¿Por qué son necesarias más mujeres como Reese Witherspoon en Hollywood?
La oscarizada actriz, cansada de la poca presencia de voces femeninas tanto delante como detrás de la pantalla, está revolucionando la industria con su propia productora.
Por mucho que Wonder Woman reventase las taquillas hace unos meses, lo cierto es que no hay nada que celebrar. No es ningún secreto que la industria de Hollywood sigue pagando más a los hombres que a las mujeres y que ellas siguen teniendo un menor papel tanto delante como detrás de los focos. En un mundo todavía tristemente dominado por la testosterona se echan en falta voces valientes que no tengan problema alguno en denunciar estas injusticias y liderar una revolución que defienda la igualdad de sexos. Por este motivo, precisamente, que alguien como Reese Witherspoon haya dado el paso de hablar alto y claro sobre este asunto es algo que todos deberíamos agradecerle cuanto antes.
Uno de los principales puntos de inflexión aconteció cuando en noviembre de 2015 Witherspoon aprovechó la gala Women of the Year de la revista Glamour para marcarse un discurso del todo revelador que se viralizó de inmediato. La ganadora del Oscar por En la Cuerda Floja, con mucho atino, afirmaba que actualmente vivimos en una crisis cultural que afecta a todas las industrias, no solamente la del cine, porque el simple hecho de ser mujer implica en muchos casos percibir un sueldo diferente que el de un hombre por hacer exactamente el mismo trabajo. Aunque lo mejor vino cuando puso sobre la mesa unas preguntas que requieren una urgente reflexión: «¿Por qué la ambición femenina, y no masculina, sigue viéndose como algo peyorativo, casi peligroso, por parte de la sociedad? ¿Acaso alguien tiene que pedir perdón por saber lo que quiere y cómo conseguirlo?» Los aplausos que vinieron de la platea estaban más que justificados.
Tristemente, por mucho que estemos a punto de arrancar el 2018, las mujeres con las ideas claras y con ansias de prosperar en sus trabajos siguen siendo algo así como una amenaza para los machos alfas anclados en el pasado. No se va a acabar con esta situación de un día para otro, obviamente. Pero, por lo pronto, Witherspoon, cansada de la poca presencia de voces femeninas en el cine y la pequeña pantalla, se ha puesto el mundo por montera y se ha alzado como una de las más importantes emprendedoras y defensoras de sus intereses en Hollywood. ¿Cómo? Pues creando hace cinco años la productora Pacific Standard y, el pasado año, la compañía multimedia Hello Sunshine, con el objetivo de dar visibilidad al talento femenino tanto delante como detrás de la pantalla. Como su madre bien le aconsejó, “si quieres algo, cariño, hazlo por ti misma”. Dicho y hecho.
Witherspoon, que en numerosas ocasiones ha declarado que es una devoradora de libros, gracias a Pacific Standard ha tenido acceso a numerosos guiones que, hasta la fecha, no han hecho más que aportarle éxitos. Estos son los casos de Alma Salvaje de Jean-Marc Vallée en 2014 (nominada a dos Oscars), Perdida de David Fincher y estrenada el mismo año (con una nominación a los Premios de la Academia) o ¡Pisándonos los Talones! de Anne Fletcher, que llegó a las salas de cine en 2015. En las tres cintas Witherspoon actúa y ejerce de productora, lo mismo que este mismo año ha repetido con la aclamada serie de HBO Big Little Eyes, que se ha alzado finalmente con ocho Emmys.
Por mucho que haya tenido que convivir con la posibilidad de perder dinero de su propio bolsillo, la estadounidense está más feliz que nunca con lo que está consiguiendo. Paso a paso está cumpliendo su sueño de renovar los cimientos hollywoodienses infiltrada desde dentro. Y nada le va a hacer parar porque, más allá de la segunda temporada de Big Little Eyes, aún tiene pendiente de estreno en nuestro país la comedia romántica De Vuelta a Casa y, de cara al año que viene, la versión cinematográfica de Una Arruga en el Tiempo de Madeleine L’Engle en la que nuestra protagonista compartirá plano con la mujer más influyente de Estados Unidos, Oprah Winfrey. Y por cierto, esta última película la dirige Ava DuVernay, la primera cineasta afroamericana que tiene la oportunidad de trabajar con un presupuesto de cien millones de dólares.
Para Witherspoon esta revolución femenina en ciernes del séptimo arte sólo será posible si se trabaja duro. Ella ya está en ello y, muy probablemente, otras seguirán sus mismos pasos. Teniendo presente que la industria de Hollywood si quiere puede corregir sus errores, como ahora está ocurriendo después de que se hayan destapado casos de depredadores sexuales como el del productor Harvey Weinstein, aún no está todo perdido. Con mujeres como ella que no esconden su ambición, sin duda, el mundo es y será un lugar mejor.
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