Porque esto no es Silicon Valley: cómo pasar de la oficina a las cañas sin tenerla con el jefe
Aquí en pocas empresas puede uno presentarse con camiseta y zapatillas, aún así, es posible conjugar jornada laboral y esa cosa tan nuestra del rato de ocio con los amigos en un mismo estilismo.
Claramente esto no es Silicon Valley. En las oficinas que campean por España raramente se aceptan por zapatos los calcetines de cinco dedos o se admite como traje un maillot ciclista por mucho que el medio de locomoción utilizado para desplazarse sea la bici.
Sea quien fuere el que puso la primera piedra para que en ciertos puestos de trabajo los conocimientos, la experiencia y los méritos no hagan al monje si no es con un determinado hábito, no cayó en la cuenta de que, aparte de que no rinde más quien produce encorsetado, hay vida más allá de las 8 (9, o 10…) horas de jornada laboral.
Porque es un auténtico coñazo eso de practicar afterwork vestido como manda el capo, te proponemos looks que, sin salirse de convenio, no se limiten a tirar de método Melanie Griffith en Armas de mujer: las zapatillas deportivas con traje de chaqueta.
GTres
El ejemplo de que las camisetas pueden equivaler perfectamente a una severa camisa blanca nos lo de Reese Witherspoon. Si las acompañas con un tejano (que no sea azul para que no parezca un vaquero informal) o pantalón ajustado más cómodo que el de pinza aunque igualmente protocolario, una americana (tipo esmoquin o cruzada) y un zapato ni demasiado administrativo ni excesivamente alto: darás en el clavo.
GTres
La camiseta de rayas es un básico que puede ser absolutamente corporativo bien combinado. Sobre una falda tubo o un pantalón de traje y accesorios que vistan.
GTres
Si Betty Draper lleva chupa de cuero: no iba a ser menos la mujer trabajadora. A su manera, es la sustituta perfecta del blazer, es decir, con una camisa de estampado no demasiado llamativo debajo y complementos lo más formales posibles para acompañar.
GTres
En breve el tiempo nos dará para cambiar el negro por el blanco, sustituir el abrigo por un sencillo cárdigan y llevar sandalias. Para entonces haremos un Elle MacPherson.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.