La Guardia Civil investiga la profanación del monolito del alcalde Fago
Aparecen un escrito que afirma que el fallecido "hacía la puñeta" a los vecinos
La Guardia Civil de Jaca investiga la profanación del monolito dedicado a la memoria del alcalde asesinado en Fago, Miguel Grima, un pequeño monumento instalado en el mismo lugar en que se encontró el cuerpo sin vida del regidor hace poco mas un año.
Formado por una cruz, flores y un poema, el monolito dedicado al alcalde, ubicado en la carretera que une esta población con Majones, apareció este fin de semana con un tachón sobre la frase "Aquí fue vilmente asesinado Miguel Grima Masiá".
Las palabras "vilmente asesinado" fueron tachadas y sustituidas en rotulador negro por la palabra "ajusticiado", según recoge hoy el periódico regional Heraldo de Aragón. El autor también aprovechó el dorso de un poema de Bertold Brecht, dedicado a Grima y colgado en el poste del monolito, para justificar el asesinato del ex alcalde y acusar a la víctima de "hacer la puñeta a los vecinos".
El manuscrito, con multitud de faltas de ortografía, recoge el siguiente texto: "Miguel no se merecía eso. Pero era muy mal alcalde, solo hacía la puñeta a los vecinos y aplicaba medidas que perjudicaban a los vecinos. Al Señor Mainar le cortaba el agua de la granja y jugaba con su pan. Las acciones traen reacciones, y con las cosas de comer no se juega. Vecinos de Fago".
La manipulación del cartel fue comunicada el pasado fin de semana por un vecino de Fago al actual alcalde de la localidad, Enrique Barcos, que denunció los hechos a la Guardia Civil de Jaca. Los responsables de la investigación, algunos de los mismos agentes que participaron en la detención del principal sospechoso del crimen, el guarda forestal y ganadero Santiago Mainar, se desplazaron a la zona para recoger todos los indicios que pudieran determinar la autoría de estos hechos.
Fuentes de la investigación consultadas vincularon este hecho al "odio muy profundo" que provocó Miguel Grima entre vecinos de la zona, pero rechazaron la posibilidad de que pudiera modificar la instrucción del caso, que se cerró con Mainar como un único imputado. Las mismas fuentes descartaron que esta profanación suponga abrir nuevas líneas de investigación, así como la búsqueda de nuevos sospechosos.
Del mismo modo se pronunciaron otras fuentes de la magistratura oscense, para las que los hechos denunciados evidencian el clima "exacerbado y de casi locura" que se vivió en Fago a partir del muerte de Grima.
Nuevas pruebas
Admitieron, sin embargo, que el instructor del caso podría solicitar nuevas pruebas una vez se determinara la autoría de los daños causados a este monolito, que fue el lugar escogido por los amigos de Grima para conmemorar el aniversario de la muerte del alcalde el pasado 12 de enero. Los daños infringidos a esta cruz son interpretados por algunos partidarios de Grima como un intento de criminalizar a la víctima y de "sembrar dudas" antes de la celebración del juicio que enfrentará a Mainar a un juzgado popular.
En la comarca de la Jacetania, de la que Grima era consejero, esta noticia ha causado preocupación e indignación, especialmente entre sus partidarios, que aseguraron no comprender el objetivo del autor o autores.
En declaraciones al Heraldo de Aragón, el actual alcalde de Fago, Enrique Barcos, califica esta acción de "acto de cobardía, repugnante y propio de mafiosos", cuyo objetivo es levantar una "cortina de humo" sobre el crimen y "sembrar cizaña" entre los vecinos.
La acción también ha sido condenada por el letrado de la defensa de Santiago Mainar, Marcos García Montes, quien incidió en la necesidad de "respetar" a los muertos. El letrado se desplazará en los próximos días a los Juzgados de Jaca para revisar algunas de las pruebas periciales practicadas, según declaró.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.