Las clínicas de abortos denuncian acoso y piden que se prohíban las protestas a sus puertas
La Plataforma de Mujeres contra el Aborto reúne 30.000 firmas
"Pedimos que no consienta ninguna concentración a menos de 500 metros de distancia de una clínica de abortos; tolerancia policial cero con los radicales que se manifiestan frente a los centros; presencia policial en actos en principio inocentes como el rezo del rosario pero que generalmente acaban con intimidaciones, agresiones o daños a las cosas". Éstas son algunas de las medidas que las clínicas privadas de abortos quieren que el Gobierno adopte para protegerlas. Los centros, que realizan el 98% de las interrupciones de embarazo en España, han celebrado una jornada de huelga para denunciar el acoso sistemático que sufren desde hace casi 25 años, desde que se legalizó el aborto en España en 1985, y que se ha agravado por la reforma que planea el Gobierno. 59 centros han seguido el paro.
"Queremos que se sepa, que los grupos antielección dejen de actuar impunemente, queremos acabar con un estado de opinión que entiende que abortar es una vergüenza y algo por lo que te pueden insultar y que tienes que aguantar", ha dicho en rueda de prensa Santiago Barambio, presidente de ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción de Embarazos). "La muerte en EE UU del doctor George Tiller por practicar abortos ha pasado desapercibida en España, pero es algo que aquí ya está pasando. Vale, todavía no nos han matado, pero un hombre prendió fuego en mi clínica hace 10 años y aún no se ha juzgado. Ya está bien. Tenemos que empezar a decir basta".
Los centros piden también que se instalen en las clínicas "alarmas similares a las anti-atraco bancario, para poder requerir presencia policial de forma inmediata", que las lesiones e intimidaciones que se produzcan al personal sanitario de las clínicas sean calificadas por los fiscales como delito de atentado y que los policías graben con videocámaras las concentraciones para poder identificar después a los autores de los delitos "con los que suelen acabar estos actos".
Las agresiones, según denuncian, son constantes. Ésta es la denuncia que presentó el mes pasado una trabajadora social de la clínica Mediterránea, en Castellón: "El uno de junio, sobre las 13 horas, llamó al timbre una persona (...), varón de raza blanca con el pelo tapado, alto, portando una barra de hierro en la mano, con algo punzante en uno de sus lados. Empezó a dar golpes en la puerta". El tipo no pudo entrar y se marchó, pero dejó su sello: una gran pintada con la palabra "ASESINO".
"Hay que empezar a recordar a menudo que nuestro trabajo es legal, que además estamos prestando un servicio que en principio tendría que hacer el Estado, y que en el mundo hay 60.000 mujeres que mueren cada año por abortos mal hechos en países con legislación antiabortista", dice Barambio. "La realidad está por encima de los deseos de estos grupos. Cuando se cancela el derecho al aborto se está provocando la muerte de muchas mujeres".
Mujeres contra el aborto
A la misma hora que los centros pedían ayuda al Gobierno se presentaba en Madrid la Plataforma de Mujeres contra el Aborto, formada, entre otras, por las periodistas Isabel San Sebastián, Isabel Durán y Cristina López Schlichting; las políticas María San Gil y Arantza Quiroga; Montserrat Caballé, Teresa Rabal, Niña Pastori e Irene Villa. Más de 30.000 mujeres se han adherido a su manifiesto.
San Sebastián dijo que el propósito era "combatir el periodismo gubernamental" y que se oiga "otra voz", informa Efe.
El manifiesto niega que el aborto sea un derecho propio de una sociedad avanzada. Creen que "esto es una inmensa mentira, aunque se ha convertido en la verdad establecida", porque acabar con la vida del feto es un hecho "intrínsicamente malo". Dicen que no tienen miedo a que las llamen "retrógadas", "rancias" o "casposas" por defender al no nacido. "Levantamos la voz en nombre propio y en el de millones de mujeres silenciadas por la presión de pensamiento único que prevalece actualmente en nuestra sociedad respecto a todo lo concerniente a nuestro sexo y que vincula obligatoriamente los conceptos mujer y aborto", señala el texto.
Santiago Barambio, presidente de ACAI, preguntado sobre esta iniciativa, respondió: "Ay, si nuestras paredes hablaran. A veces veo a alguna gente hablar en contra del aborto y no lo puedo creer".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.