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La ONU denuncia el aumento de la violencia contra los niños y la tolerancia de la sociedad

Un informe propone el nombramiento de un representante especial sobre la Violencia contra la Infancia

Payel, de siete años de edad, carga piedras en una cesta en la orilla del rio Balason, en las afueras de la ciudad india de Siliguri.
Payel, de siete años de edad, carga piedras en una cesta en la orilla del rio Balason, en las afueras de la ciudad india de Siliguri.EFE

Alrededor de 53.000 niños y niñas menores de 17 años murieron en 2003 como resultado de homicidios, al tiempo que en el año 2000 al menos 5,7 millones de niños y niñas realizaban trabajos forzosos o en condiciones de servidumbre, 1,8 millones estaban atrapados en la prostitución y la pornografía y 1,2 millones fueron víctimas de la trata. Estas cifras se extraen del informe sobre Violencia contra los Niños del Secretariado General de la ONU que fue presentado ayer ante la Asamblea General y en el que se reclama el nombramiento de un representante especial sobre la Violencia contra la Infancia con un mandato inicial de cuatro años.

Más información
Informe de la ONU sobre el aumento de la violencia contra los niños

El informe, que supone el primer documento que ofrece un panorama completo sobre el aumento de la violencia contra la infancia en el mundo, revela que la mayoría de los actos violentos perpetrados contra la niños permanecen ocultos y son a menudo tolerados por la sociedad.

La violencia contra la infancia incluye la violencia física, la psicológica, la discriminación, el abandono y los malos tratos. Abarca desde el abuso sexual en el hogar hasta los castigos orporales y humillantes en las escuelas; desde el uso de restricciones físicas contra niños y niñas en sus hogares hasta la brutalidad perpetrada por las autoridades encargadas de hacer cumplir las leyes; desde el abuso y el abandono que se produce en las instituciones hasta las guerras entre bandas en las calles donde los niños y niñas juegan o trabajan; desde el infanticidio hasta los llamados asesinatos por "honor".

"La mejor manera de abordar la violencia contra la infancia es impedirla antes de que ocurra", dice el profesor Paulo Sérgio Pinheiro, el experto independiente nombrado por el Secretario General para dirigir el Estudio. "Todo el mundo tiene una función que desempeñar en esta tarea, pero los Estados deben asumir la responsabilidad principal", lo cual

"significa prohibir todo tipo de violencia contra la infancia allí donde ocurra y quienquiera que sea el que la ejerza, e invertir en programas de prevención para abordar sus causas subyacentes", prosiguió.

Aunque la violencia extrema contra la infancia puede ocupar los titulares de las noticias, el estudio llega a la conclusión de que para muchos niños y niñas la violencia forma parte de una rutina y es una realidad cotidiana. Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia pueden tener graves repercusiones sobre el desarrollo, la salud y la capacidad de aprendizaje de los niños y niñas.

Defensor de la infancia

El informe reclama que se tomen varias medidas para evitar la violencia contra los niños a través de 12 recomendaciones generales que abordan esferas como las estrategias y los sistemas nacionales, la recopilación de datos y la necesidad de garantizar que todos los implicados asuman sus responsabilidades. A nivel internacional, el informe pide el nombramiento de un representante especial sobre la Violencia contra la Infancia, con un mandato inicial de cuatro años, para actuar como defensor mundial de alto nivel en la promoción de la prevención y eliminación de todo tipo de violencia contra la infancia y para fomentar la cooperación y el seguimiento.

Cifras alarmantes

Las cifras que ofrece el informe revelan un "panorama alarmante", según la ONU. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2002 alrededor de 53.000 niños y niñas de 0 a 17 años murieron como resultado de homicidios. Asimismo, según los últimos cálculos de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), 5,7 millones de niños y niñas realizaban trabajos forzosos o en condiciones de servidumbre en el año 2000, 1,8 millones estaban atrapados en la prostitución y la pornografía, y 1,2 millones fueron víctimas de la trata.

En 16 países en vías de desarrollo analizados en una Encuesta Mundial sobre la Salud realizada en las escuelas, el porcentaje de niños y niñas en edad escolar que informaron haber sufrido abusos verbales o físicos en la escuela durante los 30 días precedentes oscilaba desde un 20% en algunos países hasta un 65% en otros.

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