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Todo lo que siempre quisiste saber sobre las chicas indies latinoamericanas

Hacemos un repaso a la lista de mujeres que se encargan de modernizar Latinoamérica a través de su música.

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Latinoamérica lleva años despertando, enseñando al mundo una manera propia de vivir y de hacer, generalmente bajo el lema “sin prisa pero sin pausa”. Esta filosofía del largo plazo comienza a dar sus frutos poco a poco, especialmente en algunos campos de la creación. Sin entrar en diatribas ideológicas o políticas, desde México hasta la Patagonia aparece una cada vez más amplia clase media, las desigualdades van menguando y las raíces y el folklore de cada región comienza a ser reivindicado sin tapujos ni vergüenzas, mezclándose además con influencias de occidente. Sumando la potente influencia latina, de varias generaciones, que hay en Estados Unidos y que da muestras de fuerza más allá de sus históricos centros neurálgicos (Los Ángeles, Miami y Nueva York), el poder de la música latinoamericana no para de crecer.

La música no es ajena a esto, es más, probablemente sea una de las disciplinas que van a la vanguardia y que enseñan las armas de su cada vez más influyente cultura a nivel mundial, apoyada por medios como Club Fonograma, Revista Plástica o PNR (la radio pública estadounidense), además de festivales como Vive Latino o el patrio Primavera Sound, que cada año apuesta por un par de shows latinoamericanos. Así, se han creado escenas en diferentes lugares con características propias y artistas que despuntan poco a poco. La presencia de mujeres es más que notable, y va más allá de la cantante florero que tanto abunda en el mainstream. Nos llega no solo buena música, sino también futuras estrellas que podrían convertirse, en un mundo menos centrado en Estados Unidos e Inglaterra, en auténticos iconos.

Dejando a un lado Brasil, cuya escena alternativa saltó al mundo hace ya un lustro por obra y gracia de Cansei de Ser Sexy, Bonde do Rolê y las pesquisas faveleras de Diplo, son México y Chile los dos países que más actividad alternativa tienen, al menos desde una perspectiva foránea. Julieta Venegas, una de las matriarcas de la independencia latina junto a coetáneas como la argentina Rosario Blefari de Suárez o la colombiana Andrea Echeverri de Aterciopelados, fue la pionera en el país norteamericano, con una carrera que nació con la banda Tijuana No! y continuó como solista. Comenzó en la independencia, pasó por la radio fórmula y ahora se encuentra en un camino construido sobre la auténtica libertad creativa. Se ha convertido, además, en una de las mayores (y mejores) promotoras de la música latinoamericana, que recomienda desde sus perfiles en redes sociales, y que hace realidad con colaboraciones que benefician a todos: Julieta entra en contacto con lo que está pasando ahora, las cantantes aprovechan su tirón mediático y el público se embelesa con las creaciones. Su inminente nuevo álbum, Los Momentos, dará buena cuenta de esta apuesta.

En 2010 se publicaba una de estas colaboraciones. Venegas grabó junto a Natalia Lafourcade la canción Hu Hu Hu, que daba nombre al disco de ésta última. Lafourcade, que con apenas 18 años había vivido un gran éxito con la tonada adolescente. En el 2000, se hacía mayor y lanzaba uno de los discos claves de la nueva hornada de cantantes mexicanas. Con un aspecto dulce, una voz angelical, instrumentación indie y una estética que recordaba a Dónde viven los monstruos, Natalia Lafourcade conquistó el mundo girando por Sudamérica, Estados Unidos, Japón y Europa. En su último lanzamiento, Mujer Divina, se atreve a adaptar canciones de Agustín Lara en duetos con pesos pesados como Miguel Bosé, Jorge Drexler, Gilberto Gil o Devendra Banhart. De la imagen de niña buena y algo cursi ha pasado a mostrarse más adulta y sobria a la hora de atacar boleros.

Hilando cantantes, la siguiente en cuestión es Carla Morrison, cuyo salto al mundo fue producido, precisamente, por Natalia Lafourcade, que sin haber cumplido 30 ya se perfila como la vértebra de una escena de cantautoras mexicanas. Mientras tú dormías eran 8 canciones intimistas, en ocasiones cantadas al borde de las lágrimas. 2012 ha sido sin duda su año, con dos Grammys Latinos (Mejor canción alternativa y Mejor disco alternativo) por su debut largo, Déjenme llorar y colaboraciones con el chileno Gepe y Julieta Venegas.

Y terminando con México, Denise Gutiérrez no baila sola, sino que es la cabeza de Hello Seahorse!, una banda que comenzó haciendo un indie muy naif en inglés, y que protagonizó una auténtica revolución interna con su LP Bestia, cambiando al español, oscureciendo su sonido y dando más protagonismo a la trabajada y peculiar voz de Gutiérrez, por entonces apodada Lo Blondo. Tras una álbum que roza lo experimental, Lejos. No tan lejos, acaban de lanzar Arunima, donde mantienen sus raíces con una producción más convencional, dispuestos a comerse definitivamente su pedazo de tarta. Como siempre, hay que acudir a los videoclips para ver las preferencias estéticas de cada uno. En Velo de novia, podemos comprobar que Hello Seahorse, a pesar de tener unos amigos muy modernos, apuestan por la sobriedad.

