España necesita instalar al menos 5.000 desfibriladores en lugares públicos
Se calcula que el 30% de las muertes por infarto de miocardio se evitarían si los afectados fueran atendidos a tiempo
Alrededor del 30% de las personas que sufren un infarto agudo de miocardio en España no sobreviven porque no pueden ser atendidos a tiempo, según datos del Ministerio de Sanidad. Esta cifra se reduciría si se instalaran desfibriladores semiautomáticos en instalaciones como estaciones de autobuses, trenes o metro, museos y grandes edificios de oficinas. La Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC) calcula que es necesario instalar al menos 5.000 desfibriladores semiautomáticos en lugares públicos.
En cada provincia existen al menos un campo de fútbol y una plaza de toros, además de polideportivos, recintos donde habría que instalar en cada uno de ellos al menos uno de estos aparatos, ha subrayado el vocal de la asociación, Joaquín Lejeune, en un comunicado. Lejeune ha añadido que existen al menos treinta aeropuertos, unas veinte estaciones de tren y numerosos centros comerciales en España en los que continuamente se dan cita un alto número de personas. "Sería de utilidad instalar desfibriladores semiautomáticos en todas las instalaciones en las que es obligatoria la existencia de un botiquín de primeros auxilios, contrastando primero la relación entre el coste del aparato y la necesidad de cada instalación", ha destacado Lejeune.
Estos desfibriladores deberían ubicarse a una distancia que permita que cualquier persona que presencie un ataque al corazón pueda llegar hasta al lugar en el que está colocado el aparato, recoja el equipo y llegue al punto donde se encuentra el paciente en menos de cuatro minutos, tiempo tras el cual comienza la muerte cerebral, ha explicado el experto.
Estos desfibriladores deben ser sencillos e indicar, al abrirlos, qué se debe hacer, tanto a través de una voz grabada como en una pantalla, ha señalado. Sería deseable, no obstante, ofrecer cursillos sobre los pasos básicos para la resucitación cardiovascular, clases que son impartidas actualmente por empresas especializadas y suelen durar unas dos horas, ha agregado Lejeune.
El experto ha apuntado que el plan que el Sistema Nacional de Salud (SNS) está desarrollando para instalar estos desfibriladores en lugares públicos y elaborar una normativa estatal debería prever que el mantenimiento de estos aparatos esté a cargo de personal cualificado y especializado, para que el funcionamiento de los desfibriladores sea perfecto.
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