Alemania estudia incentivar la inmigración altamente cualificada
El ministro de Interior alemán ha presentado una propuesta de ley en la que entre otras cosas se trata de introducir medidas más duras para la permanencia de los refugiados
"La inmigración de trabajadores a Alemania no debe estar sujeta a cifras sino a las necesidades de cada momento y región del país", ha dicho el ministro.
El proyecto contempla la entrada de inmigrantes a través de dos procesos en los que se prima la cualificación y se pretende establecer un sistema flexible, "porque nos debemos orientar más decididamente hacia aquello que necesita nuestra economía".
El segundo grupo de inmigrantes será escogido en función de un sistema de puntos, en el que se primará la edad, la formación o los conocimientos del idioma. Para este grupo se establecerá un cupo máximo y los escogidos tendrán un tiempo para encontrar un puesto de trabajo.
También los estudiantes extranjeros podrán buscar empleo en Alemania y no deberán abandonar el país tras terminar la universidad, como hasta ahora.
"Los premios Nobel serán bien recibidos"
El ministro socialdemócrata ha querido subrayar durante su presentación la flexibilidad que la nueva ley pretende desarrollar en la práctica para acomodarse a cada caso y momento. "Si un premio Nobel de EEUU quiere emigrar a Alemania le tenderemos la alfombra roja" y no se le pondrán trabas burocráticas, apuntó Schily.
El ministro se ha negado a dar cifras, aunque ha indicado que a su juicio "la entrada de inmigrantes será en principio muy limitada".
"Queremos ayudar a los realmente perseguidos, pero acabar con el uso de la petición de asilo como una fórmula paralela de inmigración", aseguró el ministro, que quiere introducir medidas más duras para la permanencia de los refugiados. Este aspecto es uno de los principales puntos de fricción con los socios minoritarios en la coalición gubernamental, Los Verdes -que indicaron que la propuesta requiere todavía mejoras puntuales- y se acercan a las posturas de los conservadores.
Schily, que quiere presentar al Consejo de Ministros su proyecto a finales de septiembre y que se apruebe la ley en este año, ha recordado la necesidad de buscar un compromiso. La constelación actual parlamentaria de coalición entre socialdemócratas y verdes requiere la aprobación de la Unión Cristianodemócrata (CDU), pues en la cámara alta, el Bundesrat, los dos primeros no cuentan con la mayoría suficiente. La voluntad de consenso tuvo buena acogida en las primeras reacciones y tanto Los Verdes como los liberales del FDP y la CDU consideran que el proyecto de ley va por buen camino.
Reagrupamiento familiar para menores de 12 años
Los conservadores parecen haber apreciado el puente tendido por Schily, que ha admitido haberse acercado a las reclamaciones de la CDU en aspectos como la edad de entrada de los hijos de inmigrantes. En vez de los 16 años que la ley impone actualmente como edad máxima para permitir el reagrupamiento de los niños, la propuesta establece como máximo los doce años. Los conservadores consideran perjudicial la práctica de muchos inmigrantes de dejar a sus hijos en el país de origen hasta la edad máxima, los 16 años, porque consideran que cuanto mayores sean los niños más difícil se hace su integración en Alemania.
El ministro considera positivo que en la actualidad nadie dude que "Alemania es de hecho un país de inmigración" y ha subrayado que la entrada de trabajadores cualificados genera nuevos puestos de trabajo.
"La nueva regulación debe estar orientada de forma prioritaria a cubrir las lagunas en el mercado laboral de Alemania y de regiones concretas, como Múnich, donde hay unos 60.000 puestos vacantes". Por el contrario, el objetivo de la apertura no es invertir las tendencias demográficas en Alemania, donde el número de habitantes podría bajar de 82 a 60 millones en los próximos cincuenta años. "Es equivocado pensar que la inmigración por sí sola puede equilibrar el descenso demográfico", ha apuntado el ministro socialdemócrata.
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