Fuego para tallar las hachas de piedra
Los antiguos humanos ya calentaban los materiales hace 75.000 años en el sur de África
En la misma época, hace unos 75.000 años, en que los humanos antiguos empezaban a realizar representaciones simbólicas, joyas y mostraban otros signos del comportamiento humano moderno, también utilizaban ya el fuego para mejorar sus hachas de piedra. El estudio de yacimientos costeros en Suráfrica ha proporcionado pruebas de que los habitantes utilizaban de forma sistemática el fuego para mejorar los materiales disponibles y consiguientemente la calidad y la eficiencia de las herramientas de piedra.
Estas hachas se utilizaban como armas, como cuchillos y también como moneda de cambio, por lo que eran muy apreciadas.Hasta ahora, se suponía que esta tecnología se aplicó por primera vez en Europa y hace sólo 25.000 años.
Los autores del estudio, que se publica en Science, reunieron herramientas de silcreta (roca con cemento silíceo) de varios yacimientos y realizaron experimentos para reproducir su técnica de fabricación. Dedujeron así que incluía el calentamiento, que reduce la dificultad de tallar la piedra.
"El tratamiento por calor empieza con un momento eureka: alguien descubre que calentar la piedra hace que sea más fácil de tallar", señala Curtis Marean, director del proyecto y paleo antropólogo en el Instituto de los Orígenes Humanos en Arizona (EE UU). "Este conocimiento se transmite y,de forma singular en los humanos, va aumentando su complejidad a medida que se perfecciona el control del proceso de calentamiento, de enfriamiento y de talla".
Esto da lugar a un largo proceso tecnológico en cadena que requiere, según los autores del trabajo, complejidad en el pensamiento humano, y probablemente también el lenguaje, para aprender la tecnología y transmitirla.
Además, existen indicios de que el tratamiento por el fuego se remonta mucho más atrás, hasta hace 164.000 años. Los científicos piensan que esta tecnología representa un salto intermedio entre el uso del fuego para calentarse y cocinar (mucho más antiguo) y la producción posterior de cerámica y metales.
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