El 2% de la población mayor de 45 años y el 3,5% de los mayores de 70 sufre glaucoma
Los ópticos-optometristas recuerdan que es una enfermedad asintomática y que es fundamental una revisión anual
El glaucoma es la segunda causa de ceguera a nivel mundial, detrás de la diabetes. En España un 2% de la población mayor de 45 la sufre aunque es más frecuente en personas de más de 70 años con un porcentaje del 3,5%. El consejo general de ópticos-optometristas, con motivo del día mundial de esta enfermedad, han recordado que ésta patología es asintomática - la denominan el enemigo silencioso - y aconsejan a las personas de mediana edad que se hagan una revisión anual en cualquier establecimiento de óptica. La mitad de la población afectada por glaucoma lo desconoce. El problema es que si no se detecta a tiempo y se trata, puede provocar baja visión e, incluso ceguera en el 5% de los casos. La pérdida de visión derivada es permanente e irreversible. Sin embargo, un diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado ofrecen la mejor oportunidad para conservar la vista.
El glaucoma es la consecuencia de una lesión irreparable del nervio óptico, normalmente provocada por un fuerte aumento de la tensión ocular. Actualmente afecta a aproximadamente 60 millones de personas en todo el mundo y se calcula que esta cifra alcanzará los 80 millones hacia 2020. En el grupo de 50 a 59 años, la incidencia del glaucoma es del 2,1%. Esta cifra asciende al 2,3% en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5%. "Es una enfermedad que afecta más a la raza negra por que es más propensa genéticamente. En los países subdesarrollados normalmente hay peor calidad de vida que en los desarrollados, vivimos más años. Y ésta, es una enfermedad que se da en gente mayor. Los datos mundiales son extrapolables a la población española", asegura una portavoz de Consejo General del Colegio de Ópticos y Optometristas.
Entre los factores de riesgo se encuentran la presión intraocular elevada, antecedentes familiares, la edad avanzada, miopía elevada, existencia previa de traumatismos oculares y padecer diabetes. En caso de sufrir alguno de ellos, lo mejor es acudir a un especialista para realizar un screening mediante la tonometría - se refiere por lo general al procedimiento consistente en medir la tensión de un líquido que se encuentra alojado en una cavidad. Por lo general se utiliza para la determinación de la presión intraocular (PIO) -, una prueba sencilla, rápida e indolora con la que se mide la presión intraocular.
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