Las mascarillas más codiciadas las tiene Susie Cave: por qué The Vampire’s Wife agota colecciones en seis minutos
La diseñadora y esposa de Nick Cave lanza cada semana en su web una colección de mascarillas destinada a colgar el sold out. ¿Lo mejor? Sus beneficios se destinan a ayudar a los sectores más vulnerables por la covid-19.
Susie Cave, icónica modelo de los 90, musa de Galliano, Westwood y Philip Treacy, del fotógrafo David Bailey y casada con Nick Cave desde 1999, es la diseñadora de la firma fetiche The Vampire’s Wife, una marca que cristaliza el carácter de la modelo en diseños sumergidos en un aire retro y romántico. Vestidos victorianos de culto que se rifan desde Florence Welch (cantante de Florence and the Machine), Sienna Miller, Alexa Chung o la mísimisa Villanelle, la asesina mejor vestida de la televisión en Killing Eve.
Descubierta por Steven Meisel a los 14 años en Londres, cuando todavía era Susie Bick, la modelo se convirtió en musa de Nick Knight, Helmut Newton y el polémico Guy Bourdin. También lo fue de su marido, el cantante Nick Cave, pero hace años que la musa se ha convertido en maestra. En este caso, tras crear The Vampire’s Wife junto a su socio Alex Adamson en 2014 y convertirla en un imperio de culto fue lo que le ayudó a superar el duelo de su hijo –falleció a los 15 años al tropezar y caer por un acantilado en julio de 2015–. Con fanáticas como Kate Moss entre sus clientas, que define a la marca como «vestidos de la casa de la pradera pero de lujo», The Vampire’s Wife ha sabido transformar su negocio con la llegada de la pandemia global.
Una vez desatada la alarma mundial por la expansión de la covid-19, la firma de Cave apostaba por una línea de mascarillas con diseños florales demostrando que la moda avanza al mismo tiempo que la vida y que el verde o blanco de las quirúrgicas podía ser sustituido por otras opciones más atractivas y coloridas.
La primera colección presentada en su web el pasado 15 de mayo confirmaba el éxito de la diseñadora cuando colgaron el cartel de sold out tras agotarse 700 mascarillas en tan solo seis minutos. Ella misma lo explicaba a través de Instagram con una publicación en la que se disculpaba con aquellos que se hubieran quedado sin la suya. Desde entonces, cada viernes a las 4 p.m la firma lanza una nueva colección en su web que tres meses después de la explosión de la pandemia continúa agotándose semana tras semana.
Entre las celebrities que se han declarado fans de sus diseños destacan las actrices Haley Bennett y Elisabeth Moss o la diseñadora Bella Freud. Lisas en negro y más discretas, de estampado floral para celebrar la época estival e incluso de cuadros vichy; su precio no es nada desorbitado (35 libras, unos 38 euros). Disponibles en diferentes tejidos, 100% de algodón o de seda, e incluso ribeteadas con volantes, se han convertido en objeto de deseo para muchas consumidoras que debido a la situación de emergencia mundial ahora priman una mascarilla de diseño como el accesorio clave en el que invertir en un verano tan diferente a los que recordamos.
El 100% de los beneficios obtenidos con las ventas de su primera colección fueron destinados a la Organización Mundial de la Salud y ahora, tres meses después, cada semana, dirigen un porcentaje de lo recaudado a diferentes organizaciones ligadas a paliar los estragos de la covid-19. Organizaciones que la propia audiencia propone por medio de las redes sociales y entre las que eligen desde la firma.
Platón defendía que “buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el nuestro” y en estos momentos de incertidumbre, miedo e inestabilidad mundial han sido muchas las firmas que han unido sus fuerzas y se han sumado a acciones benéficas a través de las ventas de mascarillas. Porque si en los últimos años el mundo ha vivido un momento peliagudo en el que poner nuestro granito de arena, es ahora. Así, la casa francesa Gautiier lanzó una mascarilla cuyos beneficios se dirigen a la lucha contra el VIH. Scootch and Soda persigue ofrecer soporte económico a The Hunger Project, una organización que busca terminar con el hambre en el mundo. Y la casa Disney, con las ventas de sus animadas mascarillas, donará el total de los beneficios a MedShare, encargada de distribuir equipos médicos y suministros a los afectados por la pandemia.
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