Juan José Padilla: «Corté dos orejas vestido de Dolce & Gabbana»
El torero con más glamour fuera de los ruedos confiesa que elige las corbatas siempre negras para que vayan a juego con su parche y que le encanta ir de compras con su mujer.
Primero estuvo al borde de la muerte tras una cogida. Luego, cuando todos pensaban que iba a dejar el toreo, apareció con su parche de pirata y salió a hombros por la puerta grande. Juan José Padilla no se corta al hablar de moda. Se hace los trajes a medida, conoce los auténticos nombres de los colores que luce y ha renunciado a las corbatas rojas. Genio y figura, maestro.
¿De qué color vestía la tarde de la cogida en Zaragoza?
Iba de rosa capote y oro. Los bordados del remate los había copiado de unos que tenía una guayabera que me había comprado en México.
¿Qué fue de ese traje?
Me lo puse para torear en la finca de la ganadería del toro que me cogió. Luego se lo regalé a la Virgen del Desconsuelo, a cuya hermandad de Jerez pertenezco desde hace 22 años.
¿Y para reaparecer? ¿Qué se puso?
Cuando estaba en el hospital solo le decía a mi gente: «Me veo con traje grana y oro en el portón de cuadrillas». Pero cuando volví me di cuenta de que tenía que hacerlo de verde esperanza, con bordados en oro de hojas de laurel.
Grana y oro, rosa capote… mire que le ponen ustedes nombres bonitos a los colores
¡Hay más! El rojo obispo, azul purísima, blanco espuma de mar. Es parte de toda la poesía que hay en el toreo, donde hasta los tonos tienen sus nombres propios.
¿Opina en los diseños o se deja hacer?
Los trajes de torear me los hace Justo Algaba. Y sí, suelo hacer sugerencias y proponerle cosas.
Una curiosidad, ¿la corbata de los toreros es siempre negra?
Al principio era así. Pero en los años 50 y 60 las corbatas empezaron a ir a juego con la piedra que reviste el bordado. Yo alternaba las corbatas rojas y las negras, pero ahora solo las llevo negras para que vayan a juego con el parche. Pensé en variar los colores del parche. Pero luego me di cuenta de que eso podía ser interpretado como una falta de respeto a mi profesión.
¿Qué se pone cuando llega al hotel después de torear?
Si llego a tiempo de ir al gimnasio, ropa deportiva. Si no, un pijama.
Hablemos de moda. ¿Es usted presumido?
Creo que sí. Bueno, al menos me gusta la ropa y cuido lo que me pongo. Lo paso muy bien de compras con mi mujer y no me da ninguna pereza entrar al probador.
¿Grandes almacenes o comercio de toda la vida?
Me gustan los centros comerciales donde encuentras de todo. Los trajes y las camisas me los suelo hacer a medida en un sastre.
¿Qué firmas le apasionan?
Hermès, Gucci y Dolce & Gabbana.
¿Qué es lo último que se ha comprado?
Unos zapatos de Carmina, en Bilbao.
¿Y el lugar donde más se ha divertido haciendo shopping?
En Las Vegas. Toreaba allí y me fui de compras una tarde. Aquello era la locura.
¿Cómo viste a diario?
Me gusta la ropa sport: vaquero, camisa y náuticos. Eso sí, nunca iría de surfero.
¿A qué prenda de su armario le tiene más cariño?
A un traje de Dolce & Gabbana que usé para torear en Quito. La chaqueta era muy entallada y el pantalón tenía una buena caída. Me atreví y corté dos orejas.
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