Cae en Barcelona una red de proxenetas que obligaba a prostituirse a una disminuida psíquica y una menor

Agentes de la Policía Nacional han detenido a 15 personas en una operación que ha permitido desarticular en Barcelona una red internacional que dirigía una decena de burdeles en Cataluña y el País Vasco, y que forzaba a prostituirse, entre otras mujeres, a una menor y a una joven de 18 años disminuida psíquica.

El grupo estaba asentado en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y estaba encabezado por una mujer originaria de Bielorrusia, apodada Victoria, que al parecer había regularizado su situación en España con un matrimonio fraudulento con un proxeneta español, según ha informado hoy la policía.

La organización gestionaba tres burdeles en Vilanova i la Geltrú, uno en Calella (Barcelona), uno en Granollers (Barcelona), uno en Sant Adrià del Besòs (Barcelona), uno en Salou (Tarragona), dos en Irún (Guipúzcoa) y uno en Vitoria (Álava).

En el registro del burdel de la capital alavesa la policía localizó una caja fuerte con la documentación, dinero y efectos personales de una de las jóvenes explotadas. Es precisamente en este local donde se ha podido determinar que una menor de 17 años fue forzada a ejercer la prostitución en el pasado.

Entre las víctimas de esta red figura también supuestamente una chica de 18 años, con una minusvalía psíquica, cuya madre denunció que se había escapado de su domicilio y que estaba retenida en contra de su voluntad, siendo obligada a prostituirse en un club de Vilanova. Posteriormente, la joven fue localizada en el barrio del Raval de Barcelona ejerciendo la prostitución, por lo que fue acogida por una ONG, si bien la abandonó a los pocos días y fue hallada después en Madrid ejerciendo de nuevo la prostitución a cargo de una pareja de nacionalidad rumana, que fue detenida y que al parecer también forma parte de la banda desarticulada.

La mayoría de las víctimas de esta red eran mujeres de Europa del Este captadas en sus países de origen a través de engaños y que eran trasladadas a Vilanova. Una vez allí, eran repartidas entre los diferentes burdeles que el grupo desmantelado dirigía en España.

Se da la circunstancia de que las hijas de la supuesta máxima responsable de la red, de 16 y 12 años, convivían en muchas ocasiones en el club de Vilanova con las mujeres forzadas a prostituirse, y ellas mismas se encargaban de recibir a los clientes. Por este motivo, la policía ha puesto a las menores a disposición de la Generalitat para que los servicios sociales decidan sobre su guardia y custodia, ante la situación de riesgo e inseguridad en la que se encontraban. Por estos hechos, la madre y su compañero sentimental están acusados de un delito de corrupción de menores.

La investigación se inició a raíz de un aviso de Interpol-Bielorrusia tras la denuncia de una mujer que aseguró haber sido captada en su país mediante engaño y trasladada a España con documentación falsificada en Lituania. Una vez en Vilanova, la red supuestamente le retiró toda la documentación y le informó de que había contraído una deuda de 7.000 euros con la organización, que debía saldar ejerciendo la prostitución, por lo que tuvo que estar ocho meses prostituyéndose para pagar la deuda, tras lo cual pudo abandonar a los proxenetas y regresar a su país.