_
_
_
_
RIESGO TÓXICO

Francia evacúa a 12.500 personas que viven junto a un polvorín del norte del país

El Ministerio de Interior galo justifica la operación en las "informaciones muy preocupantes sobre el deterioro de las condiciones de almacenamiento".- La precipitación ha causado indignación entre la población afectada

En un comunicado hecho público en la tarde del viernes, el Ministerio explica que la evacuación deberá prolongarse por un periodo de unos diez días, el tiempo necesario para trasladar una parte de las municiones y consolidar las condiciones de almacenamiento del resto en dichas instalaciones.

El Departamento de Interior ha justificado la operación por las "informaciones muy preocupantes sobre el deterioro de las condiciones de almacenamiento", ya que algunas cajas "presentan signos de fisuras", y una misión de observación había advertido del "riesgo de choques entre las municiones".

En ese sentido, ha subrayado que hay "riesgos importantes para las poblaciones que viven en las proximidades de las instalaciones, en particular por la liberación de productos tóxicos todavía activos". Sin embargo, las autoridades aseguran que no se han detectado emanaciones tóxicas en torno al polvorín.

Más información
Italia evacúa a 77.000 personas para desactivar una bomba de la II Guerra Mundial
Los obuses con carga química de Vimy estaban a punto de estallar

Las municiones químicas, que ya han sido objeto de una selección, serán trasladadas al campamento militar de Suippes (Marne) tras haber sido anulada su actividad explosiva por refrigeración. Camiones refrigerados efectuarán el transporte en la madrugada del domingo al lunes, por una autopista cerrada al tráfico para evitar colisiones.

Camiones cisterna están desplegados en Vimy para crear "un muro de agua" por si escaparan gases mortales durante la fase de acondicionamiento y carga.

La labor, que estará auxiliada por camiones cisterna por si fuera necesario crear una barrera de agua en caso de fuga, no puede realizarse mientras quede gente en la zona. Por ello, un grupo de psicólogos trataba hoy de convencer a unos 40 vecinos renuentes a abandonar sus hogares.

Indignación

La precipitada evacuación ha suscitado críticas contra las autoridades por no haber actuado antes frente al peligro detectado hace años. "Lo que me subleva es la precipitación", comentaba un airado habitante antes de abandonar por diez días su hogar en una localidad cercana al depósito de Vimy, donde están almacenados a cielo abierto 16.000 bombas u obuses franceses, alemanes o británicos.

Precisamente la precipitación de las autoridades al ordenar el desalojo ha sido lo que ha causado la indignación entre los vecinos, que se quejan de que fueron avisados en el último momento. "Nos informaron en el último momento", se quejó un residente a una emisora. Fue al volver del trabajo ayer por la tarde cuando supo que tenía una hora para hacer las maletas. Otro, sublevado por "lo escandaloso de la urgencia", recordaba que hace años que se conocía el peligro.

"Hace una semana que preparo todo para Pascua, los bombones, los pasteles, los huevos. Voy a tener que tirarlo todo", decía indignado un pastelero. Otro se desesperaba: "mi madre tiene 82 años, está impedida.

¿Cómo va a moverse?". Precisamente para evacuar a los enfermos, 50 ambulancias fueron movilizadas, junto a 130 autocares para transportar a los demás.

Esta mañana, las autoridades decían que la gran mayoría de los residentes habían encontrado refugio en casas de parientes o amigos. Unos 1.800 han sido alojados en edificios públicos, en su mayor parte colegios, vacíos en estas vacaciones escolares.

Dos muertes en 1998

El polvorín de Vimy, a cielo abierto y cercado por alambre de espino, almacena más de un centenar de granadas de obús, bombas y minas de todo tipo de modelos, en munición convencional o química. En total, son 173 toneladas de armamento, de las cuales unas 40 toneladas son armas químicas, incluyendo el tristemente famoso gas mostaza, que tanto daño causó durante la Gran Guerra europea, y el fosgeno, que afecta a las vías respiratorias.

En esas instalaciones había hasta el verano de 1997 un total de 650 toneladas de municiones, pero el entonces ministro del Interior, Jean Pierre Chevenement, hizo de su evacuación una "prioridad". Ayer, su sucesor, Daniel Vaillant, anunció que una reciente inspección detectó la degradación de las municiones y que, por tanto, las más peligrosas debían ser retiradas.

En 1998, dos artificieros murieron a causa de una explosión cuando participaban allí en una operación de descarga.

REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_