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Templos divinos

Pocos edificios son tan eternos como los religiosos. Para crear nuevos monumentos, la Iglesia encarga a grandes arquitectos construcciones con las que rejuvenecer y diferenciarse.

Panteón Nube (Murcia)

Facebook, Twitter, Instagram… las nuevas iglesias o bien tienen perfiles o bien su arquitectura está presente en todas las cuentas de redes sociales. Pero no han sido las comunidades religiosas las encargadas de crearlos, sino los cada vez más apasionados que comulgan con sus diseños. En su interior encuentran una atractiva combinación de arte y espiritualidad, además de celebraciones que se aproximan a la performance. Un ejemplo es la escultura de cemento Cross-bridge, que ha diseñado el arquitecto Ivo Pavlik y está ubicada frente a la central nuclear de Dukovany (República Checa). «La levantamos en el mismo lugar donde hubo una hace cinco años. Esta cruz ejemplifica el tránsito de la vida y la muerte», asegura Pavlik. Lo curioso de la celebración que se da en esta cruz es que en invierno se quema. «Durante el año, en sus paredes crece heno, y con la nieve, ya seco, se prende fuego para dar paso a un nuevo ciclo». Grupos ecologistas también la veneran, ya que consideran que, cuando se eleva el humo blanco, la gente toma conciencia de la contaminación que emite la próxima central nuclear.

«La nueva arquitectura de las iglesias ayuda a eliminar barreras sociales y culturales, como cualquier otro espacio público. La forma de vivir la religión evoluciona y es distinta según las épocas, por lo que estos espacios han de adecuarse a nuestra forma de ver el mundo. Hoy le pedimos a los edificios religiosos otras emociones de las que se sienten bajo la cúpula de San Pedro del Vaticano», asegura Mario Clavel, de Clavel Arquitectos, autor del Panteón Nube, situado en el cementerio de Espinardo, Murcia. Esta construcción tiene unas puertas pivotantes que solamente se abren en un orden «casi secreto» que solo conocen los familiares. Un éxito del estudio que ha hecho que recibiera otros dos encargos, ya finalizados. Como puntualiza Clavel: «Hay nuevas maneras de sentir la espiritualidad y las iglesias deben ser capaces de transmitirlas. Sus objetivos son simbolizar un esfuerzo de evolución, una mayor adaptación a una nueva realidad social y cultural, así como la voluntad de estar más cerca de los fieles». Y si hay algo que aproxima, además de la fe, es el esparcimiento.

Oasis es el nombre de la Oficina para Atención Pastoral de la diócesis de Linz (Austria) y ha sido creada por el estudio X Architekten. Este espacio, con una superficie de 4.843 metros cuadrados, es el lugar de refugio de los trabajadores y jubilados de la compañía de acero Voestalpine, de ahí su lema «Donde el hombre y el trabajo cumplen». En su interior, además de una capilla, también hay guardarropa, cafetería, sala de eventos y espacios destinados a realizar talleres sociales.

En 1997 un terremoto devastó la ciudad de Foligno y la Conferencia Episcopal realizó un concurso para crear una nueva parroquia de San Paolo. El ganador fue Massimiliano Fuksas (quien también ha creado tiendas para Prada, Louis Vuitton o Giorgio Armani), ya que para la Conferencia representaba «un signo de la innovación que responde a las últimas investigaciones internacionales, lo que lo convierte en un símbolo del renacimiento de la ciudad tras el terremoto». El coste total de esta obra fue de 3.600.000 euros, de los cuales 600.000 fueron destinados a obras de arte. Los vídeos que hay colgados en Youtube sobre esta iglesia ya han superado las 100.000 visitas.

Los estudios de arquitectos están cada vez más interesados en pelear por la autoría de aquellos proyectos relacionados con la fe. La perdurabilidad de estas construcciones es mayor, y quienes las visitan, ya sean creyentes o no, lo hacen para observar el espacio y sentir el sosiego. «La historia de la humanidad está llena de grandísimas obras de arquitectura religiosa y esta intersección siempre ha resultado muy fértil para ambos», concluye Manuel Clavel.

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