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Usera, el nuevo barrio de moda, según Airbnb

El ‘Chinatown’ madrileño ha sido elegido por la plataforma digital para reservar casas como uno de los barrios con más potencial del mundo. Hablamos con algunos de sus vecinos para ver si están de acuerdo con la elección.

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Cortesía de Cinema Usera

Usera es el nuevo barrio de moda. Eso al menos es lo que dice la plataforma digital para alquilar casas privadas Airbnb en su lista de los 17 ‘barrios top’ del mundo. Es el único español (el año pasado Triana, en Sevilla, ocupó el puesto número seis) y lo sitúa en el número diez. Lo elige por el crecimiento experimentado en sus reservas entre 2015 y 2016 (un 228%). Los ‘barrios top’ de Airbnb son “lugares de retiro frente a la locura habitual de la vida en la ciudad”. En el Año Internacional del Turismo Sostenible, según la ONU, los viajeros de la plataforma “escaparán a comunidades tranquilas que ofrecen la comodidad de la ciudad en un ambiente relajado”, apuntan desde Airbnb.

Entre sus características, estos barrios tienen “amplias zonas verdes perfectas para relajarse a un corto paseo” de las zonas con más tiendas, restaurantes y locales de música en directo; y “variedad de opciones para comer”, describe. Así ocurre en Milneburg distrito emergente de Nueva Orelans; en Kampung Bayu, “un oasis en medio de la ajetreada capital de Malasia”, Kuala Lumpur; en Fitzroy, con “sus tiendas vintage, sus cafés y sus artes alternativas”, Melbourne, Australia; en Yonohana-Ku junto al río Yokoo de Osaka, en Japón; en Chutes-Lavie, por su “multicultural y rica historia” en el “epicentro de la evolución de Marsella”, Francia; en Rockcliffe Smythe, el anterior “barrio industrial” de Toronto, Canadá; en el “paraíso” de Midtown, en Miami, Florida; en el “encantador nostálgico” Narvarte, en Ciudad de México; en West Seattle que con sus playas ha conseguido atraer a los huéspedes de Airbnb; y en Usera, por su “vibrante escena de bares y cafés que hacen del barrio un lugar popular desde el que explorar Madrid”.

Usera es el ‘Chinatown’ madrieño, en el que viven más de 6.000 chinos. A este barrio se puede llegar a pie cruzando el río Manzanares por una de las pasarelas de la zona del Centro de Creación Contemporánea Matadero. Lo primero que llama la atención es que en Usera el idioma que se habla y se escribe es el chino: carteles de ‘se alquila’ o ‘se vende’ en inmobiliarias y locales, en establecimientos de arreglos de ropa, en parafarmacias, en supermercados y en restaurantes. Sus propietarios prefieren comunicarse en su idioma nativo. Buena parte de los chinos de Usera proceden del sur de su país y empezaron a asentarse en esta zona de la capital hace apenas dos décadas.

Del sur de China son Wendy Li y Ying Ying Ren, dos chicas que en escasos dos años decidieron abrir en su barrio dos tiendas de moda china, en la calle Dolores Barranco. No son bazares, como se podría pensar. Aquí un abrigo no baja de los 120 euros y no hay rebajas. Es moda “de calidad” que ellas buscan, compran y traen de sus país para ofrecer en Usera a sus clientas, la mayoría chinas. Según explican, las clientas están encantadas por la oferta “porque se adapta mejor a nuestros gustos y a nuestro cuerpo”, nos traduce la intérprete Yijun Chen, que en España ha adoptado el apelativo de Estrella para poner más fácil eso de hacer nuevos amigos.

Esta joven de la provincia de Zhejiang habla un casi perfecto español y hace de intérprete porque ninguna de las dos emprendedoras (ni otras muchas responsables de establecimientos consultadas) habla una palabra de castellano ni de inglés. Respecto a si Usera se convertirá en un barrio de moda ella opina que «puede serlo pero no va a ser mañana”.

