El circo de Álex de la Iglesia
El cineasta preestrena 'Balada triste de trompeta' en Tabakalera - El director asegura que ha buscado "exorcizar el pasado"
El centro cultural Tabakalera de San Sebastián se transformó ayer en un viejo y decadente circo para el preestreno de la última película de Álex de la Iglesia, Balada triste de trompeta. Tras pasar por los festivales de Toronto y de Venecia, en la que ganó los premios al mejor director y el mejor guiíon, para el director no había ayer otro lugar para dar a conocer su último trabajo que superase a una carpa decorada con sillas de madera, una pantalla pequeña de cine de pueblo, un proyector y sonido estéreo. "Venimos sin dormir de Alicante, pero es un placer y un hallazgo presentar aquí el filme entre amigos y familia", señalaba De la Iglesia (Bilbao, 1965).
Entre bambalinas, no faltaban narices de payaso para los visitantes, jaulas de dj's, acróbatas, malabaristas y puestos de perritos calientes y algodón de azúcar al más puro estilo de Coney Island. Medio millar de personas estaban invitadas a una noche de circo en la antigua fábrica de tabacos donde se ubicará el Centro Internacional de Cultura Contemporánea.
El director vasco busca en el filme "exorcizar los monstruos del pasado"
"En 1973 en Bilbao vivíamos tranquilamente en un entorno de gran violencia"
Con esta iniciativa, Gaztekutxa Show, organizadora del preestreno, ofrecía la oportunidad a 200 personas que consiguieron su entrada en un sorteo de participar de una experiencia diferente que sumaba cine, música y espectáculo.
El filme narra una historia de amor con tintes dramáticos entre artistas de circo, ambientada en los últimos años del franquismo. Dos payasos, interpretados por Carlos Areces y Antonio de la Torre, luchan por el amor de una trapecista, a la que da vida la actriz Carolina Bang.
Rodada durante nueve semanas en Alicante, Balada triste de trompeta es una de las películas más personales de la carrera del director de El día de la bestia.
Realizar este trabajo ha supuesto una "exorcización de los monstruos del pasado", aclaró De la Iglesia durante la rueda de prensa que ofreció antes del pase del filme bajo una carpa junto a Areces y Bang. "Necesitaba hablar del pasado, de 1973, cuando tenía ocho años y vivíamos aparentemente tranquilos en un entorno de gran hostilidad y violencia", añadió. Ello supon, prosiguió "un pasado que no se debe olvidar y que además, condiciona. Sensaciones que había que llevarlas al circo".
El cineasta recuerda su ciudad natal como un lugar donde había una "guerra tranquila y a todos parecía normal y nadie decía nada". El director de La comunidad resaltó que aquellos años fueron los que forjaron su carácter.
"¿Terapia? Hacer cine es terapéutico, pero no entendido como un diván. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer esta película", recordó De la Iglesia. La idea surgió durante el rodaje de la serie televisiva Plutón BRB Nero, en la que ya trabajaron Areces y Bang y quienes compartieron junto al realizador risas, anécdotas y tertulias que derivaron al final en toda una balada terapeútica.
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