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Rusia prohíbe la importación de verduras procedentes de la UE por el 'E.coli'

La UE considera desproporcionada la decisión de Moscú. El brote de la bacteria se expande en Alemania sin pistas de su origen y ya son 17 los muertos y más de 1.500 los afectados

Mientras Alemania sigue buscando sin demasiado éxito el origen del brote de la bacteria E.coli que se ha cobrado ya la vida de 17 personas y ha hecho enfermar a más de 1.500, Rusia ha decidido prohibir hasta nueva orden la importación de verduras frescas de todos los países de la UE, según ha anunciado el director de la agencia de protección del consumidor. Desde hace unos días, Rusia ya había prohibido la importación de verduras procedentes de Alemania o España.

"Entra en vigor esta mañana una prohibición de la importación de verduras frescas de los países de la UE", ha declarado el jefe de Rospotrebnadzor, Gennady Onishchenko, según la agencia rusa Interfax, añadiendo que "todas las verduras producidas en la UE serán retiradas del mercado en todo el territorio ruso". Ha recomendado a los rusos que estén atentos y que consuman verduras nacionales. "Hemos impuesto la prohibición porque la situación no se ha controlado en un mes. Los focos de la infección y los factores de su extensión no se han establecido", ha dicho Onishchenko a la agencia RIA. "La situación ha empeorado mucho en los últimos días, nos hemos visto obligados a tomar medidas impopulares". En este sentido, ha criticado el sistema sanitario europeo. "El brote demuestra que la tan alabada legislación sanitaria europea, a la que se pide a Rusia que se una, no funciona", ha sentenciado.

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La decisión de Moscú ha provocado la protesta de la Unión Europea, que en 2010 exportó verduras a Rusia por valor de 594 millones de euros, según los datos de la UE, que está estudiando de qué modo compensar a los agricultores que están pagando la crisis. El portavoz de la Comisión Europea, Frederic Vincent, ha dicho que el comisario de Salud, John Dalli, va a escribir a Moscú hoy mismo para comunicar al Gobierno ruso que la prohibición es desproporcionada.

La decisión rusa llega justo una semana después de comenzada la crisis, cuando se supo por la prensa que un brote de la bacteria estaba haciendo enfermar a la gente en Alemania. Una semana después de la alerta alimentaria, las autoridades alemanas aún no han conseguido establecer el origen del foco. Si desde un principio se culpó a una partida de pepinos españoles -en los que se había localizado una bacteria del mismo tipo, pero inocua- ahora se ha ampliado el foco para incluir, entre los posibles orígenes, al agua embotellada. Mientras, los enfermos se cuentan por cientos y un total de 17 personas han muerto en Alemania y una en Suecia. Los sectores agrícolas español, alemán y holandés están sufriendo grandes pérdidas.

Alemania busca el foco

El brote de bacterias E.coli enterohemorrágica (EHEC) O104 detectado hace algo más de dos semanas sigue causando estragos, envuelto en el misterio, sin que las autoridades alemanas tengan la más mínima idea de cuál es su origen. Tanto es así, que se han visto obligadas a ampliar la búsqueda de la fuente bacteriológica, entre otros productos, al agua mineral sin gas.

Ayer fue uno de los días más adversos desde que se desató la alarma en el norte de Alemania por una infección que ha alcanzado ya a Suecia, Dinamarca, Holanda, Austria, Reino Unido, República Checa, Francia, Rusia y posiblemente España -en todos los casos se trata de ciudadanos que han pasado por Alemania, como ocurre con el hombre de 43 años ingresado grave en el Hospital Donostia por presunto E. coli-. Solo en Hamburgo, epicentro de la ola infecciosa, se registraron unos 120 nuevos contagios. El número de pacientes de EHEC asciende ya a 668 en la ciudad hanseática. 124 de ellos padecen el síndrome urémico hemolítico, que es la consecuencia más grave que puede acarrear la infección. Provoca complicaciones renales y neurológicas que pueden resultar fatales. Solo ayer, 14 pacientes de EHEC en Hamburgo desarrollaron el peligroso síndrome. En total, los hospitales de Alemania tratan a 470 personas con el síndrome HUS.

El director del Instituto de Higiene de Hamburgo, Hans-Joachim Breetz, es uno de los que mejor conocen las bacterias EHEC O104. No es decir mucho. Según explicó ayer a este periódico, la esquiva bacteria causante de la ola de infecciones es de una cepa "bien rara". Nunca la había visto antes. De momento, solo la han podido encontrar en las heces de los enfermos. El reto del menudo doctor Breetz y el de sus científicos es dar con las bacterias en otro lugar. En algún elemento, en el agua, donde sea, para conocer el origen de la ola de infecciones.

