El líder del Deutsche Bank afirma que "más mujeres en el banco lo harían más bonito"
Josef Ackermann siembra la polémica en Alemania en pleno debate sobre la fijación por ley de cuotas para las mujeres en los puestos de dirección de las grandes empresas
En medio de una viva polémica acerca de la necesidad o no de introducir cuotas de mujeres por ley en Alemania, el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, ha sembrado la polémica al decir en una entrevista que "no hay ninguna mujer en el comité ejecutivo del Deutsche Bank, pero espero que un día u otro la dirección sea más bonita y tenga más colorido gracias a la integración de mujeres". Ministras y mujeres de todo el país han tachado sus palabras de "inapropiadas" y de "mal gusto".
Es probable que Ackermann, conocido por su ironía y una cierta propensión a la provocación, quisiese simplemente hacer un chiste, pero su declaraciones, tal y como han aparecido hoy en el diario financiero Handelsblatt , no han gustado a varias representantes del Gobierno.
La reacción más creativa ha sido quizás la de la ministra de Protección del Consumidor, Ilse Aigner, quien ha sugerido al banquero que "a los que les gusta todo lo que suponga colorido y hermosura, lo que deben hacer es irse a pasear por un campo de flores, o a un museo".
El responsable de Comunicación del Deutsche Bank ha intentado arreglar la situación y ha disculpado a su presidente ante un grupo de periodistas con el manido argumento para este tipo de ocasiones de que sus declaraciones "se han sacado de contexto" y que "Josef Ackermann es un gentleman a la antigua usanza", una estrategia comunicativa que ha terminado causando tanta polémica como las declaraciones del banquero.
Las declaraciones de Ackermann se producen en un momento particularmente sensible: el rotundo "no" de la canciller Angela Merkel terminó la semana pasada con el debate sobre la conveniencia de establecer por ley cuotas de mujeres en las empresas que tuvo como protagonistas a la joven Kristina Schröder, ministra de Familia, que está esperando su primer hijo, y a la de Trabajo, Ursula von der Layen, en los 50 y madre de siete.
Merkel, quien siempre se ha mostrado contraria a leyes de este tipo, encargó a su portavoz, Stefen Seibert, difundir la decisión de la Cancillería: "Merkel no quiere introducir cuotas, sino que desea dar a las empresas otra oportunidad para que ellas mismas incrementen la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad y dirección". También los liberales del FDP, socios de gobierno de Merkel, están en contra.
Los datos hablan claro: en las cien principales empresas de Alemania, las mujeres solo representan un 3,2% en los puestos directivos; 11 puestos de mujeres sobre un total de 490 de hombres, según una encuesta divulgada recientemente por el Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW).
Sin embargo, hay empresas alemanas que ya manejan este asunto de manera independiente de las decisiones del Gobierno. El año pasado Deutsche Telekom anunció la intención de destinar el 30% de sus puestos directivos a mujeres para 2015 en todas sus filiales en el mundo. El director ejecutivo, René Obermann, dijo con motivo del anuncio que "no se trata de una simple política de igualdad, sino de una cuestión de honestidad social y una necesidad categórica para nuestro éxito". Asimismo, recordó que el 60% de los licenciados en las facultades de Economía en las universidades alemanas son mujeres. "Tener un numero más alto de mujeres en la empresa nos ayuda simplemente a trabajar mejor", afirmó Obermann.
Ackermann ya había declarado en anteriores ocasiones que está en contra de la imposición legal de estas cuotas por sexo. El banco que preside emplea a un 44% de mujeres, pero solo el 16% ocupa puestos de dirección.
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