Virago Barcelona: “Queremos que nuestra ropa ayude a las clientas a vencer cualquier inseguridad”
Su lanzamiento coincidió con el estallido del coronavirus y, aunque sus diseños apostaban por piezas sofisticadas y atrevidas, Inés Martín-Borregón y Laura Forcada han demostrado su arte para capear una pandemia mundial. Os contamos su historia.
“El día de la mujer de 2020 lancé Virago y cinco días más tarde nos confinaron”. Emprender no es un camino fácil. Pero si cinco días más tarde estalla una pandemia mundial, el presente (y futuro) se convierte en una ecuación sin resolver. En ese escenario echó a andar Virago Barcelona, la firma made in Spain capitaneada por Inés Martín-Borregón y Laura Forcada que saltaba al mercado en la antesala de la pandemia con la misión de recuperar las prendas sofisticadas, atrevidas y coloristas.
“Desde pequeña me gustaba mucho dibujar y siempre me encontraba diseñando. Hacía diseños para nadie, pero yo los dibujaba”, nos cuenta Inés a S Moda por teléfono. Tras formase en ADE y con una carrera profesional en consultoría, su debilidad por el mundo de la moda le empujó a esta joven barcelonesa a cambiar de vida. “En mi carrera como consultora mi creatividad estaba frustrada”, reconoce. Así, en 2017 su vida dio un giro de 180º y se marchó a París para formarse en la meca del diseño: el Instituto Marangoni. A la vuelta comenzó su andadura en el mundo de la moda: primero en Brownie como compradora -lo que le permitía introducirse en este sector sin dejar de lado la estrategia- y más tarde en Alohas como dirtectora creativa. Finalmente, en 2019 decidió emprender su propio proyecto. “Tenía la parte de empresa y la parte creativa. Pensé: te saldrá bien o mal, pero estás con las capacidades suficientes para hacerlo”, recuerda.
En paralelo, Laura, todavía una desconocida para Inés, trabajaba en consultoría y decidió dar un giro a su trayectoria: abandonar su puesto en la empresa por estudiar en Londres un máster de marketing de moda. Recién llegada a España y por casualidad, se encontraría con Inés, quien le ofrecería la oportunidad de unirse a su joven proyecto Virago Barcelona. Como si fuera cosa del destino, ambas venían del mismo sector y habían trabajado en el mismo departamento de la misma consultora, pero en tiempos diferentes. Y contaban con un nexo más en común: de forma paralela y sin aún conocerse, habían abandonado la seguridad de sus trabajos para redirigir su carrera al mundo de la moda. Desde entonces el tándem ha estado al timón del proyecto. “Inés es la parte de diseño y yo la de marketing, pero somos un equipo tan pequeño que lo compartimos todo”, detalla Laura. Y para entender el origen del nombre de su firma, nos remontamos a la antigua Roma. “En la época de las grandes guerras se consideraba que la mujer solo servía para ser madre. Las mujeres tenían un nivel 0 y los hombres un nivel 10. A las mujeres que los hombres consideraban “válidas”, porque eran guerreras, políticas o por lo que fuese, no se las caracterizaba como mujeres, sino como Virago. A priori, era un insulto –como “marimacho”– pero en realidad les llamaban Virago porque eran mujeres valientes y poderosas”, explican.
Una de las bases de su modelo de negocio es apostar por la producción local y confeccionan sus creaciones en dos pequeños talleres entre Barcelona y Sabadell. Además, su producción es limitada y fabrican entre 10-30 unidades de cada diseño. “La gente viene con la mentalidad de Inditex y queremos justificar el precio de nuestras piezas, que el cliente entienda que paga 300 euros por una chaqueta que como máximo la van a tener 30 personas en el mundo”, aclaran.
A la hora de fabricar sus joyas, se trasladan a la India por medio de una empresa española. “El proceso es artesanal, no hay molde y cada pieza es única”, detallan. Con el carácter único y la sofisticación bien entendida en el epicentro de su ADN, el éxito de Virago Barcelona reside en sus coloristas y llamativos diseños. “Estamos muy a favor del color, en verano está muy asumido, pero en invierno la gente parece que tiene que ir de negro o gris. Nosotras creemos que el color es divertido, alegría… da buen rollo. Y eso se contagia”, desvela el tándem. “Defendemos que puedas arreglarte en tu día a día para asistir a una cena con amigas después del trabajo, no esperar a tener una boda o un evento”. Algo que ya sucede en otras capitales europeas, por lo que no es de extrañar que concentren el mayor volumen de sus ventas al otro lado de las fronteras. “En Londres un martes por la tarde puedes ver a una chica con lentejuelas y minifalda, y eso aquí no ocurre”, aclaran. “Queremos demostrar que siendo la más femenina del mundo puedo ser igual de poderosa e igual de hombre”, coincide el dúo. Algo que han bautizado como “feminismo de aprovechamiento”. “Nosotras jugamos con las cartas y las reglas que nos han dado en este mundo en el que vivimos, así que, hasta que las cosas cambien, vamos a hacer un jaque mate usando estas reglas”, añaden. Una picardía y doble sentido que también se cristaliza en los nombres de sus diseños, para los que decidieron recurrir a estereotipos de todas la vida -su bestseller es el top friends with benefits (amigos con “derechos”)–.
Capearon la crisis y aprobaron con nota, reinventando su producto al tiempo que avanzaba la pandemia y manteniendo una estoica fidelidad a su imagen de marca. “Sin dejar de perder nuestra esencia nos intentamos adaptar a la situación con una colección velas, bolsos, pijamas con nuestros estampados…”, señalan. Un año después y dejando atrás el escenario pandémico, en su último lanzamiento recuperan las prendas más sofisticadas elevando el estilo militar como un homenaje al papel de las mujeres durante la segunda guerra mundial. “Una de las primeras Virago modernas fueron las mujeres que ayudaron en la segunda guerra mundial. Se llamaban las WAAC (Women’s Army Auxiliary Corps) algunas fueron enfermeras, otras piloto… Mujeres –en teoría amas de casa- que las llamaban a las fábricas porque sus maridos iban a la guerra. Durante el día iban vestidas con mono de trabajo y por la noche de “gala”: durante el día eran tradicionalmente un hombre y por la noche tradicionalmente una mujer”, revelan.
Si hablamos de futuro, el objetivo último de Virago es llegar al mayor número de mujeres posible. “Nos gustaría que las mujeres dejen de tener cualquier inseguridad a través de la ropa y que vistiendo nuestras prendas puedan conseguir lo que se propongan”, apunta el tándem. Y que Virago no se entienda solo como una firma de ropa, sino algo más cerca de “una filosofía y un estilo de vida”, concluyen.
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