Mientras en México miran hacia el norte, donde su público extranjero son los latinos de Estados Unidos que quieren huir de las propuestas reggaetoneras y comerciales de Miami, en Chile no se cierran fronteras y se abren a todo el planeta. Son ya varios años los que llevan los medios españoles apostando por grupos y cantantes del país suramericano, que parece ser el auténtico hervidero cultural de la zona. Javiera Mena es la más conocida de todas, con dos discos que son ya considerados clásicos del pop alternativo latino y con, al menos, una gira al año por España. Desde sus diatribas juveniles al piano ha ido evolucionando hacia la diva tecno pop con la que todos quieren colaborar, ya sea en lo musical (ha grabado con El Guincho y Jens Lekman, y la han remezclado Hidrogenesse y Eme DJ) o en lo estético. El diseñador español Carlos Díez Díez se encarga desde hace un par de años de sus estilismos, entre los que destaca el que luce en su vídeo Luz de Piedra de Luna, producido por los catalanes Canadá.

Otra banda chilena que explota la imagen hipster en sus videoclips es Dënver, tristemente conocidos en España por sus problemas en las aduanas de Barajas. El dúo compuesto por Mariana y Milton se caracteriza por una gran mano con las melodías y las orquestaciones y un gusto por el videoclip moderno, de esos que mezclan imágenes evocadoras y muy elaboradas. Sin apenas presupuesto y con mucha dedicación, los resultados son más que notables. A pesar de no aparecer demasiado por sus propias creaciones audiovisuales, la presencia en directo de Mariana es imponente, con una mezcla de desdén e inocencia que refuerza con su voz. En 2013 esperamos ansiosos su tercer disco, tras Música, Gramática, Gimnasia.

Entre las debutantes, el suave tecnopop de Pamela Sepúlveda Ariza, más conocida como Fakuta, despegó en 2011 con un debut perfecto, Al vuelo. En sus vídeos y sesiones fotográficas, habitualmente acompañada por su cuerpo de baile The Laura Palmers, se dejan ver varias de sus influencias, que parten de los años 50 para mezclarse con el desaliño indie de segunda mano y por la estética Ramones.

Javiera Mena.

Carlos Díez

A pesar del dominio de México y Chile, también hay otras propuestas fuera de estos dos focos. Las Robertas, dos chicas y un chico costarricenses, aparecieron en el momento oportuno, cuando en Estados Unidos se apostó desde el underground por bandas femeninas de lo-fi como Vivian Girls, Dum Dum Girls o las españolas Aias. Poseedoras de un estilo musical parecido, una técnica mejor y cantando en inglés, no hubieran desentonado en el Brooklyn de la explosión hipster de principios de siglo: sombreros, flequillos, shorts con leotardos, jerseys viejos, gafas de sol… En 2013 saldrá la continuación de Shout Out Loud, que debería ser su asalto definitivo a la escena alternativa mundial. Las guitarras y la potencia también son los terrenos sobre los que se mueven las argentinas Las Kellies, un trío 100% femenino que hace un punk contagioso y directo que bebe de la new wave, el postpunk y las riot grrrls a partes iguales. Mientras la cultura alternativa de Buenos Aires pierde peso frente a Chile, Las Kellies nadan a contracorriente y ya se han recorrido Europa y Japón.

Parece claro que el tecno pop y la electrónica son géneros clave, y de esto pueden presumir las peruanas Las Amigas de Nadie, que se presentan como un grupo integrado sólo por chicas que comparten su amor por el pop, el clima, el tiempo y los beats electrónicos. Algo más radical en su propuesta, y desde luego la menos pop de todas las citadas, es la dominicana Rita Indiana, que también se ha dejado caer por nuestro país en alguna ocasión. Su metro noventa de estatura, su delgadez y su abierta homosexualidad son la carta de presentación de esta intelectual de República Dominicana, que practica un merengue sucio y combativo junto a su banda Los Misterios. Y la música no es su única actividad: tiene publicadas dos novelas.

Como cierre, y para constatar la importancia de lo latino en Estados Unidos, no solo a nivel de J. Los o Shakiras sino también en el indie, tenemos a Karen Freire, cantante de la banda de Minneapolis Buffalo Moon. Esta ecuatoriana, residente en Estados Unidos desde hace más de una década, es multiinstrumentista y voz principal de esta banda de psicodelia y ritmos tropicales, que combina el inglés y el español de una manera natural. Como mandan los cánones underground, debutaron con un disco editado en cassette (corriente hipster que llegó hace poco a España, pero que en Estados Unidos explotó en 2010) llamado Wetsuit, para continuar con el vinilo Selva Surreal. Paradójicamente, han girado por el país norteamericano pero todavía no han conseguido dar el salto al mercado latinoamericano más allá del país natal de Karen, a donde se trasladaron durante unos meses para empaparse de la cultura local y añadirla a sus creaciones. En 2013 grabarán su nuevo disco, así que pronto podremos saber si el viaje fue fructífero.

Estos son algunos ejemplos dentro de una larga lista de mujeres que están contribuyendo a la modernidad latinoamericana. No querría dejarme, aunque sea solo citadas, a Lido Pimienta (colombiana residente en Canadá), …Al Cruzar la Calle (Venezuela), Lucila Inés (Argentina), Can Can (Ecuador), Quiero Club y Dadalú (Chile) o Afrodita (México). Y no son excepciones, sino una parte más de las diferentes escenas musicales de cada país que tienen en común estar criadas en pleno desarrollo económico de sus economías, un conocimiento de internet envidiable y un interés mucho mayor en la creación y en dar a conocer su obra que en el éxito de masas y las producciones costosas.

Karmen Freire con los componentes de Bufallo Moon.

Las amigas de nadie.

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