Los científicos observan por primera vez una supernova en tiempo real
Los investigadores han utilizado un telescopio Swift de la NASA en el primer acontecimiento de esta naturaleza
Un equipo de científicos británicos, en colaboración con otros colegas, han utilizado el satélite Swift de la NASA y una combinación de observatorios en órbita y sobre la tierra, para captar una supernova (explosión de una estrella en la que se libera gran cantidad de energía), la primera vez que se observa a tiempo real. Los resultados de esta exploración, se mostrarán este jueves en el número próximo número de Nature. Este fenómeno, uno de los más brillantes del universo, irradia 5.000 millones de veces más luz que el Sol.
El acontecimiento comenzó el pasado 18 de febrero, en una galaxia de estrellas formada hace 440 millones de años luz hacia la constelación de Aries. En ese momento se dieron cuenta de que era un inusual explosión de rayos gamma que duró cerca de 40 minutos, muy lejos de las pocas milésimas de segundo de estas explosiones. Debido a la larga duración, los científicos fueron capaces de observar el volumen con tres telescopios diferentes.
"El hecho de que el satélite pueda apuntar tan rápido nos permitió observar el temprano comportamiento del evento", ha dicho el doctor Alex Blustin, del Laboratorio de Ciencia Espacial del Colegio Universitario de Londres. Por otro lado, el doctor Paul O'Brian, de la Universidad de Leicester, ha explicado que "esta explosión de rayos gamma fue el objeto más extraordinario jamás visto por Swift", y añadió que "los tres telescopios a bordo detectaron el brillante y después debilitado objeto".
Un fenómeno extraordinario
Finalmente, dos días después de la clásica supernova, una ardiente nube de gas potenciada por la descomposición de escombros radioactivos de la estrella muerta comenzó a eclipsar la ola debilitada.
Estas supernovas son tan inusuales que la última conocida en nuestra galaxia fue vista en 1572 por el astrónomo danés Tycho Brahe, quien acuñó el término "nova" para determinar una "nueva estrella", sin saber que presenciaba el final de una estrella desconocida.
Los astrónomos británicos de las universidades de Leicester y Hertfordshire forman parte de un grupo liderado por el Instituto Nacional de Astrofísica de Italia, que suelen usar el telescopio de 8,2 metros del Observatorio Europeo del Sur situado en Chile, además del telescopio de 3 metros del Observatorio de la Universidad de California.
Finalmente, dos días después de la clásica supernova, una ardiente nueve de gas potenciada por la descomposición de escombros radioactivos de la estrella muerta comenzó a eclipsar la ola debilitada.
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