Poner la vista en Asia no vale si quien mira es un ángel de Victoria’s Secret
En una temporada en la que casi todas las firmas tienen elementos orientales, su mercado más importante, Victoria’s Secret se ve obligada a abandonar su inspiración por sexualizarla.
Hace prácticamente un año, a la cadena de ropa Urban Outfitters le llovían tortas por todas partes tras comercializar una línea de culottes, calcetines, suéters y demás accesorios apropiándose del término Navajo para denominarlas. Sus mentores en el empleo de algunos de esos mismos estampados y tejidos propios de las comunidades nativas norteamericanas eran, esa misma temporada, el invierno pasado, nombres de primera línea como Isabel Marant o Proenza Schouler. En ese caso, los responsables creativos de dichas adaptaciones llamaron a la inspiración por su casto nombre, y aunque incluso hicieron broma con ello (la misma Marant declaraba sobre sus diseños que "donde hay indios, los vaqueros no andarán muy lejos"), nadie se llevó las manos a la cabeza.
Durante las pasadas Semanas de la Moda de Nueva York, Londres y Milán, donde se han presentado las propuestas de la próxima Primavera/Verano 2013 -ya veremos qué nos depara la cita con París que empezó ayer-, la línea de crédito abierta por casi todos los diseñadores va a parar a una cuenta en Asia. Los motivos orientales, bien sea la reinterpretación de elementos tradicionales como el origami, el keikogi o el quimono, en manos de Christopher Kane, Fausto Puglisi (nuevo fichaje en la casa Ungaro), Prada y Etro, o el Qipao vietnamita de Peter Dundas en Emilio Pucci, han sido una constante más o menos literal en sus colecciones. Algo que por otra parte no es ni mucho menos, algo nuevo, especialmente en relación a Japón o China y algunos de los arquetipos femeninos de sus respectivas culturas milenarias.
De hecho, solamente en los últimos 15 años podemos contar gloriosos homenajes de John Galliano en Christian Dior, Giorgio Armani o Jean Paul Gaultier en algunas de sus colecciones de Alta Costura, pasando por Marc Jacobs para Louis Vuitton, o de cara a este otoño-invierno, desde Jason Wu, a Zac Posen o Dries Van Noten, visto que es una de las tendencias más fuertes que nos han dejado las pasarelas.
El escándalo ha llegado sin embargo con Victoria's Secret. Y hasta aquí todo correcto visto que "sus ángeles" son siempre objeto de controversia. La marca de lencería presentaba antes de verano su colección Go East, una línea de ropa interior con toques orientales, sin saber que una propuesta en particular, Sexy Little Geisha, iba a despertar las iras en internet a los pocos días de salir a la venta. Tanto que los responsables de la firma han cedido a la mala prensa y ha sido retirada de su sitio web. El principal "pero" que le han puesto desde varios medios y blogs a su estrategia de marketing -la modelo sudafricana Candice Swanepoel, paipai en mano, posaba con un sugerente body rematado por un obi bajo el lema: "Este es el pase a tu aventura más exótica". Los críticos aseguran que la campaña pasa por la explícita sexualización y manipulación de una figura cuya principal virtud es precisamente el carácter no manifiesto de su erótica.
Campaña otoño-invierno 2012/13 de La Perla.
La Perla
Pero en este caso, como en muchos otros, la injuria está en los ojos de quién mira, y el que observa no siempre contempla a todos con los mismos ojos. La Perla, una de las principales firmas de lencería del sector de lujo, (y cuya compañía se ponía el lunes a la venta) se inspira este invierno en parecidos referentes y la campaña de su colección no es menos sugerente que la de Victoria's Secret. Ahora, de lo suyo, nadie ha dicho nada.
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