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Condenan a 271 años y medio de cárcel a un profesor de gimnasia por 24 violaciones

Se trata de la pena más alta impuesta por la Audiencia Provincial de Málaga, aunque cumplirá un máximo de 20 años

Un profesor de gimnasia ha sido condenado esta tarde a un total de 271 años y medio de prisión por 24 violaciones y agresiones sexuales consumadas y frustradas, cometidas en Málaga capital entre 1997 y 2002. Se trata de la pena más alta impuesta por la Audiencia Provincial de Málaga en su historia, aunque cumplirá un máximo de 20 años en prisión. La sentencia consta de 23 folios y en ellos se relata cómo el acusado, J.C.G.R., de 32 años y casado, agredía a sus víctimas, a las que infringió un trato que el tribunal califica de "brutal", ya que lo hizo con "deseo de humillar, más allá de la acción sexual".

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El condenado intimidaba a las mujeres de forma "vejatoria y degradante", en algunos casos en presencia de los hijos menores de las víctimas, entre las que había una adolescente de 13 años. Además, llegó a obligar a las víctimas a besarse entre ellas y en ocasiones utilizó cuchillos y navajas para amenazarlas y anular su voluntad. El acusado era profesor de Educación Física y administrativo del Málaga CF y fue detenido el 4 de febrero de 2002 en la puerta del colegio privado en el que llevaba trabajando cuatro años.

El tribunal entiende que el acusado "siempre se comportó siguiendo planes previamente elaborados" y que cada agresión "constituye una ofensa personal y merece la imposición de una pena individualizada". Pese a ello, el tribunal explica en el fallo que el máximo de cumplimento de las penas impuestas no puede exceder de 20 años de prisión. También se le impone la prohibición de acudir al domicilio de las víctimas, a su lugar de trabajo o al lugar en que se encuentren, en un radio no inferior a dos mil metros, así como el de comunicarse con ellas o sus familiares, por cualquier medio incluso el telefónico, durante los 15 años posteriores al cumplimiento de la condenada privativa de libertad.

Doble personalidad "manejada a su antojo"

Los magistrados entienden que el acusado se comportaba con una doble personalidad "que manejaba a su antojo" y que no ha abandonado desde su detención como estrategia para la exención de su responsabilidad. Los jueces mantienen que se comportó con "maldad" y que era "plenamente consciente de sus hechos"y destaca que el sadismo y el masoquismo como cualquier trastorno o perversión sexual no priva a los sujetos afectados de la libertad de actuar.

En la sentencia queda probado que el violador buscaba a sus víctimas entre jóvenes estudiantes "rubias y extranjeras", entre 18 y 23 años, y se hacía pasar por fontanero con la excusa de que existía una avería en los inmuebles, allí las intimidaba con un cuchillo que cogía de la cocina y conseguía agredirlas sexualmente. Sin embargo, al principio también agredió a españolas, generalmente con hijos y a quienes veía por la calle, volviendo del supermercado o en la parada del autobús escolar. El agresor las seguía en su propio vehículo, que dejaba aparcado incluso en doble fila para poder continuar el seguimiento hasta el portal, piso y vivienda de la víctima escogida.

En las primeras agresiones, con víctimas españolas, el profesor utilizaba medias o calcetines para maniatar a las mujeres, algunas de las cuales se hallaban en esos momentos con sus hijos, y muchas se libraron de las ataques gracias a sus gritos que hacían huir al hombre. El abogado defensor ha asegurado que se iba a trasladar a la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga) para comunicar a su cliente la sentencia y que previsiblemente iba a recurrirla al no estar conforme con ella.

El ahora condenado, J.C.G.R., de 32 años, acude con la cara cubierta el día 14 de marzo a la Audiencia de Málaga.
El ahora condenado, J.C.G.R., de 32 años, acude con la cara cubierta el día 14 de marzo a la Audiencia de Málaga.JULIÁN ROJAS

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