Rojo, azul y blanco: la mezcla de colores que querrás llevar este otoño

El mismo año en el que Chanel hace historia desfilando por primera vez en Cuba y en el que Inglaterra decide decirle adiós a la Unión Europea, resulta que los colores de las banderas de ambos países (rojo, azul marino y blanco) se convierten en la combinación favorita de la moda. Más allá de las relaciones geopolíticas a las que, sin duda, obedecen muchas tendencias y sin descartar que pueda ser una mera casualidad (¿existen las casualidades?), lo cierto es que a pesar de que esta mezcla lleva años creando estilismos y componiendo prendas, este invierno resulta rabiosamente contemporánea y renovada.

La culpa la tienen los de siempre. Por un lado, Alessandro Michele ha apostado por la combinación hasta la saciedad. En su colección otoño-invierno para Gucci creó numerosos vestidos rojos decorados con llamativas líneas anchas azules y blancas y hasta un jersey felino de los mismos tonos. Su fijación por el trío cromático se extendió hasta su propuesta Crucero 2017, algo totalmente comprensible teniendo en cuenta que la presentó en la Abadía de Westminster, donde quiso marcarse un explícito homenaje transformando la bandera de Reino Unido en suéter. Por otro, las chicas marineras ideadas por Miuccia Prada anunciaban la tendencia marinera que nos invadirá cuando bajen las temperaturas (los abrigos de este estilo marcarán la pauta) y bajo la que las rayas blancas y azules combinadas con rojo se hacen imprescindibles.

Ese espíritu marinero (su origen se remite al siglo XIX) lleva presente en la moda desde que Coco Chanel decidiera incoporar el uniforme de trabajo de los marinos al armario femenino y ha sido explotado hasta la saciedad por infinitas firmas y colecciones. Jean-Paul Gaultier, Givenchy y, por supuesto, Chanel han ido reinventando las rayas blancas y azules casi siempre acompañadas por destellos rojos (aquí, algunos ejemplos de archivo). La combinación resulta especialmente recurrente en las colecciones estivales (Marc Jacobs, Kenzo, Max Mara o Karl Lagerfeld para la maison francesa la repetieron sin parar en sus propuestas primavera-verano 2016), pero quizá es menos frecuente que se convierta en un básico otoñal. Cosa que, sin duda, ocurrirá este año. Así lo anuncia el número de septiembre de S Moda, protagonizado por una Sam Rollinson vestida con un diseño tricolor de Gucci. La clave para llevar la tendencia: rayas, cuanto más anchas mejor.

No hay duda de que estos tres colores tan repetidos en logos y cartelería –Pepsi, el metro de Londres y Madrid o Tommy Hilfiger son buenos ejemplos– también están íntimamente relacionados con Estados Unidos y Francia. El 4 de julio, día de la Independencia de Estados Unidos, es frecuente que los medios especializados del país recojan ideas para crear looks patrióticos en forma de homenaje puntual y anecdótico. Las francesas, sin embargo, son expertas en llevar la mezcla cualquier día del año. ¿Cuántas veces hemos visto a una parisina ataviada con camiseta blanca, vaqueros azules y complementos rojos? Quizá en el afán de mortales y marcas por alcanzar el envidiado estilo del país galo encontremos parte del éxito de esta mezcla cromática. Être Cecile es un buen ejemplo. A pesar de que la firma es de origen británico, sus prendas plagadas de lemas en fránces la harían pasar ante los ojos de cualquiera como una enseña Made in France. Y, casualmente, su última colección es una oda al rojo, el azul marino y el blanco; colores presentes en casi todas las prendas de su nueva temporada.

La evidencia más incontestable de que la tendencia llegará a las calles la encontramos en lo último de Zara. La hermana mayor de Inditex, que deja pocas cosas al azar y sabe perfectamente por qué debe apostar cada estación, tiene su tienda online plagadita de jerséis azul marino con trazos blancos y rojos, vestidos de rayas en los mismos colores y estilismos compuestos únicamente por este trío. Pull & Bear o Asos, por poner otro par de ejemplos asequibles, también tienen una batería de piezas tricolores.

Y para cerrar el círculo de las evidencias queda hacer mención a la bolsa de Balenciaga que tanto juego ha dado (y dará) así como a los bolsos de Anya Hindmarch o Gucci. Las reinas del street style se han apresurado a hacerse con ellos y, más allá de los complementos, también han optado por esta mezcla de colores en sus looks de las últimas semanas de la moda. En bloques o líneas de diferente grosor, el esquema se repite en las calles de Copenhague, París, Londres o Nueva York: rojo, azul y blanco. Puede que las españolas jamás nos atreviésemos a salir a la calle de rojo y amarillo como manda nuestra bandera pero a las francesas, británicas o estadounidenses les encanta vestir los de las suyas. Y este otoño, al resto del mundo también.