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Que arriesguen otras: sin polémica en la Hispanidad de este año

El desfile de las fuerzas armadas es una trampa de protocolo para realeza y políticas. Esta vez no han caído.

Infanta Elena
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El día de la Hispanidad de hace justamente un año la Princesa de Asturias sufría un desliz con el protocolo en los actos oficiales. Mientras la ocasión requería por petición expresa ir "de corto", doña Letizia se decidía por un pantalón de traje y una blusa en color maquillaje : muchos interpretaron la laxitud de su atuendo como un signo de indiferencia ante la solemnidad que rige en estos casos.

Este año, en cambio, Letizia ha vuelto a terreno seguro y ha vestido con un dos piezas de tweed en tonos rosas, un look favorecedor y poco llamativo al que ya recurrió en su primer día de la Hispanidad hace ya siete años. No era el momento de arriesgar. En plena crisis y después de las últimas polémicas, Letizia ha optado por mantener en su vestuario un perfil bajo. No ha sido la única: la infanta Elena ha repetido el modelo que se puso para la boda de su hermana Cristina hace 14 años. Cristina también se ha mantenido dentro de la discrección con un conjunto de vestido y chaqueta en tonos champán, mientras que doña Sofía ha optado por un traje de falda y chaqueta en color malva. 

LA INFANTA ELENA REPITE TRAJE 14 AÑOS DESPUES
G3 (©GTRESONLINE)

Todo vuelve a a ponerse de moda. Más o menos.

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Doña Sofía con un traje malva.

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La última vez que Letizia despertó las iras de los supertacañones de la etiqueta fue en julio pasado, durante una entrega de despachos en la Escuela Naval de Pontevedra. En la citada ocasión chocó que la esposa de un Príncipe impolutamente uniformado se conformara con un estilismo que para muchos era excepcionalmente mundano. En agosto del año anterior, y en similares circunstancias, Letizia era acusada de quedarse corta en formalidad con un look que, de nuevo, descartaba la falda o el vestido y ni siquiera incluía americana. En ambos casos se exigía que las mujeres fueran "de largo".

La esposa de don Felipe tiene una habilidad especial para que su ánimo distendido a la hora de vestir parezca un tipo de objeción de conciencia ante las dos instituciones más protocolarias: las Fuerzas Armadas y la Iglesia. Muy comentada fue su aparición de blanco ante el Papa durante su visita a Madrid puesto que ese color está reservado, según los expertos, exclusivamente a las reinas católicas.

La ministra de Defensa ha sido la única mujer en pantalones.

Getty Images

Carme Chacón ha asistido al desfile en esta ocasión muy sobria y de negro. En mente de todos está lo ocurrido durante la Pascua Militar de 2009, cuando apareció enfundada en un traje esmoquin firmado por Purificación García. Aunque su elección iba en contra de la norma que exigía vestido largo, su apuesta no solamente le valió la aprobación de la Casa Real sino calurosas alabanzas por parte de público y sector especializado que llegaron incluso desde Italia. En este caso, el guiño libertario de Chacón -primera mujer al frente de Defensa en la historia de España- obtuvo una lectura positiva por recaer del lado de la elegancia, aunque también sirvió para encender a muchos que la acusaron de saltarse la etiqueta. Se demostró que su atuendo no se salía de la norma, pero nadie puede olvidar ya 'el esmoquin de la Chacón'.

Otros deslices

Muchas de nuestras mandatarias – o las consortes de los mandatarios – han sido diana de críticas alguna vez por su atuendo en un acto oficial. Por ejemplo, en la boda de los Príncipe de Asturias le llovieron multitud de críticas a Sonsoles Espinosa, mujer de Zapatero, por ir de oscuro (igual que Carmen Romero) y además con zapato plano. Eso de que las mujeres no se suban a unos tacones para ir de fiesta penaliza en la liga de lo adecuado. Un código de conducta completamente distinto es el que sancionó el estilismo escogido por Rania de Jordania en ese mismo enlace. Aunque la soberana jordana apareció en el ranking de las más elegantes y su outfit sigue inspirando a aquellas que huyen del orden establecido para este tipo de eventos, su atuendo no cumplía con dos de las cláusulas básicas de las bodas, particularmente, aquellas reales: una pamela y el largo apropiado. Piezas discordantes en diferentes puzles. Está el protocolo institucional y están las normas no escritas para eventos de gala. Mucho más laxas y de repercusión por proximidad, no castigan si se suplen con finura y gracia.

Los zapatos sin tacón de Sonsoles Espinosa fueron muy criticados.

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Volviendo a los tacones de Sonsoles, la falta de centímetros no es sinónimo de vulgaridad en el caso de Francia con Carla Bruni o en Estados Unidos con Michelle Obama. La primera dama americana está considerada una de las mujeres mejor vestidas del panorama internacional -famosos son sus guiños a la moda lowcost – pero no se ha librado tampoco de los reproches de opinión pública y medios de comunicación. Uno de sus encontronazos más sonados la puso en el ojo del huracán por escoger un vestido de Alexander McQueen para asistir a una importante cena oficial . Los críticos de moda y espontáneos virales se tomaron fatal semejante gesto antiproteccionista pero la mujer de Barack ahogó la acritud de sus patrios detractores con un golpe de buen gusto aplaudido por el resto del mundo.

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