El indulto del pepino español es un golpe que devuelve a los científicos al inicio de la investigación. Frente a un gran libro ilustrado que muestra la centenaria historia del centro que dirige, Breetz reconocía ayer que su tarea "se parece mucho a lo de la aguja y el pajar". El origen de la bacteria podría quedar para siempre como una incógnita.

Los científicos de Hamburgo empiezan sus pesquisas como el televisivo doctor House. "Nuestra principal prioridad son las costumbres del paciente". Haciendo el gesto de acaparar muchos objetos con el brazo, Breetz añadió: "O sea, que les vaciamos el frigorífico". No discriminan entre estas pruebas. Sí que descartan como posible origen el agua del grifo, "por lo general clorada". También el agua con gas, muy apreciada por los alemanes, dado que "el ácido carbónico acaba con estas bacterias". Luego observan "la pura rutina" de un instituto de higiene. No pueden descartar ni la leche, ni la carne ni el agua embotellada sin gas, que ya han "puesto en el punto de mira". El segundo lugar en la lista de prioridades lo ocupan los "tres grandes sospechosos vegetales: lechugas, tomates y pepinos". El origen de este trío hay que buscarlo en el Instituto Robert Koch (RKI) de Berlín. Allí se coordina la lucha contra las epidemias en Alemania. Cuando surgió el brote, desplegó a sus expertos para inquirir qué habían comido los pacientes. Estas encuestas apuntaban a que consumieron "más vegetales de lo que es común" antes de caer enfermos.

Así que es del todo lógico que en Hamburgo creyeran haber dado con su aguja bacteriológica en un pajar de pepinos españoles. A ojos del profesor de Veterinaria Lothar Wieler, sin embargo, hubo "un claro error de comunicación". "La bacteria está demostrando ser un enemigo más inquietante" de lo esperado. Haberla reducido a los pepinos españoles fue "una inexactitud". Amplificada por la urgencia y por unas cadenas de supermercados temerosas de no vender más verdura.

De pie en el vestíbulo del edificio, el doctor Breetz defendía ayer la decisión de dar la alarma. Los pepinos "tenían con toda seguridad bacterias EHEC", aunque se descarte ya que fueran del tipo O104. Las bacterias EHEC "siempre suponen un riesgo; el deber del Instituto de Higiene era dar la alarma". ¿De qué serotipo de EHEC estaban contaminados los pepinos españoles? Por ahora, solo se sabe que "no es de la cepa buscada". Son pruebas muy lentas. El Instituto de Higiene de Hamburgo ha enviado sendas pruebas a laboratorios en Berlín y en Roma para que lo determinen.

En lo que nos ocupa, parece un tanto ocioso: es como si la policía, puesta en jaque por un asesino en serie, detuviera a un tipo armado y con pinta agresiva en plena calle y ante las cámaras. La satisfacción duraría hasta que el verdadero asesino vuelva a matar.

Ayer hacía un día espléndido en Hamburgo. A unos cientos de metros de los laboratorios del Instituto de Higiene donde se busca (todavía infructuosamente) la cepa misteriosa, un gran supermercado Lidl conserva rebosantes sus cajones de pepinos. No hay ninguna seña especial sobre su origen (holandés), pero a media tarde solo se les acercaba frau Bröckmöller, que "a estas alturas" dice no tenerle "miedo a nada". Se lleva, además, una cesta llena de tomates... "españoles, mira qué bien". Fuera, el joven Hamir explicaba en su puesto de fresas que "hoy solo una cliente entre más de 30 ha preguntado sobre el origen de la fruta". Durante la última semana, "preguntaban más de la mitad".

Enfermeras de la clínica universitaria de Hamburgo cuidan de los afectados por el brote de <i>E. coli.</i>
Enfermeras de la clínica universitaria de Hamburgo cuidan de los afectados por el brote de E. coli.ANGELIKA WARMUTH (AFP)

La crisis del 'E. coli'

- Jueves 26. Las autoridades españolas se enteran por la prensa de un brote de E.coli en Alemania por pepinos españoles. Horas después llega la alerta de la UE a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, dependiente de Sanidad, que identifica a empresas de Málaga y Almería. España empieza a inmovilizar lotes de pepinos.

- Viernes 27. España comienza a analizar muestras de pepinos y la situación de las empresas. Las autoridades informan de que no hay "pruebas fehacientes" de que la bacteria esté en los productos españoles. La UE admite que hay otros focos y que hubo precipitación al señalar a España.

- Martes 31. Alemania revela que parte de los pepinos españoles que ha analizado no tienen el tipo de bacteria mortal. Los ministros de Agricultura de la UE se reunen para analizar la crisis. España reclama la reparación del daño a la agricultura.

- Miércoles 1. La UE levanta la alerta sobre todas las empresas españolas.

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