciento de las importaciones analizadas en laboratorios.

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La Unión Europea recomienda el control de los alimentos importados desde Japón

El Ejecutivo comunitario, de todos modos, ha subrayado hoy los riesgos alimentarios derivados del accidente nuclear de Fukushima son "considerablemente bajos en la UE"."En cualquier caso, la Comisión sigue vigilante y ha sido activa para asegurar que la comida y el pienso que entra en la UE de Japón son seguros", ha indicado en un comunicado.

La voz de alarma comenzó el pasado 15 de marzo a consecuencia del accidente nuclear. La Comisión aconsejó que los países realizaran pruebas especiales a los productos agroalimentarios que llegaran a la Unión Europea para vigilar si estaban afectados por contaminación radiactiva. Este consejo se envió a través del Sistema de Alerta Rápida (SAR), por el que la Comisión transmitió a los 27 países miembros recomendaciones ante posibles riesgos alimentarios para la salud humana o animal.

Una mujer alimenta a sus vacas en una granja en Kawamata, en la prefectura de Fukushima, a unos 45 kilómetros al oeste de la central nuclear dañada en el seísmo.
Una mujer alimenta a sus vacas en una granja en Kawamata, en la prefectura de Fukushima, a unos 45 kilómetros al oeste de la central nuclear dañada en el seísmo.KEN SHIMIZU (AFP)

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