El uso de bolsas de plástico se ha reducido a la mitad en cuatro años

Cataluña ha reducido en cuatro años el uso de bolsas de plástico de un solo uso a la mitad. Esa es la buena noticia. La mala es, en paralelo, que los fabricantes han perdido una tercera parte de los 10.000 puestos de trabajo que había en la comunidad en 2009. En el conjunto de España el sector ha perdido 15.000 empleos, la mitad de los que tenía ese año.Cataluña es pionera en las iniciativas para reducir el uso de las bolsas de plástico y en 2009 la Generalitat y 64 empresas y asociaciones de comerciantes y fabricantes firmaron el Pacto por la Bolsa. Hoy lo han renovado por dos años.

El director de la Agencia Catalana de Residuos, Josep Maria Tost, ha subrayado que desde 2007, cuando se impulsaron las primeras medidas de reducción de residuos, la presencia de bolsas de plástico se ha reducido a la mitad en Cataluña. La ley española fija para el año 2018 el fin de las bolsas de plástico de un solo uso: estarán prohibidas. El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, se ha aventurado y ha previsto que en Cataluña desaparezcan dos años antes: en 2016.

En algunos sectores, como en el caso de las grandes cadenas de distribución (como El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo), el ritmo de reducción del uso de las bolsas de plástico es muy acelerado. Este año la reducción ha alcanzado el 70%, ha indicado su representante, Roberto Guirado.

Durante el acto de firma de la renovación del Pacto, la única voz de la que ha salido un mensaje negativo ha sido la del presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Bolsas de Plástico, Jaume Coca. Ha explicado que el sector ha perdido en los últimos años 15.000 empleos, de los cuales más de 3.300 corresponden a Cataluña, y ha subrayado que las bolsas biodegradables o de rafia, alternativas a las actuales, no son suficientes para compensar las pérdidas de fabricación. Coca ha alertado además que tanto en bolsas alternativas a las de un solo uso como en éstas, muchas llegan a España importadas, procedentes de países como China, donde son más económicas "pero no pasan controles de sanidad".