La chica de los recados
La lista de actrices que rechazaron interpretar a la reportera de The Morning Post, Hildy Johnson, en el clásico de 1940 Luna nueva es larga. De Irene Dunne a Katharine Hepburn, Claudette Colbert y Ginger Rogers pasando por Carole Lombard, la candidata favorita de su director, Howard Hawks. Saber que era la última opción alentó las inseguridades de Rosalind Russell, la maravillosa actriz que finalmente se metió en la piel de una periodista que ha decidido romper con su trabajo de reportera en el periódico que dirige su exmarido, el cínico y marrullero Walter Burns, interpretado por el pícaro con más clase, Cary Grant.
Harta de un trabajo sucio y esclavo, Hildy sueña con casarse y entregarse a la plácida vida de ama de casa en un pueblo lejos del bullicio de la redacción y de la vida urbana. Pero, ay, la cabra siempre tira al monte.
Si conocen la obra de teatro de Ben Hecht y Charles MacArthur Primera plana —que inspiró otras dos películas, una anterior de Lewis Milestone en 1931 y, la más conocida, de 1974, dirigida por Billy Wilder con Jack Lemmon, en la piel de Hildy, y Walter Mathau en la de Burns— ya sabrán que nadie lee el segundo párrafo. Esa regla no escrita del viejo periodismo, poner cuanto antes todo lo interesante, se convirtió en uno de los chistes recurrentes de este oficio.
Pero en este caso, lo más interesante, cómo se le ocurrió a Hawks cambiar el sexo de Hildy, está en el tercero. Según algunos, fue cuando, en una sesión de trabajo, el actor que iba a pasar el guion con él no se presentó y Hawks le pidió a su secretaria leer al personaje del periodista. Según el propio cineasta, la idea surgió en su casa, durante una reunión de amigos. Discutían si los diálogos de Hecht y MacArthur eran los mejores del mundo. Para demostrarlo, Hawks sacó dos copias de Primera plana y como la que mejor leía en la reunión era una chica, le pidió que pasara ella el papel de Hildy, mientras él hacía el de Burns. Ahí llegó el golpe de intuición.
El trepidante duelo dialéctico que mantienen Grant y Russell durante todo el filme forma parte de la cima de esas comedias románticas que ya nadie se atreve a escribir. Hawks metió el acelerador a la capacidad verbal y de improvisación de sus actores porque en la vida real todos nos pisamos las frases. Como Grant era una máquina replicando, Russell se preparó a conciencia su personaje. A la actriz le costó entrar, pero una vez encontró la confianza nada pudo ya con ella. El título original, His Girl Friday, es un irónico juego de palabras. La “chica de los recados” conquistó el primer párrafo.
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