El supuesto asesino del alcalde de Fago se retracta

Santiago Mainar, el guarda forestal acusado de matar al alcalde de Fago (Huesca), se retractó ante la juez de guardia de Jaca de su autoinculpación y ahora sostiene que es inocente y que no está implicado en el crimen, según fuentes de la investigación. Sin embargo, los investigadores replican que su confesión ante la Guardia Civil, el pasado viernes, tuvo "todas las garantías jurídicas" y que él la hizo "libremente y sin ninguna coacción".

Las mismas fuentes consideran "contundentes" los indicios que hay contra Mainar, siendo los más importantes sus restos de tejido epitelial (piel) hallados en el volante, el freno de mano y la palanca de cambios del automóvil del difunto Miguel Grima.

Mainar, que está preso en la cárcel de Zuera (Zaragoza), declaró el pasado domingo ante la juez de Instrucción número 1 de Jaca y se desdijo de lo que había manifestado 48 horas antes en el cuartel de la Guardia Civil. Fuentes de la investigación sostienen que la autoinculpación tiene mucho peso y que será difícil que la justicia no la tenga en consideración, dado que Mainar la hizo ante un abogado de oficio.

Al margen de la confesión, fuentes de la Guardia Civil han explicado que hay fuertes indicios contra el guarda forestal: uno, las escamas de su piel halladas en el volante del Mercedes del alcalde y en otras partes del vehículo; y dos, los "restos metálicos" localizados en sus manos a resultas de la prueba de la parafina y que podrían ser consecuencia de haber hecho un disparo con un arma de fuego.

Con los restos de su piel en su poder, los investigadores preguntaron discretamente a Mainar si en alguna ocasión éste le había invitado a subir a su coche. El sospechoso declaró que la relación con el alcalde era mala y que en modo alguno había viajado en su Mercedes. "¿Cómo explicar entonces la existencia de restos de piel reciente, perteneciente a Mainar, en el interior del automóvil? Eso sólo es explicable si fue la última persona que condujo el vehículo del asesinado".

Mientras, la Guardia Civil sigue buscando la escopeta usada para matar al alcalde. Mainar ha dicho que la metió en un camión con matrícula francesa. Pero los investigadores no acaban de dar crédito a esta versión y barajan la posibilidad de que el arma se la prestase un amigo al que no quiere delatar. También baraja la hipótesis de que ese vecino le dejase el arma creyendo que era para matar un jabalí que invadía sus fincas.