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Cómo organizar unas vacaciones con amigos (sin perderlos en el intento)

Porque vuestro viaje soñado no debería convertirse en una pesadilla de verano, esta es nuestra guía para conciliar todos los egos, gustos y voluntades.

vacaciones con amigos
Getty

Visualízate en ese lugar al que siempre has querido ir de vacaciones. Por ejemplo, en una hamaca de la típica playa paradisíaca que solo existe en los catálogos de viajes de lujo y cintas de relajación. ¿Estás ahí? Ahora piensa en tus mejores amigos y llévalos contigo. Todos emocionados, deseando divertirse. Genial, ¿no? Oyes algo de música. Vaya, tu colega acaba de a poner por enésima vez la cancioncita de Enrique Iglesias, esa que dice que a ella le duelen los pies (y a ti la cabeza de escucharla tanto). Ahora te notas arena en la cara. Abres los ojos y ves que tu amiga acaba de airear su toalla y te ha puesto perdido. Cerca de la orilla, el resto de la pandilla discute colérica sobre si hacer botellón en casa (la pela es la pela) o irse de copas. Por poco no llegan a las manos… Puede que este inception sea algo exagerado, pero cualquiera que haya viajado con amigos sabe que el inicio de las susceptibilidades puede comenzar con la misma facilidad que en una gala de Gran Hermano. De repente, sin saber muy bien porqué ni cómo, esa playa paradisíaca se convierte en el delta del Mekong en plena guerra. Pero como unas vacaciones con tus amigos deberían ser siempre una experiencia positiva, en S Moda hemos decidido sumar en pos del bien común y darte algunas claves para aunar voluntades y conseguir que los días que paséis juntos sean inolvidables. Porque amigos no tienes muchos más que estos, mejor conservarlos. Y además, habiendo espetos, ¿quién prefiere el olor a napalm por la mañana en Torremolinos?

El grupo

Esto es como el sarampión: incómodo, pero mejor pasarlo cuanto antes para ahorrarnos disgustos venideros. Puede que no todos nuestros amigos sean los ideales para embarcarse en una aventura con ellos. ¿Son sociables y divertidos? ¿Se adaptan a los cambios? ¿Son transigentes? Estas y otras preguntas deberíamos hacérnoslas antes de comprometernos. Piensa que eres como el entrenador de la selección española y sigue una regla primordial: escoge a los que mejor grupo hagan. Acotar lo máximo posible el número de viajeros sería otra de las recomendaciones. Las grandes multitudes pueden hacerse incontrolables. ¿Cuántos más seáis más divertido será el viaje? Pues está por ver, pero lo que es seguro es que habrá más opiniones, gustos y voluntades que aunar. Nadie quiere una guerra de egos que ni el mismísimo Vicente del Bosque fuera capaz de conciliar en el vestuario.

El destino

Todo lo que no provenga de una sesuda deliberación por unanimidad está abocado al más rotundo de los fracasos. Esto no es el Congreso de los Diputados: aquí no valen ni las mayorías simples, ni las pinzas, ni los tránsfugas; necesitamos una mayoría absoluta para que la legislatura pueda ejercerse con seguridad durante el viaje. Nada gusta más al español medio que llegar a un sitio sobre el que no estaba muy convencido y ver cómo se confirman sus sospechas. Las pegas y los reproches llegarán antes que un nuevo presidente a la Moncloa. Si unos prefieren playa y otros montaña, en el turismo nacional hay decenas de lugares (como Gijón, Altea o Tenerife) que ofrecen sendas posibilidades para agradar a todos.

Ceder, ceder y ceder.

Y ceder otra vez, porque todas las veces que lo repitamos son pocas. Si existe alguna clave para que unas vacaciones en grupo salgan bien es la generosidad de sus miembros. Hay que comprometerse con la causa y saber que no es solo tu preciado tiempo el que importa. Si eres un individualista que prefiere hacer siempre lo que le apetece, mejor viaja solo (que también está de moda). En estas vacaciones no hay espacio para el egoísmo y la pereza. Muéstrate flexible con los problemas de los demás y ayuda con las tareas del lugar en el que os alojéis. Sé el ejemplo en el que los otros puedan fijarse. Adaptando a JFK: “No te preguntes que pueden hacer tus amigos por ti, sino que puedes hacer tú por tus amigos”.

