Vinilos y ‘stilettos’
El culto al dj es cosa de chicas. Las it girls, modelos y famosas han convertido los cascos en el accesorio imprescindible de esta temporada.
Los focos han abandonado la pasarela para instalarse en la cabina. Allí, frente a la mesa de mezclas, las invitadas habituales de los desfiles cambian el bolso por la maleta de discos, seguras de que el estilo al vestir es transferible a la música. De perchas a «pinchas», las it girls se han convertido en dj estrella. Por eso se dejan querer por marcas y casas de moda, sus mejores mecenas.
Que se lo digan a Mia Moretti. Cuando empezó a hacerse un nombre en la escena underground de Nueva York, aseguraba que la mayoría de chicas que presumían de ser dj solo sabían pasar canciones en el iPod. Dos años después, tras ser responsable de la música en varios shows de la Fashion Week, en fiestas organizadas por Vanity Fair y hasta en la boda de Chelsea Clinton, reivindica la conquista de un mundo de tradición masculina aprovechando que la revistas especializadas le dan tribuna cuando la incluyen en la lista de las mejor vestidas de la noche neoyorquina. Grupo al que también pertenece Leigh Lezark, que comenzó pinchando en pequeñas salas junto a dos amigos bajo el nombre de The Misshapes y que, a sus 27 años, promueve fiestas por el mundo a las que acude gente como Madonna y Hedi Slimane. Y además, es musa de Karl Lagerfeld.
También lo es la modelo inglesa Daisy Lowe, que no solo ha desfilado para Chanel, Vivienne Westwood o Marc Jacobs, sino que varios clubs han contratado sus servicios como dj (sobre todo a raíz de su ruptura con Mark Ronson) para atraer a las masas. Solange Knowles, Erykah Badu, Lady Gaga, Lindsay Lohan o Paris Hilton son otras famosas que, como Lowe, también se han aprovechado de esta fórmula de promoción discotequera.
Poco le falta para unirse al club a Binki Shapiro, party girl que, junto a su novio Fabrizio Moretti, batería de The Strokes, formó el grupo Little Joy. Es común verla animando fiestas en el Coachella Festival con sesiones en las que bailan amigas inseparables como Alexa Chung y Tennessee Thomas, quienes también son dj. En el lado opuesto está Chrissie Miller, visionaria creadora de la firma Sophomore, que prefiere desarrollar su faceta musical lejos de sus tiendas para hacerlo en eventos de Forever21 o Absolut Vodka. Chelsea Leyland, una de las últimas en llegar, tiene claro el secreto de su éxito: «Las marcas no nos contratan solo por la música, sino para ser su rostro». ¡Van a por ti, David Guetta!
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