Holanda sacrificará a miles de cabras y ovejas afectadas por el mayor brote mundial de fiebre Q
La infección bacteriana es transmitida por los animales y ha causado ya 6 muertes y 2.300 contagios
Holanda ha ordenado el sacrificio de todas las cabras y ovejas preñadas criadas en estos momentos en las granjas afectadas por el mayor brote de fiebre Q del mundo. La zoonosis (enfermedad animal transmisible al hombre) ha causado ya 6 muertos. Otras 2.300 personas están contagiadas. De momento, la medida afectará a 55 de las 400 explotaciones nacionales. Esas 55 granjas optaron por no sumarse el pasado abril a la campaña voluntaria de inoculación animal patrocinada por el Gobierno. En las zonas donde sí hubo vacunaciones, pero haya aparecido la fiebre, serán llevados al matadero todos los ejemplares infectados.
El Ministerio de Agricultura ha sido objeto de duras críticas por no haber actuado antes. Sin embargo, su titular, Gerda Verburg, ha dicho que "se trata de una enfermedad imposible de erradicar que hemos ido frenando con higiene, vacunas y pruebas para detectar la bacteria en la leche". Si bien Verburg no ha podido aclarar la cifra de cabezas de ganado que se perderán, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente habla ya de "decenas de miles de ovejas y cabras".
Causada por la bacteria coxiella brunetii, la fiebre Q es transmitida sobre todo por el ganado bovino, ovino y caprino. También son portadores algunos animales domésticos, como los gatos, además de roedores y garrapatas. Aunque no presenta síntomas en el ganado, es excretada por la orina, excrementos y leche. Puede provocar abortos, "con la consiguiente liberación de millares de partículas infecciosas a través de los productos del alumbramiento", según Roel Couthino, del propio Instituto de Salud Pública. Al ser resistente al calor, la sequedad y algunos desinfectantes, el contagio humano suele producirse por inhalación de las bacterias presentes en el polvo y suelo del corral. Los síntomas son similares a los de una gripe suave, que se incuba durante un periodo de entre dos y tres semanas. De cronificarse, puede dañar el corazón. Las autoridades han subrayado que todos los fallecidos padecían dolencias anteriores a esta fiebre.
El anuncio del sacrificio masivo de cabras y ovejas se ha producido en medio de las críticas de médicos, microbiólogos y del Parlamento. Todos han instando al departamento de Agricultura y al de Sanidad a actuar de una vez. Los científicos, sugieren, además, que el Ejecutivo ha antepuesto los intereses de los ganaderos a los de la salud pública, con la consiguiente pérdida de tiempo. Ab Klink, ministro de Sanidad, lo ha desmentido. "Durante muchos meses ha sido muy difícil establecer el número de granjas infectadas. No se nota hasta que las hembras abortan o alumbran de forma prematura", ha asegurado. De todos modos, a partir de ahora, la vacunación animal será obligatoria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.