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Los cuatro niños de María tendrán que volver a Israel

La Audiencia de Oviedo ratifica un fallo que ordena regresar con su padre, un judío ultraortodoxo, a los cuatro hijos de una española que huyó del país con ellos

María Amor González cogió hace dos años y medio a sus cuatro hijos, de entre 14 y 8 años, y huyó de Israel, donde llevaba ocho viviendo con su marido, un judió ultraortodoxo con el que se casó en 1988 en Miami. María, de 37 años, no aguantaba más y se refugió en Avilés, donde nació y tiene a la familia. Ahora, los niños deberán regresar, ya que la Audiencia Provincial de Oviedo ha confirmado la decisión del Juzgado de Instrucción número 5 de Avilés, que ordenó que sean repatriados a Israel con su padre. La madre ya ha anunciado que va a recurir el auto.

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No es sólo una cuestión de vaqueros

Así lo acuerda la Sección Quinta de la Audiencia en un auto, en el que desestima el recurso de María contra el dictado por el juzgado el pasado 28 de septiembre. El juzgado estimó una demanda de Moshe Elgozi frente a la madre y acordó la restitución de los menores, de nacionalidad israelí, a su padre y su traslado a su lugar de residencia en Gan Yavne, cerca de Tel Aviv. Desde la huida de su mujer en 2004, el padre ha venido reclamando a los menores a través de un proceso judicial que dura ya más de dos años.

El abogado del progenitor, Abel Isaac Bedoya, estima que recuperará a sus hijos en un plazo "de no menos diez días", ya que el auto de la Audiencia debe volver a Avilés para que el juzgado número 5 ejecute la sentencia. Sin embargo, la abogada de la mujer, Ana Clara Belío, ha anunciado que recurrirá el auto. Si bien ante el auto de la Audiencia "no cabe recurso de casación", la madre planteará "un recurso extraordinario por infracción procesal" ya que estima que el juez "no ha dado prioridad a las declaraciones de los menores, que han expresado su voluntad inequívoca de permanecer en España". Para la letrada, el hecho de que los cuatro menores "no rechacen a su padre, al que quieren como tal", no significa "que su deseo es el de permanecer junto a su madre en España".

Al colegio con máscara de gas

De este modo, la madre contará ahora con un plazo de cinco días para presentar el recurso extraordinario, aunque según ha reconocido la letrada su presentación no implica "que se vaya a suspender la devolución de los cuatro menores a Israel". La abogada manifestó que el auto de la Audiencia de Oviedo es "muy decepcionante" para la madre y su entorno, al tiempo que "abre una vía peligrosa, al no tomar en cuenta la voluntad inequívoca de los menores en un caso como éste". Los tribunales consideran que la mujer había sacado ilegalmente de Israel a sus cuatro hijos y apelan a un convenio internacional de devolución de menores. María Amor y su abogada aseguran que ese convenio tiene una excepción: el riesgo "físico o psíquico" para los niños.

Al conocer el fallo en primera instancia, María contaba a este periódico que estaba desesperada: "Me dicen que primero los entregue y luego vamos a juicio. Pero es que, aunque me den la razón dentro de un tiempo, a esos niños sería imposible sacarlos de Israel. Ellos quieren quedarse aquí, sobre todo la mayor. Su padre no le deja ni siquiera ponerse pantalones". "Yo tengo muchos amigos en Israel, es gente maravillosa", explicaba esta mujer, "pero hay personas con una mentalidad muy extrema, como mi esposo y su familia. Y quiere educar a sus hijos en esa vía. Yo luché toda mi vida para que puedan elegir qué ropa ponerse, qué comer. Allí era imposible. Mi hija soñaba con vestir vaqueros o ir a un colegio mixto, ahora lo tiene".

Amor se hizo judía cuando estaba embarazada de esa niña, la mayor, en Miami. Pero su esposo, cuenta, se fue radicalizando hasta que decidió que se iban a Israel. Ella nunca se adaptó: "La gente allí es muy dura. Soportan que sus hijos vayan al colegio con máscara de gas, pero para mí era una locura. Vivía en una angustia permanente". La mujer teme, sobre todo, por su hija mayor: "Tiene derecho a vivir. Allí en un par de años su padre la va a casar con un hombre como él, porque las mujeres no pintan nada para los ultraortodoxos".

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