La enfermedad del legionario
Descubierta hace 25 años cuando atacó a una convención de la Legión Americana en Filadelfia, crece en los restos de líquido que quedan en el circuito de distribución del aire frío
La bacteria fue descubierta hace 25 años tras un brote epidémico observado en Filadelfia durante una convención de la Legión Americana, en la que más de 221 legionarios contrajeron una extraña neumonía que provocó la muerte a 34 de ellos, y de ahí tomó el nombre.
En 1977 las investigaciones llevadas a cabo en el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Atlanta (Georgia), lograron aislar la bacteria causante de la enfermedad, a la que bautizaron con el nombre de Legionella pneumophila, aunque vulgarmente se la conoce como enfermedad del legionario.
Los ríos y los lagos también son focos
Se demostró que la bacteria se había propagado a través de las salidas de los acondicionadores de aire y las torres de enfriamiento. Sin embargo, se ha demostrado que éste no es el único foco de transmisión, pues se han aislado legionellas en agua de ríos y lagos y en polvo producido en lugares donde se realizan obras o excavaciones.
Los primeros síntomas son similares a los de la gripe: malestar general, cansancio, cefalea, dolores musculares, sudores y escalofríos, seguidos de fiebre alta y trastornos psíquicos.
Su periodo de incubación es de entre dos y diez días y afecta a todo el aparato respiratorio, pero puede dañar, además, a otros órganos y funciones, como el hígado, el riñón, el cerebro y el tracto intestinal. Sólo se contagia por el aire, nunca por los alimentos o por el contacto físico con un persona infectada.
La bacteria puede atacar a personas de todas las edades, pero se presenta muy rara vez en niños y el riesgo de contraerla aumenta con la edad, debido a que con frecuencia las personas mayores son portadores de factores de riesgo que predisponen a ella, como el tabaquismo, las enfermedades respiratorias y los tumores malignos.
En bajas concentraciones, la legionella pneumophila no es peligrosa para el hombre, pero sí en agrupaciones masivas. La prevención de las enfermedades inherentes a la climatización de edificios es, sobre todo, técnica, y el elemento más importante para que sea eficaz es la regularidad en la limpieza de las instalaciones.
54 brotes en España en los últimos 12 años
Un total de 54 brotes de legionelosis, cuya incidencia afectó a 805 personas, se han registrado en España en los últimos 12 años, al margen de los 1.358 casos esporádicos desde 1997, lo que indica una tasa de infectados de entre tres y cuatro personas al año por cada millón de habitantes.
En España, el primer brote importante apareció en un hotel de Benidorm en el verano de 1980. Tres años después se registraron varias epidemias en Lusent (Valencia), en el Hospital Psiquiátrico de Mondragón (Guipúzcoa) y en la Residencia Militar de Castillejos (Zaragoza).
Se calcula que la población laboral expuesta a estos riesgos en España puede situarse en torno a un millón y medio de trabajadores, a los que hay que añadir los usuarios de los servicios que se desarrollan en edificios climatizados (hoteles, hospitales, centros de enseñanza, locales comerciales, etc.).
En el año 2001 ha habido tres casos de fallecimiento por legionella. El primero de ellos se produjo el 26 de enero en el Hospital de Játiva (Valencia), el siguiente ocurrió el 4 de abril de 2001 y afectó a una mujer de 80 años en Borja (Zaragoza), y el tercero el 12 del mismo mes y la víctima fue una mujer de 85 años en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
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