Laura Dekker, la niña navegante holandesa, podrá dar la vuelta al mundo en solitario
Partirá dentro de dos semanas, después de que los jueces levantaran la tutela que ostentaban los servicios de menores
Laura Dekker, la niña holandesa de 14 años que quiere ser la primera en dar la vuelta al mundo en solitario a su edad, partirá dentro de dos semanas. Su barco, Guppy, de ocho metros de eslora, está casi listo. Los jueces han dado por terminada la tutela que ejercían desde 2009 los servicios sociales, dejando el viaje en manos de sus padres. Ambos son navegantes aficionados y la apoyan. De todos modos, la madre, Babs Müller, había criticado "el peligroso sueño" de su hija. Divorciada de Dick Dekker, el progenitor, cambió de opinión cuando Laura quedó bajo supervisión de los servicios sociales. "La vigilan como si fuera una delincuente", dijo. Si la menor culmina el viaje antes del 17 de septiembre de 2012, batirá el récord establecido en mayo pasado, a los 16 años, por la australiana Jessica Watson.
El caso de Laura Dekker ganó notoriedad cuando desapareció poco antes de la Navidad de 2009 . Su padre, con el que vivía, dijo que ignoraba su paradero. Sí admitió que la menor estaba muy afectada por no haber podido circunnavegar la tierra a los 13 años, como deseaba. El 22 de diciembre fue encontrada en la isla de San Martín (Antillas holandesas). Había viajado sola, y a su regreso, quedó bajo la supervisión de la Oficina para el Bienestar de la Juventud. Aunque siguió viviendo con su padre, el Consejo de Protección de Menores también supervisó el caso. Mientras los jueces decidían su futuro, Laura ha hecho un curso intensivo de seguridad en el mar. También ha sido analizada por un equipo de psicólogos para saber si podría aguantar la soledad, falta de familiares y amigos, y los rigores de la travesía. Los asistentes sociales temían que un viaje tan largo afectara su estabilidad emocional y desarrollo intelectual. Entre las exigencias de las autoridades se contaba la mejora de resultados en los estudios. Este curso, ha sacado mejores notas y seguirá la secundaria a distancia cuando esté en alta mar.
El cambio de actitud de la madre ha sido notable. Primero aseguró que "temía perderla si se negaba a ayudarla, pero el viaje le parecía una temeridad". "Navega como la mejor, pero no creo que esté madura". Cuando el caso quedó en manos de las autoridades, tomó partido por su hija. "El plan de Laura es arriesgado, pero la actuación de las autoridades ha sido deplorable. Le han intervenido el teléfono y las conexiones de internet. Sólo parecen buscar cogerla en un renuncio", dijo, en una carta publicada en el rotativo "De Volkskrant". El respaldo del padre ha sido constante. No en vano la niña nació a bordo del barco que entonces compartía con la madre, frente a las costas de Nueva Zelanda. Aquel viaje duró siete años. El de Laura, al menos dos.
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