Sanidad propone duplicar los desfibriladores en lugares públicos

Los casos de problemas cardiacos en deportistas de élite son solo la punta del iceberg de estas afectaciones, pero ha servido para que estas complicaciones cobren importancia. Y es que en España, cada año, 68.500 pacientes sufren un infarto, de los que aproximadamente un 30% fallece antes de poder ser atendidos en un hospital.

El asunto ha adquirido tal relevancia que fue el motivo de la primera pregunta que tuvo que responder Leire Pajín en el Senado como ministra de Sanidad. En su respuesta a Josep Maldonado (CiU), Pajín recordó alguno de los principios de la Estrategia Nacional de Cardiopatía Isquémica de 2006, que tenía entre sus objetivos reducir las muertes extrahospitalaria por problemas de corazón. Una de las patas de esa estrategia es aumentar el número de desfibriladores que están en lugares públicos. La idea es que haya uno en cada centro comercial o instalación deportiva, por ejemplo, y que parte del personal de estos sitios se entrene para usarlo. Pajín indicó que su objetivo es que se doble el número de dispositivos, pero estos buenos propósitos tienen un inconveniente de partida: como se trata de aparatos que están en establecimientos que no son sanitarios, y las competencias son autonómicas, el ministerio no sabe cuántos hay ya, según ha reconocido a EL PAÍS una portavoz del departamento. Tampoco la patronal de los fabricantes de estos aparatos, Fenin, tiene los datos.

Más centrado en la muerte súbita de deportistas, el Consejo Superior de Deportes (CSD) y Sanidad están acabando un estudio del que saldrán recomendaciones para los propios atletas y los servicios médicos. Uno de los aspectos que se están mirando con más cuidado es las posibles peculiaridades que tiene la fibrilación en mujeres deportistas. Un estudio chino de 2001 registró que entre 1989 y 1996 la muerte súbita había aumentado un 30% entre las competidoras.