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Por qué TikTok se ha convertido en «la mejor app de citas para lesbianas»

Deseo y afecto para el colectivo LGTBQ+. Pese a su historial de polémicas homófobas y racistas, en la app también se ha desarrollado el arquetipo orgánico de las nuevas generaciones: humor, libertad, viralidad y afecto.

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Ana Regina García

“En TikTok he encontrado un gran grupo de personas con el que compartir mi humor y mi sexualidad libremente, y muchas veces la combinación de ambas. Por fin me siento arropada.” Marta tiene 19 años y usa TikTok. Para ella la plataforma es una especie de casa que siente propia, un hogar al que pertenecer. Este sentimiento, habitualmente reconocible y sistemático, le resulta extraño, casi nuevo, y por lo tanto automáticamente adictivo. Marta es lesbiana y en la aplicación habla de los problemas que conlleva ser LGTBQ+, mujer, y estar gorda.

TikTok es la plataforma que piden los jóvenes y adolescentes y lo confirman estos datos: El 60% de sus usuarios tienen entre 16 y 24 años, en los últimos 6 meses se han registrado más de 2.000 millones de descargas y ya sobrepasa los 500 millones de usuarios, según confirman varios estudios. El confinamiento, ante la falta de contacto humano, también ha aumentado el uso de las aplicaciones para ligar. En definitiva, el tópico de la nueva normalidad, que parecía aterrador, ha acelerado las actuales normas sociales que potencian la distancia y el alejamiento físico y ha desestigmatizado irremediablemente el sexting, los audios subidos de tono y el slow dating. Como apuntaba El País, cada vez hay más conversaciones entre usuarios, lo que refleja la importancia de las relaciones emocionales más allá de las físicas, lo que evidencia que no deberíamos tenerle miedo a conocernos de otra manera y lo que anticipa que la distancia (bien llevada) genera más ganas de verse y alimenta la belleza de lo aún abstracto y desconocido, quizás la mejor parte del amor.

De todos modos, relacionarse a distancia no parece ser un problema para los jóvenes, ni mucho menos para el colectivo LGTBQ+. Margarita, que tiene 23, explica que para ella siempre ha sido más práctico y efectivo. “A las lesbianas nos gustan mucho las relaciones a distancia, no lo podemos evitar, tenemos tendencia a enamorarnos de las personas en internet, y aún más a los 16 años, ósea la edad de encoñarte de la gente. Si no lo encuentras a tu alrededor, lo buscas donde sea.” Puede que este espacio ahora sea TikTok.

Lena Wilson sacaba a la luz la historia de Ms. Vlanch (22) y Ms. Stephens (20) en The New York Times, una pareja muy tierna que se conoció en la aplicación. Desde entonces, documentan toda su historia en sus perfiles. Lo hacen con holgura y honestidad, como quien anda descalzo por el césped mojado en verano. En su primera cita, una de ellas le regaló un viaje en globo aerostático para ver salir el sol. “Una chica que me encontró en TikTok me llevó a una de las mejores citas de mi vida”, escribe, mientras de fondo suena My Girl. Algunos comentarios: “Cásate con ella”, “Me alegro de que haya funcionado” o “¿Estáis juntas?” Ms. Lanch responde: “Sí, ¡estamos juntas! ¡Aunque aún no me ha pedido que sea su novia oficialmente!”. En el título del vídeo: “Demostrado que TikTok es la mejor aplicación de citas para lesbianas”. Si tiras del hilo este sentimiento se propaga y se generaliza. De nuevo, Marta asegura: “Si no hubiera sido por las redes sociales no hubiera encontrado ni la cuarta parte de ligues que he tenido hasta ahora.”

Pero, ¿qué sucede en TikTok que no pasa en otras plataformas?

Combinación perfecta

TikTok acoge a una alta representación LGTBQ+ en sus canales. Salir del armario con autotune fue uno de los contenidos más reproducidos, aclamados y terapéuticos de la red social. El humor, ante una crisis de valores, abre una brecha generacional abismal frente a un sistema que aún vende relatos antagónicos a la naturaleza de los jóvenes y parece normal que satiricen una realidad alienante y hostil para ellos. Marta dice que sus vídeos más virales son en los que habla de sus experiencias personales siendo lesbiana, con un humor “bastante estúpido”. Rubén Serrano, periodista y escritor, hace hincapié en el cambio que se ha generado para tratar de una forma amable y despreocupada estas realidades. “Qué bien que podamos usar estos lenguajes con los más jóvenes. Son lenguajes distintos, aunque el mensaje es el mismo. Yo no me hubiera sentido así de libre a mis 15 años en Facebook, ha habido un avance en el ámbito de libertad del ser.” Parece que las confesiones y exposiciones personales online, aunque sean en clave humorística, pueden llegar a ser constructivas y conducir al diálogo y a la normalización entre las nuevas generaciones. La pulcritud es para los mayores. “Aunque puedan salir vídeos de bailes, bromas, o chistes, se han viralizado contenidos sobre acoso sexual, violación, homofobia y transfobia”, recuerda Rubén, experto en LGTBQ+, y seguidor de las tendencias en la plataforma.

Aunque los usuarios hayan establecido estas relaciones afectivas dentro de la plataforma, la app se ha visto obligada a dar explicaciones polémicas sobre su legitimación del racismo y homofobia en la red. El pasado 1 de junio, la compañía emitió un comunicado donde pedía perdón a los creadores de contenido negros y a la comunidad negra por no haber garantizado su seguridad y haberlos hecho sentir «inseguros, sin apoyos o suprimidos». En septiembre de 2019, The Guardian denunció que desde los foros de moderación de la app se seguían pautas para neutralizar o banear contenido pro LGTB y que incluso se ponía coto a este tipo de contenido en países en los que la homosexualidad no es considerada como delito. Sin embargo, los usuarios han sabido cómo establecer sus propios lenguajes en la app.

