La Armada rusa rectifica y asegura ahora que el buque nuclear 'Pedro el Grande' no tiene fallos

El comandante en jefe de la Armada de Rusia, el almirante Vladímir Kuroyédov, ha rectificado sus declaraciones de esta mañana al asegurar que el buque insignia de la Flota del Norte, el Pedro el Grande, un crucero de propulsión atómica, "está bien y reúne todos los requisitos". Horas antes, el propio Kuroyédov había afirmado que el buque podía "estallar en cualquier momento".

"El servicio de seguridad nuclear del crucero está bien", ha asegurado Kuroyédov para rectificar lo dicho por la mañana, cuando llegó a alertar sobre la posibilidad de que el buque estallara. Según el almirante, en este momento sólo las condiciones de vida en los cuarteles generales del crucero son insatisfactorias, porque no se ajustan las normas de la Marina rusa. El propio Kuroyédov ha anunciado que procederá a reorganizar el buque en las próximas tres semanas y que supervisará personalmente todas las pruebas y la rectificación de los fallos que tiene el barco amarrado en la base de Severomorsk, en el mar de Barents, por dos semanas.

Esta mañana, el almirante Kuroyédov aseguró que "en el buque, por donde andan los almirantes está todo en orden, pero por donde no pasan todo está en tal estado, y en cualquier momento puede volar por los aires". "Me refiero también al mantenimiento del reactor nuclear", apostilló el responsable de la Armada rusa antes de denunciar que "semejante actitud del mando hacia el estado de sus buques conduce a la ruina de la Armada".

Kuroyédov llegó a decir además que había constatado la gravedad de la situación del Pedro el Grande personalmente el pasado miércoles, cuando observó desde la cubierta del buque los lanzamientos de prueba de dos cohetes intercontinentales RSM-54 (SS-23 Skiff, según la clasificación de la OTAN) desde un submarino.

Esas pruebas, según las primeras declaraciones del almirante, tuvieron carácter extraordinario, ya que fueron llevadas a cabo tras el fracaso de los ejercicios estratégicos navales y aéreos Seguridad-2004, cuando la Armada rusa no consiguió lanzar desde submarinos nucleares dos misiles intercontinentales y un tercero tuvo que ser destruido por desviarse de su trayectoria.

Los fallos ocurrieron en presencia del presidente del país y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Rusia, Vladímir Putin, quien seguía desde la cubierta de otro submarino las maniobras en el mar de Barents.

Kuroyédov también explicó esta mañana que el cohete RSM-54 que fue destruido en el aire en el segundo 98 de vuelo fue fabricado en 1987 con una "garantía de explotación de siete años y medio". "Se puede prolongar la paciencia de una persona, pero no la de un cohete, que tiene un sistema electrónico complejo", afirmó el comandante, para quien "a partir de hoy la fiabilidad de los lanzamientos de los RSM-54 es sólo del 95%.