Si eso de ceder no es lo vuestro, en la web The Frisky aconsejan tirar de conocimientos matemáticos como solución a cualquier problema, es decir, la regla del mínimo común múltiplo. Para entenderlo, apliquémoslo en varias hipótesis. Tu mejor amiga quiere cenar en un restaurante decente. Tú, prefieres irte de tapas. ¿Mínimo común múltiplo? Seguro que las raciones os valen a ambos. Más ejemplos: unos prefieren escuchar lo último de Tame Impala durante el viaje en coche. Otros son más de La bicicleta de Carlos Vives y Shakira, “que parezca que es verano, coño”. ¿Solución? Los primeros discos de grupos como The Killers, Coldplay (por muy odiados que sean ahora) y The Strokes son elecciones difícilmente reprochables. Estos además cuentan con varias canciones generacionales que a buen seguro os recordarán alguna anécdota pasada sobre la que conversar. Si todavía hay quien protesta cuando suena Mr. Brightside, mejor para el coche y que se baje (no merece que le llames “amigo”). Pese a todo, las votaciones deberían reinar en la convivencia. En caso de empate, es la hora del ‘piedra, papel o tijera’ y la moneda al aire. Estos juegos de azar están viviendo una brillante segunda juventud gracias a las disputas estivales.

El plan

En cualquier peli de atracos los ladrones sincronizan sus relojes para evitar que el más mínimo error pueda estropear toda la operación. Pues en estos viajes, igual. Todo lo que llevéis hablado de antemano son posibles roces que os ahorráis. El número de maletas que caben en el coche, quién duerme con quién y los lugares imprescindibles a visitar son cuestiones que responder en ese grupo de whatsapp que os habéis apresurado a hacer. De nuevo aquí, generosidad y paciencia. Supera el miedo a no conseguir ver todo lo que teníais pensado (conocido como ‘FOMO’), porque cuando se viaja en grupo el ritmo siempre decrece. No todo el mundo come tan rápido como tú, ni le vale con echar un vistazo por encima a tal o cual monumento. Las imposiciones no sirven en estas experiencias. Si te quedan cosas pendientes, tranquilo, ese lugar va a seguir ahí y ya tienes un buen motivo para volver en otra ocasión.

El espacio

Ir de vacaciones juntos no significa que no podáis despegaros ni un instante. Por ejemplo, unos pueden aprovechar para ir de compras mientras otros hacen algo de ejercicio. Tener tiempo a solas no significa que os queráis menos, es hasta sano. Y recuerda, el espacio no es solo un concepto abstracto. Intenta ser todo lo aseado y ordenado que puedas, respeta el espacio común y las horas de sueño. Quizá en tu familia ya sepan que te encanta dejar la ropa tirada por el suelo, pero tu amigo no tiene porque saberlo, ni sobre todo, porque sufrirlo. Tatúate esto: no son tus vacaciones, son vuestras vacaciones.

El dinero

Aunque los botes son la solución más extendida, también suelen ser una gran fuente de conflicto si no estáis en la misma onda en cuanto a dispendios. Si crees que algunos miembros son mucho más comilones o bebedores que el resto, evitadlo y os sentiréis más cómodos. No hay necesidad de que algunos tengan que cortarse para estar en sintonía, ni que los otros sientan que están pagando de más en las vacaciones. Si el formato bote funciona para vosotros, no dejéis a solo uno de vosotros cargar con el dinero todos los días. Haced turnos en el puesto para repartiros esa responsabilidad. Y de nuevo, todo lo planificado que podáis llevar de casa los gastos del viaje (transporte, alojamiento, comidas o recreación) supondrán menos sorpresas desagradables una vez allí.

La memoria

Ejercítala. Si en algún momento las cosas se tuercen, recuérdales no solo el motivo del viaje, sino el motivo de vuestra amistad. ¿Por qué os hicisteis amigos? ¿Cuándo os conocisteis por primera vez? ¿Cuántas cosas habéis pasado juntos? Demasiadas como para que un cabreo puntual lleve al traste vuestra amistad, ¿no? Da igual si unos prefieren apartamento playero o casa rural, ruta senderista o ruta festivalera, ir de compras o visitar catedrales… estáis juntos, ¿no? Llegarán tiempos en los que por cuestiones personales o profesionales no podréis iros y entonces echareis de menos estar donde estáis. Ahora subid el volumen a Mr. Brightside y disfrutad de vuestro viaje.

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