Sobre la libertad, TikTok se ha convertido en la plaza de las nuevas generaciones. Juegan, inventan, se manifiestan, se relaciona, gritan y experimentan con otros códigos. Es otra forma de comunicarse a nivel político. En el centro, la comunidad LGTBQ+ crece hasta tal punto que algunos usuarios se adueñan de la etiqueta queer en sus perfiles para conseguir más seguidores. Nos vendieron que la heteronormatividad sería siempre aspiracional, pero parecen cambiar las reglas. En TikTok estamos viendo que no. Queralt Guinart tiene 24 años y es una de las 4 creadoras de Bunyol TV (junto a Marta Mas, Geor Giner y Abril May), una televisión “radicalmente bollera, para lesbianas y bisexuales”. En el canal plantean contenidos en catalán que nunca han encontrado. La idea surgió de forma improvisada pero la respuesta que han recibido pone en evidencia que era necesario, que existen pocos referentes lésbicos y bisexuales en la cultura audiovisual y que la comunidad es poco consistente. TikTok puede ser otra puerta. De momento, se comunican a través de Instagram, pero tienen el foco puesto en la plataforma. “Hay muchas lesbianas que me ponen de buen humor en TikTok”, comenta Queralt, “y si es lo que se tiene que hacer para visibilizarnos nos subiremos al carro.” Queralt destaca que los vídeos son muy naturales y espontáneos y que el contenido, aún siendo sexualizado en algunas ocasiones, no se consume ni se dirige a los hombres. “Esto es lo que me motiva más”.

Sobre el tema del afecto, Margarita recuerda que ligar en la vida real para las lesbianas es un mal trago. La sensación que describen las entrevistadas tienen que ver con la incertidumbre y el efecto desértico. Otra cuestión que parece ser bastante infranqueable es la de las aplicaciones corrientes (como Tinder), que suelen convertirse en un laboratorio para chicas hetereosexuales curiosas y confundidas y no en un lugar donde encontrar deseo y afecto sin dilemas. Queralt explica que a menudo le cuesta despejar la duda. “Todo es válido, pero de la misma manera que si eres hetero te gusta encontrar a chicos que tengan clara su sexualidad, pues nosotras buscamos lo mismo. Dudar es muy guay, pero encontrar una relación con alguien que no tiene estos problemas mola.” Rubén Serrano habla de las aplicaciones como mercados de consumo y capitalizadoras de nuestro deseo. “Como dice la Vasallo (Brigitte Vasallo), las plataformas para ligar te dan la opción de que consumas este deseo, se centran en la necesidad sexual y en la fantasía.” Pero TikTok juega con otras reglas. Los jóvenes cazan tu atención, se clavan en ti como una daga y te lanzan píldoras de contenido efectivas, ingeniosas y campechanas, esquivando todas las posibilidades de convertirse en una multipantalla más.

 Un algoritmo aliado

Margarita sentencia la última clave. “Mi prima de 16 años, que tendrá como tres seguidores, me dijo muy contenta que había conseguido 2000 vistias en un vídeo. En TikTok la viralidad está al alcance de todo el mundo y por eso a la gente le gusta.” Parece ser que el corazón de TikTok está en el algoritmo. #FyP (o Para Ti, que hace referencia a For Your Page) es la categoría encargada de recordar tus gustos y revelarte solamente el contenido que te interesa, sin esfuerzo. Por ese motivo, a cuantas más lesbianas sigas, más te van a surgir. El reconocimiento popular y la recompensa positiva se democratiza y, por primera vez, nos alejamos del tick azul de Instagram que premia y verifica a los ciudadanos de primera. Ser famoso parece no importarle tanto al algoritmo. O solo le importa si a ti te importa. Como apuntaba Miller en The New York Times, TikTok ha conseguido segmentar y apreciar la cultura de internet a partes iguales y le ha devuelto su ethos: comunidades que comparten sus particularidades, gustos y lenguajes en su propio mundo, en un refugio seguro en el que encuentras solidaridad e incluso, el amor.

Otro mundo habitable 

¿Y este mundo es seguro para siempre? El nuevo hábitat responde a la necesidad de crear una extensión alternativa a los discursos de odio que hay en Facebook, Twitter o Instagram. Rubén Serrano recuerda: “Twitter fue un espacio seguro para el colectivo LGTBQ+ hace años, ahora veo imposible exponerme de esa manera, habría linchamientos y campañas programadas desde algunos sectores”. Es cierto que la razón de ser de estos lugares surge de la necesidad de poblar una guarida virtual apartado de la violencia y el acoso que sigue habiendo en las calles, pero como lamenta el periodista “ha pasado siempre”. Es supervivencia. Puede que ahora sea TikTok, como lo fue Tumblr, y que solo se trate de una cuestión generacional. Sin embargo, parece que de momento existe otro mundo habitable. Queralt, de Bunyol TV, cierra la conversación con el último reto: “Estar en el mundo virtual es muy importante, pero lo que realmente hace comunidad y cultura es desvirtualizarnos”.

Le pregunto a Marta si quiere encontrar el amor en TikTok: «¡Claro que sí! Si nos cruzamos será porque tenemos cosas en común. Ojalá estar en un futuro con alguien en la cama, tiradas, riéndonos juntas de los mismos TikToks».

 

 

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