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Sangre azul: los vaqueros del pop rock español

El denim es el uniforme de gala del mundo de la música. Varias generaciones del pop rock español nos muestran las prendas míticas que les acompañan en sus giras.

Jeans & Rock

El vaquero que lucía en el año 1971 la portada del disco Sticky Fingers, creada por Andy Warhol para los Rolling Stones, no consiguió saltarse la censura española, que vería al mismísimo demonio en esos provocadores jeans. Y es que se consideró que marcaban demasiado paquete, por lo que en España se cambió por una lata de la que salían unos pringosos dedos de mujer, y listo. Dieciocho años después, en el LP Like a Prayer de Madonna se hacía un guiño a sus Majestades Satánicas, colocando en la carátula a una mujer desabrochándose sus tejanos. Estos son solo dos ejemplos que certifican que el denim siempre ha vestido al rock. Los grandes iconos se han encargado de inmortalizarlo (cómo olvidar el trasero de Bruce Springsteen en la portada de Born in the USA o a Los Ramones apoyados en la pared).

Christina Rosenvinge tiene su favorito: «Nadie ha llevado los vaqueros con tanta gracia como Patti Smith en esa foto de Mapplethorpe en una escalera de incendios. Esa imagen andrógina, desafiante y desastrada, infinitamente sexy al tiempo que ingenua, definía perfectamente el sonido de Horses, su magistral primer trabajo». Christina reflexionaba irónicamente sobre el paso del tiempo en la letra de 36, una canción de su disco Foreign Land, donde afirmaba en inglés: «No me ha llegado la sabiduría pero aún entro en mis jeans». Reconoce que los lleva mucho porque «es un uniforme que encaja en todas las ocasiones, los Levi’s son los que mejor me han sentado siempre». Bandas como Moris, Tequila o los Burning, con un ojo siempre puesto en el extranjero, fueron las encargadas de dar el pistoletazo de salida a los grupos de rock en español con estética vaquera en los años 70.

Christina lleva cazadora y camisa, ambas de Denim&Supply Ralph Lauren; vaqueros Levi’s. Bimba, cazadora de pitón de Salvatore Ferragamo, chaleco vaquero de Green Coast y vaqueros de Easy Wear.

Pablo Zamora

Pero los referentes culturales que emanan de unos tejanos no siempre provienen de la música. Para Bimba, que aparece en la sesión con una cazadora denim negra personalizada por ella misma, «Johnny Depp los lucía como nadie en la película Cry-Baby de John Waters. Mi abuela siempre ha dicho que no sabe cómo podemos ponernos unos vaqueros, que son una prenda ordinaria. Pero lo cierto es que, sea invierno o verano, siempre viene bien tenerlos en el armario».

Rubén Pozo, ex-Pereza, entra en escena. Parece un extra recién salido de la película Perros callejeros o Colegas, ambas del denominado cine quinqui. «La chupa que llevo me la regaló el actor Fede Celada porque decía que tenía un rollo retro, como las del Torete o el Vaquilla. Si los americanos tenían a Billy el Niño, ¡nosotros los teníamos a ellos! Son nuestros héroes del último trecho del siglo XX». Rubén cae rendido ante la estética de barrio de los 80, «además, una prenda como esta es la segunda piel del ser humano occidental. Cuando más desgastada, más bonita».

La pieza que viste Jairo Zavala, conocido por su proyecto musical Depedro, también acumula historia: «Esta camisa vaquera significa mucho para mí. Me la regaló Geva Alon, un rocker de Israel que nació en un kibutz, así que ha tenido muchas vidas». Levanta el cuello y aparece un número 18 pintado en negro. «¿Ves? Esta era la identificación». Depedro es un proyecto que le hace viajar mucho: «Además, en Israel somos muy conocidos. Creo que funcionamos bien fuera porque no entienden las letras. Pasa como antes en España con los grupos extranjeros que cantaban en inglés», comenta.

De izquierda a derecha: Carlos lleva Camisa de Boss Orange; Martí, camisa de Freeman T Porter; y Miguel, cazadora de Esprit.

Pablo Zamora

Pero para prenda compartida, un clásico: la hija que abre el armario de su madre y le acaba robando algo. Eso es lo que le ha pasado a Marta Ruiz, la teclista de Sex Museum que, por cierto, guarda un salvaje parecido con Laura Dern. Lleva 27 años en la carretera con su grupo y no ha parado. «Aunque reconozco que mi estilo ha ido cambiando a lo largo del tiempo, hay algo que ha permanecido: mis vaqueros», confiesa. «He pasado del rollo Barbarella, con cremalleras y ropa ajustada, a tener unos Levi’s que solo uso en conciertos para que no pierdan su forma», dice. Ahora ha creado junto a su hija, Tábata Pardo, el grupo Clucker, «donde a estas alturas digo y hago todo lo que me apetece. Lo bonito es que es un proyecto electro punk junto a ella». Justo en ese momento saca una cazadora tejana del bolso y dice: «Simboliza un poco el momento que estamos viviendo, pues a mí me encanta y mi hija decidió heredarlaun día. Ahora la compartimos».

