La historia de la sororidad secreta de mujeres latinas que está cambiando Hollywood

Desde que el sol se pone sobre las letras que presiden las colinas de Hollywood, la meca del cine ha sido testigo de cómo diferentes clanes de poder coordinaban voluntades para abrirse paso en la industria. Amistades más o menos vetustas en la era previa al networking con el objetivo común de llegar a lo más alto y cumplir con ambiciones taquilleras y/o puramente artísticas, como demuestra el camino paralelo de cineastas como Steven Spielberg y George Lucas o los más recientes Sofia Coppola y Wes Anderson. Pero ninguna hasta la fecha ha tenido el tamaño y las ramificaciones de la que se lleva gestando, casi de manera clandestina, durante los últimos meses en Hollywood. Unidas bajo el lema Fiercely Latina (Ferozmente latina), decenas de intérpretes, guionistas, productoras y realizadoras de origen latino han decidido aunar fuerzas para plantar cara a la infrarrepresentación y los prejuicios raciales a los que históricamente se ha enfrentado la comunidad en Hollywood. Y lo están consiguiendo.

Octubre de 2017. Apenas unos días después de que The New York Times y The New Yorker sacudieran la industria publicando en sus páginas las primeras acusaciones de abuso sexual contra el productor Harvey Weinstein, un grupo de artistas convocaron la reunión inaugural de ‘latinas feroces’. Al principio eran apenas unas quince, un grupo conformado en su mayor parte por actrices de series de televisión como Orange is the new black, Día a día o Brooklyn Nine-Nine. Las lideresas y promotoras de la iniciativa son las componentes del núcleo de amistad latino más reconocido por el público estadounidense: Eva Longoria, Gina Rodriguez, America Ferrera y Rosario Dawson. Según la periodista Ariana Romero, que ha destapado los secretos de esta sororidad en un artículo publicado en Refinery 29, “están decididas a hacerse un hueco por ellas mismas en una industria que durante mucho tiempo ha rechazado abrir sus puestas a las latinas”.

Los datos hablan por sí solos. Según un estudio de la Iniciativa de Inclusión Annenberg de la Universidad del Sur de California, los personajes latinos supusieron el 4’5% del total entre las 1200 películas de Hollywood más taquilleras estrenadas entre 2007 y 2018. Una infrarrepresentación flagrante teniendo en cuenta que la comunidad supone hoy hasta un cuarto de los espectadores totales en las salas estadounidenses. El ensayo también analizó la forma en la que son retratados estos personajes, siendo el criminal el arquetipo más habitual con hasta un 61% de roles que dan vida a ladrones, narcos, etc. Que Cameron Diaz, una intérprete nacida en San Diego (California) con raíces latinas casi circunstanciales, fuera la representante más prolífica de todas las estudiadas, es otro síntoma de la alarmante situación.

Las estrellas que forman parte de esta ilustre sororidad han ido compartiendo en sus cuentas de Instagram diferentes imágenes que muestran el imparable crecimiento, en número y en actividad, de lo que empezaron siendo cenas periódicas para compartir experiencias y hoy puede calificarse como plataforma legítima. Más allá de servir como inspiración a las jóvenes intérpretes, esta comunidad de mujeres colabora también en labores de coproducción de proyectos, sugerencias de oportunidades de casting o documentación y preparación de personajes procedentes de contextos latinoamericanos. “Cuando Eva Longoria empezó a hablar sobre la posibilidad de producir, me miró a los ojos y me dijo, ‘¡Tú puedes hacerlo, tú puedes dirigir! Y yo pensaba, ‘Vale, eso es todo lo que necesitaba, Eva me ha dado la luz verde”, confesaba la actriz Francia Raisa, conocida por la serie Vida secreta de un adolescente.

Longoria, una de las primeras intérpretes latinas en convertirse en una estrella global gracias a su papel de Gabrielle en Mujeres desesperadas, sintetizó su propósito como anfitriona y alma del grupo en sus redes sociales: “Estas son las mujeres a las que admiro, por las que me preocupo y a las que apoyo. Os respaldo. ¡Vayáis donde vayáis, yo también iré!”. El mundo de la televisión tampoco escapa al déficit sistemático de representación. De los casi 5000 humanos con frase en el medio millar de series emitidas en el curso 2017/2018, solo el 2’8% eran mujeres latinas. Por paupérrima que pueda parecer la cifra, supone un récord histórico.

El eco de la acción de esta hermandad secreta, toda una “revolución” según Romero, ya se deja notar en todo Hollywood. Este pasado 15 de octubre, la plataforma Time’s Up, que nació con el objetivo de acabar con los abusos sexuales en la industria promoviendo medidas políticas, legales y económicas, ha anunciado un acuerdo de colaboración con Latinx House, organización salida de las mencionadas reuniones clandestinas. Esta iniciativa, que busca crear una comunidad estable y conseguir oportunidades para las voces latinas en Hollywood, promoverá programaciones temáticas, mesas redondas y redes de networking en certámenes como el festival de cine independiente de Sundance. “No nos estamos quejando de cómo están las cosas, es precisamente lo contrario”, sostuvo en la presentación de la iniciativa Gina Rodríguez, protagonista de Jane The Virgin. “Todas hemos creado nuestras propias productoras y nuestro propio contenido. Lo que decimos es que no vamos a esperar a que decidan incluirnos, vamos a ser nosotras las que pondremos en marcha nuestros proyectos y las que contaremos nuestras historias con autenticidad”.

Gloria Calderon Kellet es una de las habituales en estas asambleas y una de las mujeres destinadas a liderar la transformación. Desde que se hiciera un hueco en la industria como guionista de más una veintena de episodios de Cómo conocí a vuestra madre, ha ido incrementando su poder produciendo ficciones alabadas por la crítica como iZombie o Día a día y dirigiendo capítulos de cinco series diferentes en apenas un año. Calderon Kellet ha invitado a los eventos #FiercelyLatina a promesas como Jeanine Mason (Anatomía de Grey) –dicen que el cupo de incorporaciones sigue abierto– pero no es tan optimista sobre el fulminante cambio de mentalidad que la industria dice experimentar en el último par de años. “La gente suele decirme, ‘Oh, Dios mío, debe ser genial ser una latina ahora mismo’. Y yo les contesto, ‘Vale, nómbrame a otras cinco’, concluye.

Una nueva generación de intérpretes está preparada para que los interlocutores de la productora latina puedan enumerar sin titubeos un buen puñado de artistas. Ana de Armas (007: Sin tiempo para morir), Rosa Salazar (Alita: Ángel de combate), Eiza González (Fast & Furious) o Adria Arjona (Triple frontera) son cuatro de las grandes promesas del Hollywood reciente. A ellas se les sumará el próximo año Rachel Zegler, la desconocida de origen colombiano que se impuso en un casting multitudinario para interpretar a la icónica Maria en el remake de West Side Story dirigido por Steven Spielberg. Un clásico del cine que a través del tiempo ha sido contemplado por los puertorriqueños como un ejemplo de apropiación cultural basada en los estereotipos y la parodia, pero cuya relectura puede suponer un antes y un después en la percepción no solo cinematográfica, sino pública y política, de lo que significa ser inmigrante en Estados Unidos. Y en tiempos de Trump, pocas cosas parecen más importantes que esa.