La negociación se atasca en Copenhague
"Esto es como los deberes de los niños. Todo se resuelve a última hora", resume la presidenta de la cumbre del clima.- "No tenemos otro año para hablar. La naturaleza no negocia con nosotros", calmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un acto en el que ha estado el Príncipe Carlos de Inglaterra.
"La negociación del clima es como los deberes de los niños. Los negociadores sólo llegarán a un acuerdo el último día a última hora y si puede ser un poco más allá". Así ha resumido la presidenta de la cumbre del clima, la danesa Connie Hedegaard, la situación de parálisis en la que ha entrado el encuentro. En realidad no sólo hay parálisis, sino que, a tenor de los borradores de negociación conocidos este martes, hay retrocesos.
En teoría los técnicos deberían dedicarse a limpiar los borradores, a llegar a acuerdos en los temas menos importantes y dejar sólo los asuntos clave a los ministros. Éstos oficialmente llegan mañana aunque ya hay decenas en la cumbre -no está la española Elena Espinosa pese a ser miembro de la troika europea porque España ocupará en 2010 la presidencia de la Unión -, así que en las próximas horas debería haber textos de negociación que aclarasen las posturas.
Sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario. El lunes los presidentes de los dos grupos de negociación -que deben recoger el sentir mayoritario de los 192 países de esta negociación- presentaron textos breves, claros y con pocos corchetes (la forma en la que quedan los asuntos pendientes). Hoy los borradores han crecido en confusión y han perdido números. Las cifras de reducción de emisiones, por ejemplo, quedan como que es un punto que "hay que reelaborar", mientras que en los borradores del lunes incluían que las emisiones de los países desarrollados deberían reducirse al menos un 25% en 2020 respecto a 1990.
El secretario de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, ha usado un dicho en inglés: "Puedes llevar un caballo al agua pero no puedes hacer que beba. Aquí hemos traído a 192 caballos [los países de la negociación] pero no podemos hacer que beban".
"Los jefes de Estado deben tomar ahora decisiones que los negociadores han evitado durante dos años", ha opinado Oxfam.
"No tenemos otro año para hablar"
El tramo de alto nivel de la Cumbre del Clima abrió con el reconocimiento de que la negociación no avanza y con una llamada desesperada a los países para que abandonen sus líneas rojas y superen las diferencias entre ricos y pobres que bloquean la negociación. "No tenemos otro año para hablar. La naturaleza no negocia con nosotros", calmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un acto en el que ha estado el Príncipe Carlos de Inglaterra.
Ban Ki-moon ha pedido que en los próximos tres días los países flexibilicen sus posturas: "El tiempo de las posiciones de negociación maximalistas ha terminado. El tiempo del consenso ha llegado. Nadie conseguirá todo lo que quiere en esta negociación. Pero todo el mundo puede conseguir lo que necesita. Cuanto antes tengamos el acuerdo en Copenhague antes podrá ser convertido en un tratado vinculante. Mientras, el Protocolo de Kioto es el única herramienta que tenemos para reducir emisiones y debe ser mantenido hasta entonces".
La presidenta de la Cumbre y próxima comisaria europea de Cambio Climático, Connie Hedegaard, ha admitido por primera vez la posibilidad de fiasco: "Podemos fallar. No porque nadie quiera sino porque pasamos mucho tiempo mandando señales, reafirmando posturas y con formalidades. Pero no podemos permitirnos un fracaso. Nadie puede permitirse eso. Ustedes deben ser comprometerse", ha espetado a los representantes de los 193 países (Somalia fue el último en unirse a la Convención, el pasado 10 de diciembre).
El secretario de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, ha incidido en la idea: "Ha habido progresos pero no lo suficiente pero ni siquiera cerca de presentar Copenhague como un éxito. No se trata de celebrar la victoria de una nación sobre otra, de un grupo sobre otro".
Aunque con la asistencia de más de 110 jefes de Estado y de Gobierno a la cumbre se da por seguro que habrá algún tipo de acuerdo, las potencias están tensando la cuerda y con sólo tres días más de negociación los acuerdos siguen lejos.
El Príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, ha mostrado su lado ecologista: "El futuro de la humanidad sólo se puede asegurar si vivimos como parte de la naturaleza, no aparte de ella. Tenemos sólo siete años hasta que perdamos los mandos del control del planeta. La puerta de nuestro futuro se está cerrando". Y también ha llamado al consenso: "Nuestra creciente situación precaria no se puede resolver con posiciones de ellos y nosotros. El aire que respiramos y el agua que bebemos no conoce fronteras".
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