El porqué del ‘borreguismo’ gastronómico
La moda no solo afecta a las prendas de vestir sino que ha llegado a algo tan inherente al ser humano como es la alimentación. ¿Qué hace que se pongan de moda platos como los cronuts o bebidas como el gin tonic?
En el quinto capítulo de la tercera temporada de la serie norteamericana 2 Broke Girls, emitido hace unas semanas, las protagonistas Max y Caroline tienen un contratiempo: su negocio de cupcakes se está yendo al garete por culpa de unos nuevos dulces que están copando el mercado. No son otros que los famosos cronuts, que hace relativamente poco desembarcaron en nuestro país provenientes de Estados Unidos, dispuestos a hacer las delicias de los paladares patrios, romper las tablas de calorías e inundar Instagram.
Heidi Klum posa feliz después de conseguir uno de los tan codiciados ‘cronuts’.
Cordon Press
Esta mezcla de donut y cruasán, ideada por el chef Dominique Ansel, se ha convertido en la última gran revolución gastronómica y las colas delante de la puerta de su pastelería en Brooklyn son más que llamativas. Tan increíble ha sido el fenómeno que hasta hay personas que se dedican a re-venderlos por un precio notablemente más elevado que el original, alcanzando en ocasiones hasta los 100 dólares (hecho que también se encargan de parodiar en la serie de la CBS).
Pero esta nueva tentación hipercalórica sólo es la última de las tendencias gastronómicas que han surgido en los últimos años. Cuando Carrie Bradshaw se sentó en el año 2000 a comerse un cupcake de Magnolia Bakery en el capítulo 'No Ifs, Ands or Butts' de la serie 'Sex In The City' desató una oleada de fascinación por esos dulces cursis y empalagosos que en España aún está dando sus últimos coletazos. A esa moda de las magdalenas decoradas le siguió la de las hamburguesas gourmet, los gin-tonics en copa de balón acompañados por ingredientes extravagantes o la recuperación de la degustación del vermú como hábito cool.
Ante tal sucesión de tendencias surge la pregunta ¿Por qué un plato o una bebida se ponen de pronto de moda? ¿Qué factores influyen en la creación de la tendencia gastronómica? Ariana Diaz, periodista, directora de Good2be.es y foodie de pro, comenta al respecto que: “Imagino que es una mezcla de un producto que de por sí pueda gustar a un amplio número de gente y de explotar un filón o un vacío en el mercado. Nunca se pondrá de moda algo que encontremos en exceso. Imagino que también tendrá que ver con los líderes de opinión y sus gustos”.
A este respecto, Mikel López Iturriaga, también periodista, autor del archiconocido blog gastronómico El Comidista y buen conocedor del tema, apunta que: “No nos engañemos: todas estas modas tienen un trasfondo económico, y están alimentadas y promovidas activamente por una industria. El caso de la ginebra es ejemplar a este respecto: si los fabricantes de alcohol no se hubieran gastado una pasta en relaciones públicas, eventos, promoción en bares y creación de un montón de marcas supuestamente premium, el boom del gin tonic difícilmente se habría producido”.
Escena de la serie norteamericana ‘2 Broke Girls’ en la que las protagonistas, Max y Caroline, charlan sobre los ‘cronuts’ y las nuevas tendencias gastronómicas.
Cordon Press
Algo llamativo de estas modas es que casi todas llegan desde otros países como Estados Unidos o Gran Bretaña, por ejemplo, pero en España parece que no se tiene esa capacidad para generar tendencias gastronómicas que lleguen al gran público. Ni siquiera el vermú, ese ritual tan asentado en la rutina social del país, es una invención patria: en realidad sus orígenes se remontan a tiempos de Hipócrates, en la Antigua Grecia, y es en Italia en dónde se localiza el comienzo de su producción industrial. Sin embargo, la gastronomía española también ha hecho sus aportaciones a los paladares internacionales, aunque con una diferencia esencial que les distancia de modas efímeras: “Lo que hemos exportado son platos clásicos, como el gazpacho o, más recientemente, los churros, que hacen furor en muchos países del mundo. Pero no son modas, sino platos o productos clásicos que están tan buenos y tan sólidamente probados en el tiempo que nunca se pasarán”, afirma Mikel.
Es posible que ese carácter clásico evite que estos productos pasen por el ya conocido ciclo de la creación y posterior explosión de la burbuja que se ha visto con algunas de estas modas, sin ir más lejos la de los mencionados cupcakes. En el último par de años numerosos locales comerciales a lo largo del país abrieron sus puertas convertidos en negocios especializadas en estos pastelitos (y decorados con esmero y amor por el preciosismo), pero, ¿qué ocurrirá cuando el fervor por estos dulces empiece a amainar? “Algunas tendencias gastronómicas desaparecerán, pero la mayoría se instalarán de forma habitual en nuestro menú diario sin darles la importancia que se les da en el momento de su boom. Veremos cafeterías con cupcakes muchos años, pero pasarán a ser familiares, como sucede por ejemplo en Nueva York. No obstante, espero que este boom sólo sirva para que las magdalenas tengan su revival muy pronto” explica Ariana.
Teniendo en cuenta el desarrollo de los acontecimientos hasta el momento actual, cabe pensar que antes de lo que parece el público acabará cansado de los cronuts y otra tendencia se pondrá en boga. Pero, ¿cuál será? En el capítulo de '2 Broke Girls' con el que comenzaba el artículo, llegaban a la conclusión de que el secreto para que una tendencia gastronómica funcione está en combinar dos alimentos que ya existan en la actualidad, siguiendo el ejemplo del híbrido entre el cruasán y el donut. Al fin y al cabo, reflexionaba una de las protagonistas, ya hace tiempo que el ser humano se ha acostumbrado a hacer varias cosas a la vez (como por ejemplo, ver la televisión mientras tuitea). ¿Por qué no iba a suceder lo mismo con la gastronomía? Pese a dichos indicios, parece que la tendencia tomará otro rumbo, al menos según las previsiones de un experto como Mikel López Iturriaga: “No soy Aramis Fuster y no veo el futuro, pero yo diría que los cronuts son flor de un día. La repostería se está poniendo pesadísima con los híbridos, como si ya no hubiera nada nuevo que inventar más que mezclas de dos cosas. Lo que yo creo que arrasa en este momento es la casquería y todas las partes de los animales que en épocas recientes se han despreciado. La papada de cerdo es tendencia, por ejemplo, con toda su orgásmica grasaza”. Si llegaremos a ver fotos de bocadillos de gallinejas o de sesitos de cordero en las redes sociales, solo el tiempo lo podrá confirmar.
Dominique Ansel ‘bakery’ en Nueva York.
Getty
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