‘I cafe’ en Usera.
‘I cafe’ en Usera.

Desde luego, en Usera hay propuestas interesantes. Estas dos tiendas de ropa lo son. También hay cafés, como Icafé con su ‘mocha latte’ que perfectamente podría estar en Malasaña o Lavapiés, los barrios de moda de la capital en los que la gentrificación es una realidad, algo que en Usera queda aún muy lejos; y restaurantes, como I go pasta, Casa Jinlai, Hugo Guo, Hualong Meishi o el más conocido, Royal Cantonés. Estos y algunos más están incluidos en el ‘pasaporte gastronómico y cultural de Usera’ elaborado con motivo de la celebración del Año Nuevo chino, en esta ocasión dedicado al Gallo Rojo del Fuego. En su realización ha participado Espacio Oculto, un coworking de artistas que ya ha celebrado su tercer aniversario en la calle Nicolás Usera y por el que han pasado medio centenar de creadores.

Guillermo de Torres es uno de los gestores de este lugar que entre tantas idas y venidas al barrio decidió que lo mejor sería mudarse a Usera, “a la zona pija de este barrio obrero”, bromea. Esto es la parte más próxima al río, la que queda entre Marcelo Usera y Dolores Barranco. Él le ve virtudes a esta zona post industrial “con muchos locales grandes que escasean en otros sitios a precios más económicos que en los barrios del centro» y a 20 o 25 minutos de Sol en metro. “Usera es lo más. Pero de ahí a que se ponga de moda y esté al nivel de Malasaña… Aunque nunca se sabe puede que pase como en Londres donde hay varios barrios de moda que no están en el centro”.

Airbnb se ha fijado en el parque de Pradolongo para elegir el barrio.
Airbnb se ha fijado en el parque de Pradolongo para elegir el barrio.Cortesía Airbnb

Esa tesis de la “descentralización de la cultura” también la defiende Fernando Sánchez Cabezudo, coordinador artístico del Corral de Comedias de Alcalá y director de Kubik Fabrik, la sala de teatro que clausuró en julio de 2016 tras seis años en funcionamiento. Puso en escena ‘Historias de Usera’, obra que acaba de obtener el premio al Mejor espectáculo de 2016 por parte de la revista teatral Godot en la que actuaron vecinos del barrio y que nació como un relato sonoro al que pusieron voces Pepe Viyuela, José Sacristán, María Adánez, Asier Etxendía y Ariadna Gil.

En el tiempo en el que permaneció abierta, atrajo a Usera a madrileños asentados en otros barrios. “El 40% del público no era de Usera”, apunta Sánchez Cabezudo y piensa en ciudades como Londres o París donde han conseguido asentar iniciativas culturales en zonas alejadas del centro. De hecho, es lo que, en su opinión, necesita Usera para “cohesionar” a chinos y españoles, modernos y menos modernos. Allí mismo tiene el Centro Dramático Nacional una sala de ensayos cerrada al público.

Sobre su fachada, el fotógrafo Juan Carlos Toro instaló uno de sus murales gigantes colocados con motivo de la celebración del Año Nuevo chino. Una intervención artística que ha hecho que los vecinos se conviertan en protagonistas una vez más. Ellos han sido y son una parte fundamental en el desarrollo de este barrio donde se ubica uno de los parques más grandes de Madrid, Pradolongo, precisamente, uno de los puntos fuertes de Usera que ha tenido en cuenta Airbnb para incluirlo en su lista de los barrios de moda.

Cuando llegue el verano, volverán los vecinos (y las entidades que colaboran) a montar Cinema Usera, ese cine al aire libre que ya ha cumplido dos ediciones, en el que el año pasado pudieron verse películas como Annie Hall dirigida por Woody Allen, Fantástico Sr. Fox del director Wes Anderson o El quinto elemento dirigida por Luc Besson.

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