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Reportaje:

Muere la ballena que llegó al Támesis

El cetáceo, cuya desventura han seguido miles de personas por televisión, fallece en la barcaza que lo conducía al estuario para liberarlo

La ballena del Támesis, que fue incapaz de encontrar por sí misma el camino de vuelta al mar, ha muerto a última hora de hoy a pesar de los intentos a la desesperada por salvarla. Herida, agotada y totalmente perdida, ha fallecido en la barcaza que la conducía, después de una espectacular operación de rescate seguida por miles de personas en la orilla del río y otras tantas desde su televisor, a alta mar con el fin de liberarla.

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Una ballena en el Támesis
Una ballena nada Támesis arriba hasta llegar a Londres

Todos los intentos han sido en vano. La ballena, que ayer se extravió y se adentró en el río Támesis hasta la altura de Londres, sólo ha sobrevivido unas horas a bordo de la barca, sin que el veterinario y el resto del equipo de rescate al animal hayan podido hacer nada por su vida. El equipo confiaba en poder llegar a aguas profundas del estuario para soltar allí al animal, de unos cinco metros de longitud y siete toneladas de peso. Sin embargo, la ballena, tremendamente debilitada tras el estrés de los últimos días, no ha resistido el viaje.

Alan Knight, del equipo de rescate de hombres rana de la Marina británica, ha explicado que el pesimismo cundió a bordo cuando el animal ha comenzado a sufrir convulsiones mientras su respiración se volvía irregular. Los expertos ignoran por qué el cetáceo subió por la vía fluvial y llegó hasta la capital británica. El animal parecía totalmente desorientado y algunos expertos apuntan a que, sintiéndose enfermo, había buscado abrigo en el río. El ejemplar, un calderón boreal, especie conocida también como ballena nariz de botella del norte, fue avistado por primera vez a las 8.30 de ayer, cuando nadaba río arriba, y desde entonces se ha convertido en un espectáculo para los londinenses.

Otro cetáceo muerto cerca de Londres

Anoche se perdió de vista durante varias horas y se llegó a pensar que había invertido el rumbo para bajar por el Támesis hasta Greenwich en un intento de volver al mar. Pero, a primera hora de esta mañana, ha sido avistada de nuevo algo más arriba del río, en el barrio londinense de Battersea. Al bajar la marea, el cetáceo ha quedado varado en aguas poco profundas ante la mirada atónicas de cientos de personas, que se han concentrado en la zona para contemplar el insólito espectáculo. Allí, se ha llevado a cabo la operación de rescate a primera hora de la tarde. Lo primero que ha hecho el equipo es inmovilizar al animal, introduciendo por debajo de su cuerpo una goma inflable. La ballena, controlada con ayuda de varios pontones inflables, ha sido exanimada por expertos veterinarios, que le han hecho análisis de sangre y otras pruebas.

Mientras, le echaban continuamente agua por el lomo. Los veterinarios, que debían decidir si el animal estaba en condiciones de sobrevivir si le debajan en alta mar o si no tenía posibilidad ninguna y debía ser sacrificado, han dado el visto bueno al transporte. Con ayuda de una grúa, ha sido izada y colocada en la barcaza. Las cámaras de televisión han seguido muy de cerca las operaciones. En este sentido, un experto en vida silvestre, Terry Nutkins, ha criticado el "circo" montado en torno al animal y ha instado a quienes tratan de rescatarlo que le dejen en paz porque van a desorientarlo aún más. "El animal necesita espacio. No es estúpido. El ruido de los motores [de los barcos] le molesta", ha señalado Nutkins.

Por su parte, Paul Jepson, de la Sociedad Zoológica de Londres, que pudo examinar al cetáceo desde un barco, ha expresado su preocupación por las heridas del animal en la cabeza y la cola. Se cree que el cetáceo formaba parte de un grupo de ballenas que fue avistado en el estuario del Támesis a principios de la semana y que, por alguna razón, se perdió. Además de esta ballena, han llegado informaciones sobre el hallazgo del cadáver de otro cetáceo, más pequeño, en la localidad de Putney, próxima a Londres, aunque se cree que se trata de un delfín y no de una ballena.

Una grúa iza al cetáceo, entre varios pontones inflables, hasta una barcaza.
Una grúa iza al cetáceo, entre varios pontones inflables, hasta una barcaza.AP

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