El niño de El Royo vuelve a un centro de acogida por encontrarse en situación de "desamparo"
El menor fue devuelto a su madre biológica, con un trastorno bipolar, en 2002 tras ser dado en acogida
Diego L. B., el niño que fue devuelto a su madre biológica tras ser dado en régimen de acogida a una familia de la localidad soriana de El Royo, ha sido internado de nuevo en un centro de menores de Salamanca después de que el juez de instrucción de Ciudad Rodrigo hallase indicios de "desamparo" y "absentimo escolar". El pequeño, a punto de cumplir ocho años, vivía desde 2002 en esa ciudad salmantina con su madre biológica, Margarita Bernal, que sufre una enfermedad mental grave (trastorno bipolar) y se encuentra desde hace días bajo el cuidado de profesionales médicos.
En un auto provisional, el juez de instrucción de Ciudad Rodrigo explica la decisión de reenviar al pequeño al centro "al observar que el menor se encontraba en situación de desamparo e incurría en el absentismo escolar por no recibir la atención adecuada de su madre", según una información publicada hoy por La Gaceta de Salamanca. En los próximos días el titular del juzgado dictará un nuevo auto en el que detallará cuál debe ser la situación del niño en los próximos meses. La decisión del juez se ha conocido después de que la dirección del Colegio Público San Francisco de Ciudad Rodrigo decidiera informar al juzgado acerca de las continuas faltas de asistencia, retrasos en la entrada al centro educativo y demoras de la madre en la recogida de Diego al terminar las clases.
Un caso polémico
Diego L. B., cuyo padre padece esquizofrenia, permaneció cinco meses internado en un orfanato cuando nació y, posteriormente, en mayo de 1999, fue entregado en régimen de preadopción a un matrimonio de El Royo (Soria), de ahí su apelativo.
Después de diecisiete meses con su familia de acogida, un juez decidió su ingreso en un centro de menores y en noviembre de 2002 la Audiencia de Salamanca dictó una sentencia por la que devolvía la custodia de Diego a su progenitora. La justicia consideró que sería beneficioso para la enfermedad de la madre el cuidar del menor. La decisión judicial levantó una fuerte protesta.
A finales de 2003 el pequeño fue encontrado en compañía de su madre en Madrid y en situación de desamparo, al parecer mendigando en el metro, lo cual no pudo ser probado, pese a lo cual fue internado otra vez en un centro de menores de Salamanca para que pudiera estar cerca de su madre. Una nueva decisión judicial, en diciembre de 2003 y tras varios meses de deliberación, acordó otorgar la custodia a Margarita Bernal, contra la cual la Junta de Castilla y León presentó en febrero de 2004 un recurso de apelación basado en informes psicológicos que desaconsejaban esa devolución a la madre biológica. En mayo de 2004, la Audiencia Provincial de Salamanca acordó desestimar el recurso del Gobierno autonómico.
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