Un buque con mil toneladas de petróleo, a punto de partirse en dos en Suráfrica
El 'Jolly Rubino', que encalló el jueves en una zona protegida del Indico, se encuentra en llamas
El Jolly Rubino, un buque cisterna que transporta 1.100 toneladas de petróleo y 225 de gasóleo y que encalló el jueves en la desembocadura del estuario de Santa Lucía, una zona protegida de la costa surafricana del Indico, está a punto de partirse en dos, según denuncia una organización ecologista local.
El barco, de 190 metros de eslora y un desplazamiento de 31.260 toneladas, "muestras señales de que puede quebrarse en dos", según ha informado a la televisión surafricana Jeff Gaisford, portavoz de la Comisión de Conservación de la Vida Salvaje de la provincia de Kuazulu-Natal, que ha recordado que el lago de Santa Lucía y su delta albergan una abundante vida natural y la región ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad por las Naciones Unidas.
El barco, que se incendió antes de encallar, está siendo zarandeado por una fuerte marejada y según la agencia France Presse, que ha sobrevolado esta mañana la zona, se ha formado una marea negra de 11 kilómetros de largo y de entre cinco a diez metros de ancho a lo largo de la costa, mientras que capas del carburante han empezado ya a llegar a las playas. A contrarreloj, un equipo compuesto por la Comisión, expertos en desastres y representantes del departamento sudafricano de Turismo y Medio Ambiente coordina los esfuerzos para evitar que se extienda el derrame por si el Jolly Rubino llegara a hundirse.
Abandonado por la tripulación
"El esfuerzo es, por ahora, evitar la polución del estuario y la desembocadura del cercano [río] Umfolozi", ha indicado Gaisford, quien ha expresado sus esperanzas en que el buque no se parta antes de que pueda retirarse el combustible. El barco se encuentra a merced de las fuertes corrientes y vientos que caracterizan a la zona, conocida como la Costa brava de Sudáfrica, desde el martes pasado, cuando fue abandonado por la tripulación después de que se declarara un incendio a bordo.
La compañía Smit Marine, encargada del rescate, no ha podido aún abordar la nave debido a la densa humareda y altas temperaturas causadas por el incendio, que comenzó en la sala de máquinas y se extendió a la cubierta. Fuentes de la empresa señalan que la operación para llevar un equipo de bomberos al Jolly Rubino en un helicóptero tuvo que ser abandonada debido a las adversas condiciones meteorológicas que se registran en el área.
El mal tiempo dificultaba el vuelo de la aeronave sobre la cubierta del barco, cuya temperatura es de unos 300 grados centígrados. Hasta que el fuego no sea extinguido no se podrá intentar reflotar al buque, cuya estructura parece estar muy dañada por las numerosas explosiones causadas por el incendio.
Por su parte, la capitanía de puertos de Richards Bay, la terminal portuaria más cercana, ha manifestado su preocupación por la carga que transportaba en contenedores sobre la cubierta. Se trata de acetona, metanol y fenol en tambores de plástico, 70 de los cuales han desaparecido, presumiblemente, en el mar, lo que constituye un peligro para la navegación y para la población si llegan a las playas y su contenido se derrama.
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