La también madre Mai Meneses, líder de Nena Daconte, ha compuesto durante el embarazo su último disco Solo muerdo por ti. Cuenta que, de pequeña, se ponía delante del espejo con sus vaqueros a imitar las poses de Elvis Costello, «pero siempre me he fijado en el estilo de Christina Rosenvinge». A su bebé le ha comprado unos vaqueros rotos con tachuelas. Ella también decide el estilismo de su banda sobre el escenario y es de las que piensa que «hay que experimentar lo menos posible porque un mal vestuario te puede arruinar un concierto. Por eso el tejano es perfecto». Lleva una camisa Marc by Marc Jacobs que se acaba de comprar: «Me sorprendió que siendo denim fuera tan suave por dentro».

De izquierda a derecha: Rubén lleva cazadora propia de Wrangler y vaqueros de Pepe Jeans London; Marta, cazadora propia y short de Guess; y Jairo, chaqueta de H&M y camisa propia.

Pablo Zamora

La dulzura de Mai da paso a la característica voz rasgada de una Rebeca Jiménez que no deja de cantar en salas de toda España. Explica que es fiel a la marca Pepe Jeans London. «Sobre todo a su línea 73. Es una ropa muy rockera y no solo me siento completamente identificada con sus prendas, sino que son tremendamente cómodas para tocar. La firma me lleva acompañando desde hace tres años y tiene un punto muy parecido a mis referentes estéticos, como la cantante Lucinda Williams. Evoca la zona sureña de Estados Unidos, la cuna de la música que amo».

Los tres chicos de Mucho, exmiembros de uno de los grupos de pop más queridos del panorama musical español de la primera década de los 2000, los Sunday Drivers, acaban de presentar El apocalipsis según Mucho. Son sinceros al confesar que les importa la imagen que dan y que les encanta hablar de moda porque siempre les preguntan por temas musicales. «No hay nada tan vaquero como Keith Richards, que se ponía los jeans de su mujer, o Eric Clapton, vestido de arriba abajo de denim, en el bolo de Toronto con John Lennon», dice el vocalista, Martí Perarnau, entre risas. «No me fijo en el modelo exacto de chaqueta que lucen los músicos que siempre he admirado, pero sí en su manera de llevarla y la actitud que le dan. Nosotros montamos desfiles en casa y les preguntamos a nuestras novias qué tal nos quedan las prendas. De lo que te dicen, tienes que fiarte la mitad. Sin embargo, entre nosotros sí somos sinceros: que si la camisa te marca demasiado, que si el pantalón te aprieta…», continúa Martí con más risas. El más coqueto de los tres, por consenso, es el bajista Miguel de Lucas: «Creo que no mola ver a un grupo de música vestido con ropa anodina o en chándal. En el escenario hay que gustarse y gustar por respeto al público». En lo que también coinciden los tres es en lo que no puede faltar nunca en una maleta de una gira: «Una chupa vaquera, aunque sea en verano, te salva de muchos imprevistos», afirma el batería de la banda, Carlos Pinto.

Mai lleva chaleco de Replay camisa de Marc by Marc Jacobs y vaqueros de Kocca. Rebeca, chaleco con tachuelas de H&M, cazadora de G-Star Raw, camiseta de Intimissimi y pantalón customizado de Pepe Jeans London.

Pablo Zamora

Y llega el plato fuerte. Los músicos españoles que ya han entrado en la historia del rock español. Sus prendas de mezclilla negra respiran autenticidad: llevan más de 30 años rodando en la carretera. «Cuanto mejor me quedaban los pantalones, más pronto llegaba mi madre y me los tiraba; era un drama», cuenta Carlos Segarra, líder de Los Rebeldes. Y añade: «No hay un solo artista de rock importante que no haya vestido vaqueros en la portada de alguno de sus discos».

Eso que se lo digan a Johnny Cifuentes, que lleva desde 1974 con Burning. Johnny habla, viste y se mueve como una estrella del rock. El mundo de la música al completo, jóvenes y veteranos, le muestran cariño y respeto. «Yo iba de negro antes que Johnny Cash y en mi barrio me llamaban El Fune», asegura el líder de la banda. A finales de los 70 salió tocando los teclados con su grupo en la película ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? Entre el público estaban Almodóvar y Carmen Maura. «Cuando empezamos era el momento del glam, rollo T. Rex, y así era como vestíamos. Luego fuimos evolucionando, pero el jean siempre lo hizo con nosotros», dice Cifuentes. «Antes, para gustar, llevabas cosas que te comprabas en Londres, una talla menor que la tuya a poder ser», explica Segarra. «Yo sigo así», le replica con chulería Johnny. «Ya, pero tú eres una leyenda», resume Germán Coppini, quien fuera cantante de Siniestro Total y Golpes Bajos, y reventó las listas de ventas con temas como Malos tiempos para la lírica La fiesta de los maniquíes. «Es cierto que en mis inicios, a principios de los años 80, había que ser el más molón. Pero para mí ha cambiado todo mucho con el transcurso de los años», continúa Coppini. «Ahora, si pienso en unos tejanos, visualizo una prenda que me permite salir cómodo a defender mi música y mi visión artística», concluye Germán.

Pablo Zamora

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