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Yoko Ono, Marina Abramovic y Kim Gordon pueden ser las profesoras de tu hija (gracias a internet)

Nace ‘School of doodle’, una escuela online en la que referentes femeninos de la cultura darán clases a niñas de todo el mundo. El objetivo: incentivar los trabajos creativos femeninos.

school of doodle

Marina Abramović, Laurie Simmons, Arianna Huffington, Yoko Ono, JD Samson, Inez van Lamsweerde, Kim Gordon, Sarah Silverman, Rodarte, Lily Taylor, Floria Sigismondi, Cat Power… Además de una enumeración de referentes femeninos del siglo XXI, esta retahíla de grandes mujeres de la cultura es parte del “claustro” de profesoras que conforman School of Doodle, la escuela online para chicas que se han sacado de la manga las americanas Molly Logan y Elise Van Middelem, con pasado de comisarias y creadoras de eventos artísticos. Su pretensión es cambiar la forma en que las adolescentes aprenden y desarrollan su creatividad. Definida por ambas como “un instituto online y gratuito en el que las chicas pueden activar su imaginación a través del entretenimiento, la educación y el sentimiento de comunidad”, School of Doodle tiene previsto abrir sus puertas virtuales en breve a todas aquellas adolescentes nacidas después de 1996 con un único objetivo: “que la imaginación de las chicas sea un derecho, no un privilegio. Nuestra visión es un mundo donde las chicas no tengan que pedir permiso”.

Su propuesta ha resonado tanto y tan alto –no en vano, su lema es “Be Loud” (Sé ruidosa) que ya han conseguido superar la financiación necesaria en Kickstarter en más de 30.000 dólares y un gran número de publicaciones se han hecho ya eco del proyecto. Mientras tanto, utilizan su Instagram (@schoolofdoodle) como altavoz para adolescentes de todo el mundo y van filtrando algunas de las lecciones que van a impartir, como la de la artista visual Kate Costello, en la que enseña a elegir una paleta de colores como extensión de tu propia voz o como la que se sabe que ha grabado Kim Gordon enseñando a escribir una canción con tres acordes. Por supuesto, aquí no hay notas ni exámenes finales; como dicen Molly y Logan, solo “una comunidad donde las chicas decidan cómo y cuándo aprender”.

Aunque School of Doodle es la que más atención está obteniendo, este tipo de iniciativas no son nuevas. Incluso este año el Parlamento Europeo ha dedicado, con motivo del Día de la Mujer, un seminario al Empoderamiento de las mujeres y las niñas a través de la educación en el que se reunieron expertos y periodistas para debatir sobre cómo la creatividad y la educación pueden proteger a las adolescentes en la sociedad actual. Nada nuevo para Reshma Saujani, fundadora y CEO de Girls Who Code, una organización que desde 2012 trabaja para cambiar la idea preconcebida (y mayoritaria) de que programar es cosa de hombres y de nerds. “Programar no es algo solitario ni masculino, al revés. Y tenemos que ser conscientes de que no educar –o lo que es peor, descorazonar– a las adolescentes respecto a este tipo de enseñanzas va a tener consecuencias irreparables para nuestra sociedad”. Así, hasta la fecha Saujani y su equipo han enseñado programación, diseño de aplicaciones y robótica a más de 2.500 adolescentes repartidas en más de 150 clubs por todo Estados Unidos. “Y todas ellas aprenden que lo importante es pensar creativamente y trabajar en equipo. Queremos empoderar a las chicas para que construyan la tecnología que ellas piensan que el mundo necesita y todo eso comienza desarrollando una actitud en la que no existe el miedo”.

Misma perspectiva es la que defiende la cantante Robyn, que se ha aliado con el Royal Institute of Technology (KTH) para desarrollar Tekla, un festival con workshops que tendrá lugar el próximo 18 de abril en Estocolmo y que pretende servir de plataforma de inspiración y aprendizaje a chicas de 11 a 18 años que quieran descubrir más sobre tecnología, una industria históricamente masculina. Según lo ha presentado la cantante, “Tekla es un festival para chicas, para que puedan aprender más sobre la tecnología del futuro en un ambiente imaginativo y estimulante”.

En España, colectivos como Sisterhood ya han avisado de su deseo de hacer un girls rock camp en toda regla –en Estados Unidos ya existe el divertido movimiento Girls Rock Camp Alliance- pero quien por el momento ha llevado a la práctica algo similar ha sido Ana Molina Hita, profesora en el colegio público Pío XII de Madrid y miembro del grupo musical Hola a todo el mundo, quien se embarcó junto a trece de sus alumnas de trece años en la aventura de descubrirles a músicos como Carl Orff, Ennio Morricone, Camarón de la Isla o Kraftwerk y en fundar Milagros, un coro de pop electrónico que ha publicado el pasado diciembre su primer trabajo, For ever (Club Social), y que ha animado a sus alumnas a crear más allá del programa oficial de enseñanza. “La creatividad es algo primario e instintivo que tiene todo el mundo, pero si una niña se acostumbra a hacer lo que se supone que hacen las niñas desde el origen de los tiempos acabará perdiendo la conexión con su interior y no sentirá la necesidad de crear algo en función de sus propias necesidades, que es la finalidad de la creatividad. El ’eso no es propio de una señorita’ ha hecho mucho daño y seguimos pagando las consecuencias de tanta contención”. ¿La solución a todo esto? Ana lo tiene claro: “Creo en el uso de la creatividad como herramienta para acceder a contenidos escolares inesperados, en el desarrollo del pensamiento crítico y en el inmenso valor que tiene el entusiasmo de las adolescentes”.

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