Un tribunal islámico confirma la condena a muerte por lapidación de Amina Lawal
En junio, un tribunal decidió que el castigo por adulterio, en el caso de que fuera confirmado, sería aplazado hasta 2004 para que pudiera cuidar de su hija
Un tribunal islámico de apelación del norte de Nigeria ha confirmado que Amina Lawal Kurami, de 31 años, deberá ser lapidada hasta la muerte por haber sido hallada culpable de "adulterio" por haber tenido una hija, Wasila, que ahora tiene ocho meses, cuando estaba divorciada. Durante la lectura del veredicto, el público presente en la sala de audiencias ha exclamado "Alá es grande" mientras que la condenada se ha puesto a llorar.
Lawal fue condenada a muerte en primera instancia en marzo por un tribunal del Estado de Katsina, que, como en más de una docena de regiones del norte de Nigeria, ha adoptado la ley islámica o sharía (término árabe que significa "lo que está prescrito"). En aquella ocasión, Amina admitió haber mantenido relaciones sexuales con un vecino de su aldea, que le prometió contraer matrimonio con ella tras divorciarse de su segundo marido y que fue exonerado por el tribunal por "falta de pruebas".
En la apelación, Lawal, que se casó por primera vez a los 14 años, adujo que Wasila, su tercera hija y fruto de las relaciones sexuales que la han conducido a la pena de muerte, fue concebida por su antiguo marido de quien se divorció cuando ya estaba embarazada de dos meses. En junio, un tribunal regional de apelación de la localidad de Funtua otorgó a Lawal un plazo de dos años para que pudiera vivir hasta destetar a la niña. Ayer, en la capital de Abuja, Amina Lawal, junto a su hija, esperaba a ser conducida a Funtua, al noroeste, para asistir a la lectura de la decisión del tribunal de apelación. "Dios lo controla todo. Creo que él me justificará", dijo ayer Lawal.
Por su parte, los abogados de Lamina dicen que se ha desmayado en repetidas ocasiones y que tuvo que ser llevada al hospital después del viaje de seis horas desde su pueblo a Abuja. "Llegó totalmente exhausta", dijo ayer su abogado, Hauwa Ibrahim en Abuja. "Sufrió amagos de desmayo en la ciudad, pero no había nadie allí par ayudarla", dijo Ibrahim, que añadió que la mujer "consiguió llegar a Abuja y en el mercado encontrar alguien que me llamara desde un teléfono público". Ibrahim trasladó a Amina a un hospital, donde fue ingresada durante tres días y tratada de ulceras estomacales y de baja presión de la sangre. Una de las organizaciones internacionales que están luchando por su libertad pagó la factura del hospital.
"Esperanzas de vencer"
Ibrahim, a la cabeza de un equipo de abogados pagado también por las ONG, basaba la defensa en principios procesales y constitucionales. En este sentido, el abogado manifestó ayer sus "esperanzas de vencer". En todo caso, el indulto implica que incluso aunque Amina Lawal haya perdido la apelación, la sentencia no se cumpliría hasta 2004.
Según Amnistía Internacional (AI), Amina Lawal al ser declarada culpable puede ejercer su derecho a recurrir la condena ante dos tribunales superiores e, incluso, obtener una medida de gracia de las autoridades del Estado de Katsina o del presidente de Nigeria. AI ha mantenido una campaña de recogida de firmas, como parte de la campaña presión internacional organizada para evitar que se ejecute la condena a muerte por lapidación de Amina.
Amina es la segunda mujer sentenciada a muerte por tener un hijo fuera del matrimonio desde el año 2000, cuando el primero de una docena de estados adoptó el código de la sharía. En marzo, un tribunal de apelación anuló una sentencia similar a Safiya Hussaini y la absolvió después de que la Unión Europea (UE) encabezara una apelación internacional de clemencia. Entonces el presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, advirtió a su país del peligro de aislamiento internacional por el caso, que conmocionó a la opinión pública. La sharia se aplica en doce de los 18 Estados del norte de Nigeria, en los que predomina la religión musulmana. Esta ley castiga el robo con la amputación de las manos y el adulterio con la lapidación. Si hubiera sido soltera, según la sharia, a Amina le habría correspondido una pena de 100 latigazos por un "delito" de "fornicación".
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