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Cómo evaluar los riesgos geológicos procedentes de los corrimientos de tierras submarinos

Uno de los objetivos del programa para estudiar los sedimentos es descubrir cómo afectan las variaciones climáticas naturales de la Tierra a la estabilidad del suelo marino

Los investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Ciencias Marinas (del CSIC) están intentando desentrañar la distribución temporal y espacial de los corrimientos de tierras submarinos en los márgenes continentales de Europa y la región mediterránea, con el fin de mejorar nuestra capacidad de predicción de estos riesgos naturales, incluida la posibilidad de que se generen tsunamis.

Nuestra percepción de los riesgos naturales costeros cambió radicalmente el 26 de diciembre de 2004, después del gran terremoto de Sumatra y el maremoto posterior. De pronto, mucha gente adquirió conciencia del riesgo que pueden suponer los tsunamis, y ahora es normal relacionar los terremotos bajo el mar con ellos. Sin embargo, los terremotos no son el único mecanismo capaz de formar un tsunami. El 17 de julio de 1998 hubo otro terremoto seguido de un tsunami que afectó a la costa norte de Papúa-Nueva Guinea y causó unos 2.000 muertos. Pero las características del terremoto no explicaban el origen del tsunami, y los científicos sugirieron que el auténtico responsable había sido tal vez un corrimiento de tierras submarino, posiblemente provocado a su vez por el terremoto. Hay muchos otros casos en los que se ha visto una relación semejante entre terremotos, corrimientos de tierras submarinos y tsunamis. Pero también hay otros en los que no hizo falta un terremoto para desencadenar el corrimiento que provocó el tsunami.

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En el último decenio ha mejorado de forma significativa nuestra comprensión de los mecanismos de aparición y propagación del tsunami, que nos permiten aplicar hoy varios modelos de trabajo. Sin embargo, los científicos no pueden todavía predecir cuándo va a ocurrir un terremoto o un corrimiento de tierras submarino, aunque existen métodos probabilistas para determinar los riesgos de seísmo basándose en amplios catálogos de terremotos registrados por los instrumentos. Nuestro conocimiento de los corrimientos de tierras submarinos son especialmente vagos, porque no poseemos registros instrumentales como los que sí podemos utilizar poco después de un terremoto. El catálogo de desprendimientos de taludes marinos y su periodicidad es muy incompleto. Por consiguiente, nuestra capacidad de calcular el riesgo de desprendimientos y la posible creación de tsunamis es muy escasa. Ahora bien, los corrimientos de tierras submarinos no representan un riesgo geológico solo porque pueden provocar un maremoto. Cada vez utilizamos más el entorno marino y existen numerosos informes que muestran el daño que esos desprendimientos causan en las infraestructuras costeras y marinas, incluidos puertos, cables y conductos. Además, con la disminución de las reservas de petróleo en tierra y en aguas costeras, la industria está empezando a explorar el talud continental, donde los datos existentes indican que hay más peligro de desprendimientos de tierras.

Nuestra falta de conocimiento sobre los corrimientos de tierras submarinos se agudiza aún más por lo inaccesible del entorno marino, sobre todo las aguas profundas. Los científicos emplean grandes buques de investigación y complejas herramientas geofísicas para compensarlo. Dichos instrumentos son claves para identificar la magnitud y la distribución espacial de los desprendimientos de los taludes submarinos. Pero también es necesario delimitar la edad del terreno. Para ello, los científicos necesitan obtener muestras de sedimento del suelo marino y examinarlas mediante diversos métodos con el fin de determinar la edad de los sedimentos y las fechas de los desprendimientos. Casi todos los buques científicos utilizan una variedad de muestras de sedimentos que permiten una penetración de hasta unos 50 metros en el suelo marino. En la mayoría de los casos, esa profundidad permite el acceso a los sucesos submarinos de los últimos 20.000 años. Sin embargo, muchas veces, estos datos no bastan para calcular la periodicidad. Sobre todo, en áreas en las que se producen corrimientos de tierras submarinos, que suelen tener unos altos índices de sedimentación, por lo que se reduce el intervalo de tiempo que podemos examinar. El único método del que dispone en la actualidad la ciencia para examinar sedimentos enterrados a gran profundidad en la columna sedimentaria es emplear buques perforadores similares a los que se utilizan en la extracción de petróleo.

El Programa Integrado de Perforación Oceánica es una iniciativa internacional mediante la cual los científicos de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Ciencias Marinas, al frente de un equipo internacional de investigadores, confían en perforar secuencias sedimentarias profundas en las que la inestabilidad de los taludes submarinos es un fenómeno recurrente. Uno de los objetivos de esos experimentos es intentar descubrir cómo afectan las variaciones climáticas naturales de la Tierra a la estabilidad del suelo marino. Los resultados preliminares indican que los periodos de calentamiento climático son especialmente propensos a desprendimientos de taludes submarinos excepcionalmente grandes. Determinar con exactitud esa relación será muy útil para identificar futuras situaciones, dado el cambio climático producido por las actividades industriales humanas. Además de proporcionar los datos necesarios para calcular la periodicidad, las muestras de sedimentos profundos pueden ayudar a los científicos a establecer las propiedades físicas de las capas en las que se han producido los desprendimientos de tierras y donde podrían volver a producirse en el futuro. Asimismo permitirá a los científicos determinar las condiciones en las que se formaron esas capas y conocer mejor su comportamiento mecánico. Los trabajos más recientes están también tratando de estudiar las condiciones del suelo antes del desprendimiento de taludes submarinos o en las primeras fases del proceso, con el fin de identificar señales que puedan anunciar un corrimiento de tierras inminente. En este sentido, los científicos están intentando crear observatorios del suelo marino, tanto en aguas costeras como en aguas profundas, para vigilar las deformaciones y la relación con las vías de circulación del fluido de poros en los márgenes de la plataforma continental.

El estudio integrado de los corrimientos de tierras submarinos y los riesgos geológicos en alta mar exige un enfoque multidisciplinar con participación de la geofísica, la geología, la ingeniería de caminos, la biología y las ciencias sociales. Es un campo que plantea numerosos retos científicos y tecnológicos y necesita grandes infraestructuras. Los resultados científicos beneficiarán a la investigación básica y a la investigación aplicada, aunque no en todos los casos tendrán una aplicación inmediata. Por consiguiente, para abordar estos problemas, necesitamos un esfuerzo conjunto de nuestros organismos de investigación, la UE y la industria, con el fin de comprender mejor los corrimientos de tierras submarinos y los riesgos geológicos relacionados con ellos.

Roger Urgeles Esclasans, Universidad de Barcelona, institución miembro de la plataforma para promover el talento y difundir las ideas más innovadoras Atomium Culture. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

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