"Bajo el hielo fracturado estamos encontrando agua atlántica y no ártica"
Elena Arashkevich se pasa horas en el laboratorio a bordo del Jan Mayen, pendiente de los sondeos de agua marina que se extraen y los minúsculos animales que ella estudia, el zooplancton, en el proyecto de cambios bruscos en el Ártico. Tiene 67 años y es una veterana científica de biología marina del Instituto Shirshov de Oceanografía, de la Academia de Ciencias, en Moscú. Arashkevich es tímida, parece que no quiere hacerse notar personalmente en el barco pese al respeto que sus colegas le muestran y no se siente muy a sus anchas a la hora de ser entrevistada, pero sonríe con resignación y resulta ser una mujer simpática y franca.
Pregunta: ¿Cómo se gestó su participación en este proyecto europeo de cambios bruscos en el Ártico?
Respuesta: Paul Wassmann, el coordinador principal del proyecto, nos invitó -al grupo ruso- a unirnos al proyecto. Conozco a Paul desde 1996 y hemos colaborado en diferentes proyectos. Trabajamos a menudo con investigadores de diferentes países. Por ejemplo, en 1998, colaboramos con científicos españoles que participaron en una campaña por el golfo de Vizcaya a bordo del buque ruso Profesor Shtokman para investigar los efectos en la vida marina de los grandes remolinos que se forman en el agua. Con los colegas polacos, a los que conocemos desde hace tiempo y hemos hecho campañas juntos, formamos el mismo equipo, pero nos hemos dividido un poco las funciones a bordo.
P. ¿Cuál es función a bordo del Jan Mayen?
R. Me ocupo de la fisiología del zooplancton y su respuesta a diferentes temperaturas. Nos centramos en dos especies: una ártica, la 'C.glacialis', y otra atlántica, la 'C. Finmarquicus', que deben tener respuestas diferentes al aumento de temperatura. En concreto hacemos análisis de producción de huevos, consumo alimenticio y supervivencia de estas especies y hacemos los experimentos aquí en los laboratorios sometiendo los especimenes a diferentes temperaturas (cero grados centígrados, 2,5, 5, 7,5 y 10 grados). Luego continuaremos los análisis en la segunda parte de la campaña, en los laboratorios de la Universidad Unis (Longyearbyen).
P. La recogida de muestras está resultando complicada para el equipo de zooplancton en esta campaña.
R. Bueno, la recogida de agua no supone ningún problema, lo que pasa es que no estamos encontrando mucha agua ártica para obtener suficientes ejemplares de 'C.glacialis'. Sabemos que está bajo el hielo, pero cuando la placa es totalmente compacta no podemos entrar en ella navegando y en las zonas fracturadas estamos encontrando agua atlántica que se mete bajo el hielo, en lugar de agua ártica. Al principio de la campaña, la semana pasada, dimos con una zona de agua ártica en el Este de las islas Svalbard y sacamos ejemplares, pero decidimos desplazarnos hacia el oeste pensando que sería una zona mejor y hemos encontrado mucho hielo pero con agua atlántica debajo, así que volvemos ahora al otro lado de las islas donde encontramos más 'C.glacialis'. Hasta ahora hemos hecho seis estaciones completas [toma de muestras a diferentes niveles de profundidad que dura unas horas, recogiendo agua para los diferentes grupos de biólogos a bordo] y varias rápidas para identificar si estamos en agua atlántica o ártica.
P. ¿Ha estado antes en campañas en el Ártico?
R. Si, más de diez veces, y una vez en la Antártida, en 1976. Además tenemos una estación biológica en el Mar Blanco, que está conectado con el Mar de Barents, y he estado allí varias veces haciendo investigaciones de biología marina, en campañas de toma de muestras. Cuando era estudiante hice varias también.
P. ¿En estos años ha observado cambios significativos en el Ártico?
R. No la verdad es que no he notado grandes diferencias, más allá de la variabilidad normal que tiene esta zona.
P. ¿Es difícil trabajar en un barco como éste? Su grupo trabaja con mucho material, incluidos varios microscopios....
R. El grupo noruego se ha encargado de traer a bordo lo que necesitamos y en el barco se trabaja bien.... normal.... bueno si, tienes que fijar todo y sujetarlo por el movimiento del barco, pero estamos teniendo buena mar. Si hubiera una tormenta fuerte no podríamos trabajar mucho en los laboratorios y tendríamos que sujetar todo el equipo mucho más, pero la verdad es que cerca de la capa de hielo el mar siempre esta calmado porque el mismo hielo contiene el oleaje.
P. Del zooplanton se ocupa usted, pero también los noruegos, los polacos y un español.
R. Si, cada grupo hace una parte del trabajo de laboratorio y todo es complementario. Yo trabajo con Konstantin Solovyev, que es un joven científico y Anastasia Nikishina que esta haciendo la tesis doctoral conmigo, luego están los noruegos, los polacos y Jordi [Jorge Felipe]. Tengo que decir que todos son excelentes personas y profesionales muy buenos, así que es un placer trabajar con ellos.
P. ¿Está Rusia realizando investigaciones árticas intensas?
R. Se están haciendo mucho. Hace dos años participé en una campaña en el mar de Kara (al norte de Siberia) que sólo se puede navegar un mes al año, por los hielos. Mis colegas trabajan también casi todos los años en las estaciones que se instalan en hielos a la deriva. Es muy caro, así que hay que hacerlo con patrocinadores o en colaboraciones. También se ha hecho una campaña a bordo del rompehielos 'Fiodorov', con un sumergible que ha bajado hasta el fondo del ártico en el Polo Norte y que ha tomado unas muestras. Es un sumergible de mi instituto que desciende hasta 6.000 metros con dos, tres o cuatro personas a bordo. Este sumergible se ha utilizado para varias películas también.
P. ¿Participa Rusia en programas internacionales con los otros países ribereños del Ártico: EEUU, Canadá, Noruega, Groenlandia?
R. Hay varios programas internacionales en los que participa Rusia, pero eso es cuestión que se decide a nivel de Gobierno y la verdad es que nunca me ha interesado. Lo que sí le puedo decir es que nosotros, a nivel de nuestro instituto, participamos en proyectos con Estados Unidos, con Canadá y con la UE.
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